Natalia revisaba algunos documentos que tenía atrasados desde su portátil, sentada a lo indio en el sofá de su casa, de fondo los diálogos que inventaba su hijo mientras jugaba con alguno de sus juguetes.No serían mas de las cinco de la tarde, con el estómago ya repuesto de la comida y el sol aún dando la suficiente claridad para no precisar de luz artificial.
En ello estaba la morena, soltando algún bufido al aire por el alto nivel de trabajo del que atesoraba desde que realizaron la obra benéfica, pues numerosos inversores se habían interesado en aquel humilde teatro del que la morena tenía el privilegio de liderar, llevaba más de una semana comparando entre las diversas propuestas, buscando la que más se semejase a los valores de aquel teatro.
Tan ensimismada se encontraba que no escuchó el estridente sonido de su teléfono móvil, el cual reposaba sobre la mesita del salón, fue la voz de su hijo la que desvió su atención de aquellas interminables páginas de pdf.
-Mami te esta sonamdo el móvil- le extendió el aparato entre sus pequeñas manos, mostrando aún la llamada entrante.
La morena se extrañó al ver el nombre de Alba en aquella llamada pero se apresuró a descolgar antes de que el aparato detuviera aquella repetitiva melodía.
-¿si?
-Hola Nat, ¿te pillo mal?
-Nono, estaba terminando de revisar unas cosas del teatro- mintió mientras cerraba la tapa del portátil
-Bien, quería proponeros ir a merendar los cuatro... si te apetece claro.
-¿invitas tú Alba Reche?
-menuda lista Lacunza... invitan las Reche, si.
-Así me gusta, bien obediente Albi... ¡Alvaro nos vamos a merendar con Oli!
-¿A las 6 os viene bien?
-claro, nos vemos Nat.
Se despidieron y colgaron ambas con la ya habitual sonrisa de después de hablar, llámalo también encoñadas.
Natalia junto a su pequeño se prepararon antes de salir de casa, abrigados hasta las orejas pues el frío en la capital en aquella época del año estaba muy presente, además de las navidades a la vuelta de la esquina.
Salieron de casa dados de la manita y con sus nuevos gorros conjuntados, los cuáles eran un regalo de su hermana Elena, a la cuál habían visto hacía un par de días, donde la rubia había atosigado a su hermana con el tema de Alba hasta que acabó relatándole todo lo ocurrido en las últimas semanas.
-Ay Nat que estás liada con mi profe de historia... que fuerte que fuerte.- le había dicho tras escuchar toda la historia.
-Si, pues Ici esta liada con su hermana...-suspiró.
-¡No jodas! Madre mía que de barquitos para remar tengo.
Natalia y Álvaro llegaron a la cafetería donde ya era costumbre quedar, fuese para desayunar, merendar o simplemente tomar unas cervezas, aquel local se había vuelto costumbre entre las dos mujeres.
Al entrar, las dos rubias ya se encontraban allí, Natalia las vio al fondo del local, estando Alba aún ayudando a su hija a quitarse todas las capas de ropa con las que había vestido a su hija, por lo que Natalia dedujo que no llevarían demasiado tiempo allí.
El pequeño en cuanto localizó a su amiga salió corriendo en su dirección para mostrarle emocionado su nueva figurita de spiderman que le había regalado su tita Elena.

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ABC | Albalia
Fiksi PenggemarNatalia a sus 32 años trabaja como directora de teatro. Alba a sus 34 es profesora de arte en la Universidad. Ambas con una vida acomodada y dentro de una rutina empiezan a conocerse gracias a una pequeña pelea entre las dos personas más importantes...