Jäger.

5.1K 314 30
                                        



Aquel viernes, Alba se despertó más tranquila que de costumbre y todo gracias a que Natalia le haría el favor de -además de quedarse con Olivia hasta el sábado – el de ir directamente a buscarla al cole, lo que le daba a la rubia un par de horas de relax añadido aquel día.

Se vistió y desayuno junto a su peque como de costumbre antes de llevarla al cole, hablar un poco con Julia y Natalia antes de prácticamente tener que salir corriendo para no llegar tarde a la primera clase del día, odiaba lo más grande tener que dar clasee a primera hora los viernes.

En el descanso aprovechó el tiempo que tenía entre un par de clases para tomarse un café sentada en uno de los bancos del campus en el que pegaba el sol, se sentó dispuesta a hacer la fotosentesis -como decía su hija- mientras cerraba los ojos concentrada en el calorcito que se empezaba a concentrar por el sol en su menudo cuerpo.

-¿molesto?- preguntó una dulce voz frente a ella, abrió los ojos y vio la misma sonrisa tímida de Natalia, no reprimió tampoco la que se le formó en los labios.

-Claro que no Elena, siéntate.

-Gracias, ¿Qué tal todo?

-bien, como siempre... hasta el coño de los universitarios... no te onfendas.

-no me ofendo, yo tampoco los soporto- sonrió- ¿y con la penca de mi hermana? Si te hace algo malo me lo dices y le pego como cuando éramos pequeñas- bromeó sacando brazo. Igual de idiota que su hermana mayor.

-Anda tonta, con tu hermana genial... es fantástica- sonrisa de enconamiento marca de la Reche.

-Bien...- murmuró pensando- confiaba en las capacidades amatorias de mi hermana.

-Anda que la que me ha tocado con las Lacunza- picó Alba.

-¡oye!- exclamó dramáticamente indignada.

-Es broma cuñi, os adoro- dijo estrujándola los mofletes.

-¿fomo que fuñi?- Alba seguía estrujando su cara, dificultándole hablar.- ¿Ya sois novias?- preguntó cuando la hubo soltado.

-Nop, pero actuamos como si fuéramos pareja así que es prácticamente lo mismo ¿no?- siguió hablando antes de recibir una respuesta- de hecho hoy Nat se va a quedar con Oli mientras yo salgo de fiesta- hizo un bailecito ridículo con los hombros.

-¡Hostia!-exclamó emocionada- pero eso no es de novias, es de estar casadísimas.

-Calla, calla, que los niños ahora dicen que quieren ser hermanitos y vivir juntos- dijo riendo, aunque en el fondo su que paniqueaba un poco al plantearse algo tan serio. Pero solo un poco.

-Eso seguro que ha sido idea de mi Alvarito, que es de fantasear como su padre.- dijo Elena con una sonrisa que se le borró en cuanto se dio cuenta que había nombrado al padre del chico- yo... Lo siento no sé si te molestará que nombre a Mi-Alba la cortó

-Tranquila Elena, no me molesta en absoluto... de hecho me gusta oír hablar de él, por lo que me ha dicho Nat era un chico maravilloso.- le tranquilizó Alba.

-La verdad es que sí- suspiró nostálgica- Bueno Alba, me voy que tengo clase con el gruñón del señor Vazquez- resopló

-Anda tira bicho- se despidió con una sonrisa. Mis Lacunzas locas.

Después de una siesta de un par de horitas, Alba se despertó tranquilamente y con las energías repuestas, mientras el calefactor del baño calentaba la estancia se preparó un café para terminar de espabilarse de la increíble siesta que se había echado. Hacía meses que no tenia una de estas. Pensó mientras removía aquel brebaje marrón con la mirada perdida en algún punto de la pared de su impoluta cocina.

ABC  |  AlbaliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora