Ni siquiera podía decir que dormí bien, porque no pegué un ojo en toda la maldita noche.
Saiki se estaba convirtiendo en una especie de garrapata a mis pensamientos.
Sí, sonaba mal, pero sentía que era la única forma de describir la situación actual.
Mi fuerza de voluntad era casi nula a la hora de levantarme, pero lo único bueno, era que hoy era el último día de clases antes de las dos semanas de vacaciones que teníamos. A decir verdad, no tenía idea que iba hacer estas dos semanas, pero suponía, -cómo años anteriores- que mis padres inventarian algo está primera semana, arrastrando nos a Shima y a mi con ellos.
Baje a pasos vagos las escaleras color crema de mi casa, dándome el tiempo y tratando de ordenar mis pensamientos cuando llegue la hora de ver a Kusuo.
Aunque, en cierto punto, sentía que ya me había expresado lo bastante bien como para que yo tuviera que hablar, ya había dicho todo, así que lo único que faltaba es saber el porqué de su insistencia en querer hablar sobre el tema.
-¿Por qué estás con el uniforme?- las palabras de Shima me descolocaron de mis pensamientos.
-¿Cómo que porqué?, tengo escuela- su mirada confundida a mis palabras me dejaron muda y más cuando ví a mamá y a papá salir del umbral de la cocina.
Esto se estaba volviendo extraño, ellos siempre salían antes que nosotros.
-¿Q-qué hacen aquí...?
-Sanae, pensé que sabrías que hoy no es necesario que vayas. Puedes cambiarte el uniforme, no te preocupes.- tragué en seco a las palabras de mi madre y mi mirada se dirigió rápidamente a mi hermano. Estaba segura que algo tenía que ver con él. Ellos nunca se tomaban un día de descanso.
Agarré de la manga al peligris y lo arrastré hacía el principio de la escalera. Su mirada me decía claramente que era culpable de esta desicion inesperada.
-¿Por qué lo has hecho?
-¿No es obvio, Sanae?- sus ojos divagaron en los míos, y no fue difícil comprender sus palabras llenas de preocupación. -¿Es que no te estás viendo a ti misma? ¡Esta no eres tú en tu estado normal!, Ayer llegaste poco más que en la madrugada, y creo que fui el único en ver tu demacrado rostro lleno de restos de lágrimas...¿De verdad estás pensando en tu bienestar?- mi mirada bajo a mis pies, sabía que sus palabras eran reales, y que solo estaba mostrando su preocupación como mi hermano.
-Entiendo que él te guste, pero, ¿Has pensado que podría llegar a pasar?
Mis manos cubrieron mi rostro, no sabía que sentir en ese mismo instante. Shima estaba diciendo todo lo que tendria que haber tomado en cuenta desde un principio.
Yo no era normal.
Todo lo que había vivido...eso...eso simplemente llegaba a convertirme en una persona que no podía sentir cosas así por los demás.
No sentí más que mis rodillas doler y mis manos apoyarse en el frío piso de mi casa.
¿Por qué tenía que ser tan difícil?
Incluso con estos aros, no era alguien normal.
Quizás...¿Era por eso que Saiki no podía llegar a quererme? No podía permitirme pensar así, no podía caer bajo, pero eso mismo estaba haciendo ahora.
Solo podía ver cómo Shima movía sus labios tratando de decirme algo, pero mi mente estaba muy ocupada en encontrar respuestas que no podía obtener.
Los aros...
Chillé cuando uno de mis oídos dolió, un pitido fuerte desde lo más profundo, mis manos fueron a parar a mis oídos, trate desesperadamente de encontrar una forma de no escuchar ese fuerte y agudo sonido.
No estaba funcionando. La realidad parecía fantasía.
Me alteré al sentir un liquido salir de estos, miré mis manos cubiertas de lo que nunca esperé ver. Shima seguía ahí, pero las palabras no podían salir de mí. No podía explicarme porque sentía tanto dolor ahí.
La sangre llenaba mis tímpanos.
No ví nada más.
Solo estaba conciente de que nunca podía llegar a ser alguien normal.
nO sé aLtERen,,, espero que el próximo capítulo se aclaren la mayoría de las dudas que tengan, así que déjenme saberlas aquí
--->Ya vieron que he actualizado más seguido? 😳👉🏻👈🏻
Gracias por todo su amor y comentarios bbs, nos leemos pronto !!!💓🥺
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call it love ✦ Saiki K. ©
Fanfic❝Kusuo Saiki ha pasado la gran parte de su vida buscando la monotonía, es por ello mismo que tiene la esperanza de encontrar esa tranquilidad que tanto anhela en el nuevo año de la escuela a la que asiste. En el último grado de la Academia P.K, San...