; Cuatro

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Este capítulo es corto pero
contiene bastante información y 
referencia a un personaje de la trama
anterior antes de ser editada.
¡Disfrútenlo!

A.Sanae

La silla giratoria sonaba con cada vuelta que daba en ella, estaba aburrida, ¿Y quien no lo estaría en esta situación? Toda la mañana y gran parte de la tarde me la había pasado en esta amplia habitación con aparatos electrónicos por todas partes y falta de luz natural, y sobre todo, fría. Dirigí mi vista rápidamente hacia la persona frente a mi con remordimiento. Si hubiera alcanzado a venir después de la academia, gran estafa me mande.

Con un carraspeo llame su atención haciendo que una sonrisa socarrona pasara por sus labios al verme y mi sistema se puso involuntariamente alerta.

Lo conocía bastante bien como para decir que algo tramaba y no saldría muy bien viniendo de él.

-Debo suponer que ya los has conocido ¿me equivoco?- Su voz sonó extrañamente amable, asentí aún confusa por su repentino comportamiento, siguió trabajando en el aparato mientras hablaba -Tienes que tener en cuenta que ellos seguramente ya te están vigilando desde más cerca de lo que crees.

-Estoy consiente de eso- murmuré viendo cómo el rubio terminaba los últimos arreglos del objeto que llevaba esperando un largo tiempo. Porque si, no podía limitarme con algo de tan poca potencia.

-Bien, estos dos broches- apuntó a la mano que tenían estos y siguió-Te ayudarán mucho más a controlar tus poderes y pasarán fácilmente desapercibido por las personas- se agacho frente a mí y los posicionó en mi cabeza, sonrió con satisfacción al terminar su trabajo.

Sin esperar más, me paré con rapidez del asiento y me dirigí al espejo más cercano de la gran habitación en la que nos encontrábamos. Efectivamente, parecían nada más que accesorios puestos en mi cabello. Sonreí.

-Muchísimas gracias Kūsuke, enserio lo necesitaba- reí por la emoción, esperaba no pasar más malos ratos e incomodidades como las que ya sufría diariamente. Camine de vuelta al asiento en el que me encontraba anteriormente, donde el rubio se sentó al frente mío en otra silla casi idéntica.

-Sanae, ahora que sabes bien lo que te rodea- hizo énfasis en lo que había descubierto el día anterior -Tienes que- se vio interrumpido por mi.

-Tengo que tener más cuidado con mis movimientos...lo sé, Kūsuke.- hice una pausa para mirar la hora en mi celular -Es tarde ya, tengo que irme a casa.

Cómo era de costumbre, salí del gran recinto en el que solía frecuentar gracias al rubio. Bajamos las últimas escaleras que quedaban para llegar a la vereda y nos despedimos con un movimiento de mano.

El camino a mi hogar fue más cómodo de lo habitual, sin embargo, la temperatura del clima ya estaba descendiendo notablemente por la hora, así que me di el tiempo en pasar a un café cerca de mi barrio para comprar algo caliente y mantener mi sistema en temperatura.

-Buenas tardes, quiero un latte de vainilla, por favor- me dirigí a la mayor con una pequeña sonrisa, me devolvió el saludo y anotó en un papel mi pedido mientras yo pagaba. Fui a sentarme en una mesa cerca del mostrador para esperar el latte, a través de la ventana podía ver cómo el cielo tomaba tonos más oscuros y se mezclaba con colores cálidos, las puestas de sol siempre se me ha hacían agradables.

En menos de tres minutos ya me encontraba en la misma mesa pero con mi café en mano, el tono de mensaje sonó así que no dude en revisar mi celular despreocupadamente.

Hairo ha creado el grupo 'Team'.
Hairo te ha agregado.

Kuboyasu: ¿Quién es Team?  
18:52

Kaidō: por favor....    
18:52

Kuboyasu: ....            
18:53

Hairo: ¡Tranquilo! Siempre se pueden aprender cosas nuevas!         
18:53

Reí por la situación en el grupo de chat y me concentré nuevamente en el clima que yacía al exterior del local, decidí que mejor era retomar el camino a casa para que no se hiciera tan tarde y no acabará con un resfriado.

Al llegar a la entrada del gran sitio procedí a sacarme las zapatillas y reemplazarla por una pantuflas que se encontraban en el mueble de entrada, me dirigí sin pensarlo dos veces a la cocina, donde me encontré con mi Primogénito cocinando algo.

Si se le llamaba cocinar a tostar un pan, claro.

-Hola, rarito.

-Hola, sabelotodo.

Abrí el refrigerador esperando ver algo para ocuparlo en el pan, saque la mermelada y una caja de leche para calentarla.

El peli gris voltio para ver cómo le sacaba su tostada exitosamente, su rostro no mostraba ninguna expresión pero sabía todo lo que pasaba a través de sus ojos.

-Esta bien, esta bien. Toma.- le entregue nuevamente sus tostadas a regañadientes. Sonrió mientras yo introducía el vaso con leche al microondas para que no estuviera tan frío. Por el rabillo del ojo pude ver una pequeña sonrisa en su rostro.

-Gracias, Sanae.

-De nada, Shima.




! ! !

Repórtense las personitas que están releyendo este fanfic y que se emocionaron por la hermosa presencia de Shima <33.

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call it love ✦ Saiki K. © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora