-Oli, ¿vamos a despertar a mi mami?- susurró el pequeño a su amiga, llevaban un rato despiertos y no quisieron perturbar el sueño a Natalia por si era demasiado pronto, pero después de media hora ya estaban cansados de tener que jugar procurando no hacer ruido y hablando por lo bajini, por lo que el pequeño propuso ir a despertar a su madre, con la sorpresa de que en la cama de la morena se encontraba un bulto extra en aquella cama del cuál no pudieron adivinar la identidad, pues se encontraba tapado hasta la cabeza.-¿Quién esta durmiendo con tu mami?- el chico por respuesta le limitó a encogerse de hombros antes de acercarse al lateral donde su madre dormía.
-Mami... Mami- le dijo lo más bajo que pudo.
-Maaaami- la morena empezó a removerse sobre la almohada.
-hmm... ¿Qué pasa?
-Oli y yo nos hemos cansado de dormi- le dijo aún en voz baja para no despertar a la persona que dormía en el otro extremo de la cama
-ya voy peque- murmuró con la cara enterrada la almohada- darme cinco minutitos y me esperáis en la cocina ¿si?
Los pequeños igual que entraron abandonaron la habitación procurando no hacer ruido y dejando la puerta cerrada, Natalia se permitió unos minutos más remoloneando antes de observar a una Alba totalmente dormida haciendo una bolita sobre si misma, decidió no despertarla y dejarla descansar un rato más.
-Buenos días enanos- entró una despeinada Natalia por la puerta de la cocina.
-¡eh! No somos unos enanos- protestó la niña.
-Mi mami dice que cuando llegue al estante de los cereales dejaré de ser un enano- habló el pequeño mientras jugaba con el servilletero de la mesa.
-Exacto peque y tu igual Oli- alcanzó los cereales del estante de arriba y los dejo sobre la mesa mientras preparaba la leche para los niños, ciertamente el estante tenía una altura a la que Alba tampoco llegaba, por lo cuál seguramente aquellos peques siempre serían sus enanos.
-Natalia, ¿Quién estaba durmendo en tu cama?- preguntó Oli mientras comía tranquilamente su bol de cereales.
-Pues un duende pequeñito que se coló anoche en mi cama- sé hizo la interesante mientras soplaba su humeante taza de café.
-Uaaala... ¿y podemos verlo?- siguió la pequeña con emoción.
-Cuando se despierte lo verás.
-Mami- hablo el de rizos con la boca llena, su madre lo reprendió con la mirada antes de que continuara hablando- ¿Tenemos dendes en casa?- preguntó una vez tragó lo que tenía en la boca.
-Eso parece y además este es un poco borrachín.
-¿Qué es boachín?- preguntó Olivia curiosa.
-Pues una persona... o en este caso un duende pequeñito que se ha bebido su propio peso en roncolas
Los dos niños se miraron entre sí, ninguno había entendido el significado de las palabras de la morena pero se conformaron con que verían a aquel duendecillo que descansaba en la cama de la morena, sin saber que se trataba de una Alba resacosa.
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ABC | Albalia
FanfictionNatalia a sus 32 años trabaja como directora de teatro. Alba a sus 34 es profesora de arte en la Universidad. Ambas con una vida acomodada y dentro de una rutina empiezan a conocerse gracias a una pequeña pelea entre las dos personas más importantes...