❝Kusuo Saiki ha pasado la gran parte de su vida buscando la monotonía, es por ello mismo que tiene la esperanza de encontrar esa tranquilidad que tanto anhela en el nuevo año de la escuela a la que asiste.
En el último grado de la Academia P.K, San...
-A lo que me refiero es que…-miré la ventana junto a mi que daba un paisaje que se estaba volviendo un poco más frío y volví mi vista a él. -Él que hayas causado eso...solo, quizás me estés empezando a gustar, Saiki.
No dije nada más al ver cómo me miraba con sorpresa, y tampoco me impresionó mucho el hecho de que dejara unos billetes con lo que sería el pago de las dos cosas que habíamos pedido.
-¿No me dirás nada, Saiki?- sus pies se detuvieron, pero luego escuché la campana de la tienda sonar y ahí supe que quizás me impulsé mucho a un sentimiento que todavía no estaba concretado en mi corazón. Y aunque me haya dolido su accionar e irse sin decir nada, de algún modo podía entenderlo.
Y es que Saiki quizás nunca había generado un sentimiento de cariño hacia otra persona que no fueran sus más cercanos, y si fuera así, seguramente no era uno romántico. Estaba un poco asustada por ese hecho, porque si estos sentimientos llegarán a ser más fuertes, la posibilidad de que Kusuo sintiera lo mismo era más complicado.
Guarde mis manos en los bolsillos de la chaqueta cuando una fuerte brisa golpeó con fuerza en mí, miré las nubes que cada vez se volvían más grises y apresuré el paso a mi casa. Saiki de seguro se había teletransportado.
El sonido de una llamada entrante me hizo detener antes de llegar a mi casa.
-¿Kusuke…?
-Si, soy yo. ¿Cómo estás, linda?
-Bien…¿Por qué me has llamado?- introduje las llaves de mi casa en la cerradura y me sentí aliviada cuando el calor del interior llegó a mi, cerré detrás mío.
-Quería saber si podemos vernos mañana, es importante, ya sabes, temas de nosotros.
-¿Has encontrado algo para mis poderes?
-Quizás sí, quizás no...te paso a buscar mañana a las 6 de la tarde.- las palabras quedaron estancadas cuando oí la finalización de la llamada. Suspiré restándole importancia al tema y me acomodé en el sillón junto a mi hermano, él notó mi presencia en ese momento.
-¿Por qué la cara larga, Sanae?
-Bueno...irse después de una confesión es un no, ¿verdad?- su mirada cayó en mí con intriga. -Le dije a Saiki que me gusta…
-¡¿Que dijiste qué?!- el mando del juego cayó al suelo, pero a Shima pareció no importarle. -¿Te gusta Saiki?
-Bueno, si. Me gusta de una forma suave por ahora.
-¿Cómo por ahora? ¿Que será después? ¿Amor? Dios, Sanae...no te acuerdas la última vez que te gustó alguien. Seguramente sí, pero como…
-Ay, Shima, cálmate un poco. No hay nada de lo que te tengas que preocupar, me ha rechazado, o eso me hizo entender…
Su cabeza peligris se apoyo en el respaldo del sofá suspirando.
-Lo siento, no te quería hacer sentir mal.
-Tranquilo, Shima. Son cosas que pasan, tampoco puedo obligarlo a sentir lo mismo.
-Es verdad…- un trueno sonó retumbando en nuestros oídos y la lluvia empezó a caer golpeando las ventanas de la casa. -Oh, que bueno que entré la ropa. ¿Hagamos algo para comer?
-¿Cómo qué?
-¿Algo dulce para pasar las penas?- reí ante su forma de decirlo y acepte con gusto su propuesta. Sonreí cuando nos dirigíamos a la cocina. Porque a pesar de todo, haberle dicho a Saiki desde el brote de mis sentimientos ayudaría en algo.
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actualicé más rápido de lo que creí jiji, y aunque me haya quedado cortito les agradezco, porque su apoyo es el que me motivo a escribir esto en menos de un día.
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si quieres saber un poquito más de mi, pueden pasar por mi ig escrito en mi biografía <3!!
