Señores trajeados.

5.9K 303 26
                                    



-Buenos días jefa- saludó con tono juguetón el chico en cuánto la morena de casi dos metros apareció por el teatro.

Volvía a ser Lunes, vuelta a la rutina, aunque todavía con restos del increíble fin de semana que había pasado casi en su mayoría junto a Alba y su pequeña mini rubia, después de quedarse el sábado a comer pizzas se fueron a su casa alegando que la pobre Queen estaría esperándolas con las uñas bien afiladas por él abandono que le estaban dando aquel finde de semana, aunque prometiendo que el domingo volverían por la mañana para hacer un nuevo super domingo y así fue como pasaron también la mañana del domingo los cuatro juntos.

El Lunes ambas habían llegado a la cafetería donde solían desayunar junto con la Gaditana y su hija con una sonrisa demasiado brillante para ser el primer y más odiado día de la semana, ambas se hicieron las suecas y Alba contestó las correspondientes preguntas por parte de Julia sobre la cena de la Universidad del Viernes, evitando las partes donde llegaba borracha como una adolescente al portal de la Navarra.

-Buenos días Doraemon ¿Cómo te va el Lunes?- le correspondió al saludo sonriente.

-No tan bien como a ti por lo que veo en tu sonrisa de penca enamorada- ¿y esta por qué sonríe tanto siendo Lunes? Se me ha roto la Natillas- Hay un señor gordo y trajeado esperándote.

-¿Gordo y trajeado en mi humilde teatro? ¿y qué quiere?- el chico se encogió de hombros por respuesta, la morena soltó un bufido y se dirigió a su pequeño despacho a ver quien era y que quería aquella misteriosa persona.

-Buenos días- saludó al entrar tendiéndole la mano educadamente antes de tomar asiento frente al señor- Me llamo Natalia, la encargada de este humilde teatro- soltó una risilla y rápidamente sé puso seria al ver la cara mustia del señor trajeado. Uy que estirado.

-Se quien eres señorita Lacunza- relajó un poco su expresión y continuó hablando- Soy Antonio Garrido, un placer.

-El placer es mío Antonio... ¿y a qué se debe su visita?

-Verás, mi empresa se dedica a financiar y dar a conocer a pequeños proyectos que creemos que puedan llegar lejos en un futuro y yo creo que su pequeño teatro es uno de esos proyectos perfectos en los que invertir... Tengo una pequeña propuesta para usted señorita Lacunza y si en un futuro todo sale según los objetivos podríamos hacer proyectos mayores.

-¿Cuál es su propuesta?- preguntó Natalia con tu tono de voz profesional aún algo rehacía a las palabras de aquel señor con pinta de ricachón estirado.

-Vimos la obra benéfica que realizó hace unas semanas y nos pareció perfecta para llevarla a otras ciudades, empezando por Barcelona para ver si puede llegar a tener un impacto igual o mayor que al que ha tenido aquí.

-¿Otra cuidad? Pero... ¿permanentemente?- preguntó algo desconfiada

-Nono, mi idea era llevar la obra a Barcelona durante dos únicas sesiones... lo que sería pasar dos semanas allí con su equipo y luego si la obra comienza a tener más relevancia llevarla a diferentes ciudades donde se tenga un mínimo de público casi asegurado, siempre ofreciendo dos únicos pases.

-La obra en esta ocasión no sería benéfica y el 30% de los beneficios irían para nuestra empresa, quedando nosotros a cargo del alojamiento y alquiler de sala en Barcelona...- continuó hablando al ver el silencio de la morena- Usted solo deberá llevar a su equipo allí y hacer la obra lo mejor posible- terminó con una sonrisa algo forzada.

-¿Cuánto tiempo para pensarlo tengo?

-Hasta después de navidades, queremos hacer la obra en Mayo, ha sido un placer- se levantó de su asiento y se despidió con un frío apretón de manos.

ABC  |  AlbaliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora