; veintinueve

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Minutos habían pasado desde que llegamos a casa con todas las compras que habíamos hecho, la verdad era que no sentía ni una pizca de arrepentimiento, por que todo lo que gastamos iba a ser directamente enviado a nuestros estómagos.

Me encantaba poder compartir tantas cosas en común cómo lo era con Saiki, cada día nos conocíamos un poco más, nos gustábamos un poco más, y es lo que más feliz me ponía.

-Oh, ya están puestas las cosas.

Debo admitir que regularmente olvidaba que Kusuo tenía poderes, no era como si yo no tuviera ninguno, pero a comparación de él y con mis limitadores, no tenía, y tampoco se me hacía un problema.

-Oh, si, las cabritas...¿Saiki dónde-

-Ya las serví, piroquinesis.

Acomodamos el sillón para quedar a unos metros de la tele y ya con todo en su lugar, nos decidimos a elegir una película interesante para los dos.

-Bien, veamos...¿podemos ver una película de monitos animados?- me giré con ilusión a una respuesta positiva de su parte, que no tardó en llegar.

-Está bien.

-Elige tú eso si.

-La mayoría la conozco por spoilers.

-Repito, puedes elegir la que quieras.

-Zootopia.

Sonreí al ver que ponía la película que había elegido y se acomodaba en el sillón para estar más acomodado en este, yo hice lo mismo, sacando un poco de palomitas y esperando a que la película comenzara.

Dos horas después, nos habíamos acabado todos los dulces de la mesa y la película ya había llegado a su fin.

Saiki se veía feliz.

-Sanae.

Más cerca de lo que pensaba, miré sus orbes violetas a través de sus lentes.

-¿si?

-Gracias.

Mis palabras parecían haberse quedado atascadas en algún lugar de mi garganta, seguramente mis ojos se habían abierto un poco más por la sorpresa que me había dado ver su boca moverse ligeramente. No era la primera vez, pero aún así, no podía evitar que mi corazón se sintiera tan feliz por ello.

Podía sentir su respiración a pocos centímetros de mi.

-Gracias a ti, Kusuo- murmuré tomando sus manos suavemente, sintiendo como me transmitía una cálida calma -es difícil explicar porque estoy tan agradecida contigo, pero espero que sientas todo lo que trato de transmitirte a diario. Mi cariño, aprecio, mi felicidad de que compartamos lindos momentos y la emoción de verte, entre muchas cosas más obviamente.

-También espero poder transmitirte lo que siento, Sanae.

-Lo haces.

Mis mechones grisáceos fueron acariciados con cuidado por el y empezando por un suave y dulce rose, sus labios terminaron fundiéndose con los míos en un exquisito y hermoso beso.

Para nosotros no hacían falta las palabras, porque sabíamos leernos entre nosotros.


Terminamos de ordenar la sala una vez que Shima había llegado a casa, aprovechando que habíamos comprado golosinas, robó un poco, no sin antes disculparse por no haber dejado nada en la cocina antes de irse con sus amigos.

Lo dejé pasar con la condición de que convenciéramos a nuestros padres de pasar las fiestas en casa con la familia de Saiki. Aunque sabía que no iba a ser una tarea difícil, seguramente aceptarían después de ponernos a limpiar la casa y hacer un poco de jardinería.

Acompañe a Saiki hasta un poco más allá de la salida y una vez que nos despedimos, me dirigí a la cocina en busca de mi hermano con una pequeña sonrisa en el rostro.

-Mamá y papá ya deben estar por llegar, así que Sanae, tenemos la misión de que no vean todos esos envases vacíos de dulces, estoy seguro que n- antes de que Shima terminara su frase, escuchamos la puerta principal abrirse y el típico "llegamos" de nuestros padres.

Nos miramos horrorizados.

Esta bien, no eran padres controladores, pero esa cantidad de azúcar y tóxicos -hasta yo- admitía que había sido mucho, y eso ya es bastante.

Si veían todo ello, nos tendrían a los dos alimentándonos de verduras, y solo verduras.

Si, ya nos había pasado.

-Shima, haz algo- susurré escuchando el par de pasos en el living, seguramente estaban dejando sus abrigos colgados en la entrada.

-¿Que quieres que haga?- respondió de la misma forma, en sus brazos yacía una bolsa mediana.

-Dios mío, no se, comételos que voy a saber yo.

-¿Acabas de escucharte, Sanae? ¿como me voy a comer los envases?

-Perdón, me pusiste nerviosa, mejor...- la frase quedó en el aire.

Mamá y papá habían entrado a la cocina y nos saludaron alegres pero cansados como solía ser los días de semana.

Después de sacar algo de comida y de decir que nos esperarían en la mesa, salieron.

Miré los brazos de Shima vacíos.

Shima repitió mi acción y me miró a mi.

-¿Dónde quedó toda la basura que estaba en tus brazos...?- mi pregunta quedó a medias cuando miré hacia arriba junto con él.

-Sanae...¿tú...?

-Dios mío.

Y la bolsa con envases que había estado por unos minutos en el techo, cayó ruidosamente al suelo.






espero hayan disfrutado el capitulo! nuevamente la portada cambió, y seguramente esté así hasta que me guste mucho una jeje (aunq sólo cambie el fondo)

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espero hayan disfrutado el capitulo!
nuevamente la portada cambió, y seguramente esté así hasta que me guste mucho una jeje (aunq sólo cambie el fondo)

en fin, no puedo creer que Sanae ya se esté por graduar junto con todos!

esperen con ansias las cositas que quedan para cerrar esta historia ❤️
(dije que aun queda, no se me alteren)

call it love ✦ Saiki K. © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora