; veintisiete

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-Oh, ya estás aquí- sonreí alegre al ver a Kusuo compartiendo con mi familia en el salón principal, ya eran pasadas las siete, así que las luces de la sala ya estaban prendidas, y a través de la ventana, se veía el cielo opacándose de a poco.

Shima yacía sentado en el sillón viendo un programa desconocido para mi junto a mi padre, y Saiki, por otro lado, ayudaba a mi mamá a ordenar la mercadería que habían traído hace seguramente pocos minutos.

-Nos encontramos con Saiki de camino, así que lo invitamos a comer algo!

-Oh, ¿entonces vamos a comer todos juntos?- emocionada, me acerqué a Kusuo para ver las compras que habían hecho.

Normalmente tenía que compartir solo con Shima lo que eran las comidas, así que, además de que lo pudiera compartir con Saiki, me ponía más alegre de lo que ya estaba.

-Nosotros vamos a preparar todo, así que sube para que vayas a dejar tus cosas y te cambies la ropa a algo más cómodo.

-Claro mamá, vuelvo en seguida- me giré para ver al peli rosa.

-Te espero.

Subí las escaleras con rapidez y, como ya oscurecía, decidí por mi pijama.

El estampado de pandas en mis short no eran la última moda, pero mucho no me importaba.

-¿Ya está todo listo?- hablé al pisar la planta de abajo, mi mirada se dirigió a mis padres quienes todavía estaban indecisos con que preparar -Supongo que tardarán un tiempo... - esta vez lo mire a él -¿Vamos arriba?

-Vamos.

-Oh, Sanae, iba a jugar un video juego con Saiki- lloriqueo Shima en un intento de verse...¿tierno?. Negué en seguida a su petición y tomé la muñeca de Saiki para dirigirnos a mi pieza.

-Lo siento, tengo algo que decirle, va a ser corto, así que después van a poder jugar.

-No lo digas como si fuésemos niños.

-Está bien, está bien- oculté una sonrisa burlona -vamos.

Subimos las escaleras hasta mi cuarto, y ahí, nos sentamos cómodamente en la cama. Sus ojos me miraban curiosos. -Antes, puedes cerrar la puerta...? Bien, gracias, iré al punto.

-Te escucho.

-fui a visitar a Kusuke por algunas sospechas que tenía sobre mis habilidades...

-¿tiene que ver con lo que me preguntaste en la tarde?

-¿Hablas de la evolución de tus poderes? si, y es seguramente lo que me está pasando a mi, ¿el por qué? no tengo idea, pero sospechamos que el desmayo de unas semanas atrás tiene un fuerte vínculo con ello. Igualmente el lo está investigando ya.

-Entonces, puede que no solo tengas una sola habilidad.

-Exacto, es más fácil de lo que pude imaginar. Y tiene sentido, todos vamos evolucionando de cierto modo.

Una pequeña sonrisa se vio reflejada en su rostro la cual también me hizo sonreír a mi.

-Me alegra que me cuentes esto.

En su mirada pude ver reflejado un sentimiento de dulzura y baje la mirada un poco tímida a mis pensamientos.

-¿Por qué no lo haría? Eres mi pareja después de todo, y yo...te quiero...

Su suave toque en una de mis manos fue lo que me incitó a volver a perderme en sus ojos violetas, volviendo a ver ese brillo que solía tener al mirarlo a él.

Pudo haber pasado una eternidad y yo no me di cuenta, iba a volver a hablar, hasta que le vi abrir ligeramente su boca y susurrar unas palabras que acelerarían más mi corazón.

-Yo también te quiero.

Sus manos acariciaron las mías, cálidas y suaves al tacto.

-Sanae...

-¿si?

-Yo...

-¿Tú...?

-¿te puedo besar?

Solo faltó que mis labios se curvaran hacia arriba para saber cual era mi respuesta. Y con mi corazón a mil, nuestros labios se encontraron en un suave y cálido roce.

Me acerqué un poco más a él sintiendo nuestras respiraciones mezclarse por la cercanía de nuestros cuerpos y mis manos se acomodaron en los dos lados de sus anchos hombros, mientras que los suyos se deslizaron hasta llegar a mi cintura. Sentí mi nuca erizarse y mi corazón alegre al sentir sus caricias en mi espalda y tanto como nuestra cercanía iba aumentando, nuestros labios formaban un vaivén sublime.

Le sentí sonreír un momento.

-Oigan chicos la comida ya...veo que ya están comiendo.

-Oh dios mío, ¡Shima!- Mencioné alterada y avergonzada al verlo taparse los ojos y partir camino abajo con una sonrisa entre labios.

Le volví a mirar.

-Pensé que le habías puesto pestillo.

-Vamos a comer.




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call it love ✦ Saiki K. © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora