ABC | Albalia

Manitos.

-Entonces- meditó unos segundos sus próximas palabras- vosotos sois novios

-¡No!

-Puagh- respondieron al unísono los otros dos infantes.

-¿Cómo que no?- preguntó la mini Gaditana- siempe estáis juntos y os he visto ir de la manita... eso son cositas que hacen los novios.

Los tres pequeños se encontraban sentados en un banquito mientras se comían sus respectivas meriendas durante el recreo.

-No Begoña- habló muy seria la de ojos azules- somos manitos.- el niño asintió a sus palabras sin dejar de devorar sus galletas de dinosaurios.

-¿Manitos? ¿Y eso qué es?

-Como hermanitos- aclaró muy decidida.

Begoña alternó la mirada entre ambos con el ceño fruncido, su pequeño cerebro no paraba de darle vueltas a las palabras de su amiga tratando de darle sentido al asunto.

-Pero tenéis mamis distintas... y a vuestros papis no los conosco.

-Por eso somos manitos- terminó de tragar el contenido de su boca- como hermanitos pero de distintas mamis- finalizó el chico con convicción.

-Entonces no os gustáis como novios- afirmó y los chicos asintieron en silencio- vale ya me he enterado- sonrió con sus dientecitos separados.

-Además... a Alvarito le guta Hugo- dijo la rubia soltando una risita.

-Eso es mentira Oli, me voy a chivar a las mamis- saltó rápidamente con el rostro encendido.

-¿Te gusta Hugito? Pero es más mayó que nosotros

-No me gusta... es Oli que se inventa lo que quiere- se cruzó de brazos enfurruñado y la aludida le hizo burla provocando la risa de Begoñita. A Álvaro le gusta Huuuugo. Pensó mientras miraba su manito todo enfadado

-Vosotros no sois novios- volvía a la carga la castaña- pero vuestras mamis sí- afirmó muy segura.

-Tampoco- negó con la cabeza Oli- dicen que todavía no, que queda un poquito- hizo un gesto con sus deditos y se encogió de hombros a la vez que mordía su bocadillo de nutella.

-Joe, menudo lío- se golpeó la frente dramáticamente.

-Hola Nat- saludó a la morena en cuanto salió por la puerta del teatro.

-Hola, linda- besó sus labios repetidamente provocando una sonrisa en la más bajita. Esa sonrisa quería yo.

-¿Ya sabes cuándo te vas?- le preguntó de camino a la cafetería cercana al cole de los peques.

-Mañana.

-¿Mañana ya? Jo- hizo un pequeño puchero.

-Ya... hoy ya se queda el peque con Damion.

-Podrías... bueno, solo si quieres eh- le dijo poniéndose cada vez más nerviosa- digo, podrías pasar la noche con Oli y conmigo...

La morena la vio allí con su diminuta altura y aquella gran vergüenza que le entraba cuando pedía algo o simplemente hablaba de temas que se escapaban a su aura de seguridad, aquella que desprendía la rubia a simple vista, aunque para Natalia aquella visión de la rubia había cambiado en el tiempo que la conocía, pues bien había descubierto sus puntos flacos en los que perdía aquella máscara de seguridad. Cuando eso pasaba se la quería comer a besos.

-sólo si cenamos pizza- le dijo con una sonrisa sin dientes.

-Hecho- dijo la rubia antes de entrelazar su mano con la de la morena y retomar el paso.