Capítulo 12: "Quiero hacerlo"

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Rami.

Iba a besarla por fin. Después de mucho tiempo de anhelarlo, ya que quería hacerlo desde la primera vez que la vi, y ahora, la tenía tan cerca, sonrojada y pasmada. Era tan bello tenerla así, con sus ojos tan cristalinos y sus labios entre abiertos, listos para recibir los míos.

Pronto, la ilusión se rompió, a ser irrumpidos por Lucy y Eric, quién entró gritando y al verlo, notamos la rojez de su rostro por el enojo.

—¿Qué carajos hacen ustedes aquí?—reclamó. Lacey dio un paso para atrás y hubo un corto silencio. Los tres estábamos sorprendidos ante su reacción, ya que ninguno se la esperaba, mucho menos yo.

Cuando Lucy y yo decidimos venir a Colorado, no era exactamente por el dichoso vestido.

—Lucy vino a cotizar un vestido—contestó Lacey acercándose a él—¿Por qué estás así?—le preguntó en voz baja.

—Dijimos que no volveríamos a vernos—recordó un poco más tranquilo.

—Lacey le mencionó a Rami lo contrario anoche—habló Lucy. El hombre miró a su esposa extrañado, tanto, que arrugó su frente y sus cejas.

—¿Te mensajeas con él?—ella abrió la boca pero no supo que contestar—¿Quieres acostarte con él de nuevo?—explotó nuevamente.

—Tranquilo, amigo—le pedí acercando y me miró con fastidio—De hecho Lacey y yo no hicimos nada esa noche—confesé. Lacey me miró con vergüenza.

—¿Crees que soy estúpido? ¡Claro que lo hicieron! Por eso quieren repetirlo.

—¿Por qué no nos calmamos?—pidió Lucy—Pareces un verdadero hipócrita imbécil, porque en primer lugar la idea fue tuya. Tú me convenciste de hacerlo—Lacey abrió los ojos y miró a su esposo sin creérselo.

—¿Es verdad?—preguntó sin aliento—Todo este tiempo creí que había sido ella.

—Ella está mintiendo. Yo nunca he tenido esas ideas, me conoces—le suplicó y le tomo la mano. Ella no se apartó, y al verlo, algo en mí se desmoronó.

—Tú también me conoces a mí, y si te digo que Rami y yo no hicimos nada esa noche, me creerías—Eric apretó los labios.

—Entonces, ¿es cierto?—ella asintió con la cabeza—¿Por qué Lacey...? Yo...--suspiró y jaló de su cabello mirándonos, sin saber que decir.

—Lo sé, sé que ustedes si lo hicieron, pero...--la chica me miró de reojo—Yo quisiera saber lo que se siente—pidió tranquila y serena hacia Eric. Cerró los ojos manteniendo el silencio en la habitación.

—No, cariño—respondió—Lo siento, pero no. Eso solo fue cosa de una vez—dijo lo último hacía nosotros—Fue una promesa. Prometí que todo iría bien en nuestro matrimonio a partir de ahora.

—Cuando nos casamos también prometiste que yo sería la única—reclamó Lacey.

—¿Por qué no lo hablamos más tranquilos en otro lugar?—pedì yo acercándome.

—No la toques—estalló casi abalanzándose a mí.

—Te estas comportando como un estúpido—le reclamo Lucy—Yo hablaré contigo y lo solucionaremos. ¿Bien? ella tuvo su turno de levantarse de la mesa molesta y Rami la convenció, así que yo te convenceré de nuevo—él la miró y no tuvo más remedio que marcharse con ella.

Parecía ser que Lucy podía controlarlo bien.

Lacey se dejó caer sobre el sofá y tapo su rostro.

—Dios, lo siento tanto. Nunca debí hacerlo, no debí mandarte esos mensajes—lamentó. Me senté a su lado y levanté su rostro con mi mano.

—Nunca pidas perdón por sentir lo que sientes y pedir lo que quieres—dije mirándola a los ojos—Yo me siento feliz de que lo hayas hecho, Lacey—me miró con atención—Creo que yo nunca me hubiera animado por miedo a que me rechazaras de nuevo.

—Solo quería ser leal a mi matrimonio.

—Lo sé. ¿Y ahora?

—No lo sé—bajó la mirada—No me siento la misma desde que te conocí—volvió a mirarme, y esas palabras, hicieron destellar una corriente eléctrica que corrió por mi pecho una milésima de segundo.

—Tampoco yo.

—Aunque han sido pocos los días desde que nos conocemos, esta conexión no la he sentido con nadie. Ni siquiera con Eric y me siento terrible.

—Tranquila, no es nada malo.

—Sí lo es Rami, porque este intercambio solo se trataba de lo físico. Pero si hay sentimientos solo de parte mía... necesito saber si esto puede ser real antes de perderlo todo—habló, derramando una lagrima por su mejilla izquierda.

—No solo son de parte tuya—negó con la cabeza.

—Hacerlo sería peligroso para ambos—sujete su rostro con mis manos.

—No puedes pedirme que regrese sin siquiera intentarlo—espeté—Sería una tortura y ¿Cuánto tiempo seguiremos mandando mensajes a escondidas de nuestra pareja? Lacey... tenemos que dejar claro lo que sentimos o lo que no sentimos. Ellos tuvieron su oportunidad de saberlo, nosotros no—asintió con la cabeza.

—Quiero hacerlo—declaró, y nunca unas simple palabras me hicieron sentir tan aliviado.

Cuando íbamos bajando hacia la entrada del local, Lucy y Eric entraban por la puerta. El silencio se hizo presente unos segundos, y la rubia se encargó de romperlo de una forma no muy sutil.

—Haremos una reservación para el fin de semana en un hotel a las afueras—comentó—Nos iremos mientras tanto. Ah, y lo del vestido era en serio—le guiño un ojo hacia la otra chica y nos marchamos.

Al subir al auto, mi curiosidad me mató de inmediato.

—¿Cómo lo convenciste?

—Digamos que sé algo que no quiere que su esposa sepa—la miré sorprendido.

—¿De qué hablas?

—Tú tampoco debes saberlo, y si quieres estar con ella no me preguntes.

Aquello no apuntaba a ser nada bueno, era algo que podía dañar a Lacey, y estoy seguro que con eso, Lucy lo chantajeo. 

Bailando con un extraño 《Rami Malek》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora