ABC | Albalia

Tranqui yo perreo sola.

El sonido de la alarma despertó a Natalia que permanecía abraza al cuerpo de la rubia que aún dormida profundamente.

Que sueño más pesado tiene la jodia.

Alargó el brazo para apagar aquel estridente sonido y empezó a estirarse como un gato aún con medio cuerpo de la rubia sobre ella.

-Hm Nat- se quejó con voz ronca- deja de moverte joe.

-Me tengo que ir cariño, pero tu cuerpo me lo impide- le susurró acariciando su rostro.

-Ño

-chi, anda quita que me tengo que ir.

-¿Tan pronto? ¿Qué hora es?- preguntó con la cara enterrada en la almohada.

-Las seis y media- dijo a la vez que comenzaba a vestirse- recuerda que tienes que llevar a los peques al cole- dejo un beso en su coronilla y salió en dirección al baño para asearse.

Antes de dirigirse a su lugar de trabajo pasó por casa para ducharse y cambiarse de ropa por algo más formal y adecuado para reunión que tenía con el señor Garrido.

-Buenos días señorita Lacunza- saludó cordialmente al entrar al modesto despacho de la morena.

-Buenos días señor Garrido

-¿Empezamos?- tomó asiento frente a ella.

-Tu dirás- junto sus manos frente a ella para calmar un poco los nervios.

-Necesito que vayas a Barcelona la semana que viene... ya tenemos seleccionadas varias salas que pueden ser perfectas para tu obra, pero necesitamos tu aprobación antes de nada.

Natalia permaneció en silencio unos segundos antes de hablar- ¿A Barcelona?- el señor Garrido asintió.

-¿Cuándo? ¿Entre semana?

-Cuando tú quieras, aunque sería preferible entre semana que es cuando las salas están libres, mi hijo está allí y si lo prefieres el te acompañará en todo.

-Vale, necesitaré un par de días para organizarme y ver con quien puedo dejar a mi hijo... ¿Cuántos días tengo que estar allí?

-Con dos días será suficiente.- la morena asintió conforme y se levantó dando por finalizada aquella pequeña reunión.

-Espero su llamada señorita- se estrecharon las manos y abandonó el despacho dejando a la morena con sus pensamientos antes de que llamara a su empleado y amigo.

-Que lo que morena- apareció el castaño por su despacho.

-¿Me harías el favor de quedarte un par de días con el enano y llevarlo al cole, recogerlo...? ya sabes, esas cosas de padres.

-Por mi ya sabes que sí, soy su babysitter number uan, ¿pero por que no lo dejas con la rubia?

-pff... tampoco quiero abusar de ella, hoy ya ha llevado al peque al cole... no sé Damion.

-Pues a mi no me parece tan mala idea, así se van acostumbrando para cuando tengamos que estar allí más seguido ¿no?

-Sí... -le dio la razón- si tienes razón, pero aún así me da palo- suspiró frotándose la frente- lo hablaré con ella, pero tú estate preparado por si te tienes que quedar con él ¿vale?

-Lo que haga falta Nati- se acercó para achuchar a su amiga.

-Damion que me aplastas... que intensidad coño.- se quejó entre sus fuertes brazos.

-Abrazo de yaya- idiota

-¿Qué tal con Afri? Ya no me cuentas nada jo- se quejó con tono infantil.