Capítulo 22: "Una en un millón"

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Rami.

No quería quedarme callado, no después de que Lucy me confesara la verdad acerca de Eric. Él fue quien la convenció de hacer el intercambio cuando la conoció, y fue tan fácil para él porque no era la primera vez que lo hacía.

Resulta que la misma noche que se conocieron, él estaba ebrio y confesó la verdad.

Cuando estaban en primer año de universidad, Blake, la hermana de Lacey salía con Joe, mejor amigo de Eric, quien en ese momento tenía otra novia. Hicieron el intercambio una noche y después el rompió con ella porque al día siguiente conoció a Lacey en su casa, cuando salía a escondidas. Se enamoró de ella al instante y meses después comenzaron una relación. Ella es dos años menor que él, y a medida que avanzaba su noviazgo, lo hacia el embarazo de su hermana.

Todos sabían que el hijo era de Eric, pero decidieron ignorarlo.

Ciertamente aquello no era asunto mío, pero estaba molesto ante la actitud que mostró Blake. Si ella sabe todo lo que Lacey sufre, ¿Por qué negarle ver a alguien que si ama en realidad? Porque me ama, de eso estoy seguro. Haber terminado lo nuestro fue algo que no entendí, viaje hasta acá pasa saberlo, y en seguida lo supe. Ella se había embarazado, y probablemente creía que era de Eric y prefería quedarse con él, pero... hay posibilidades de que yo sea el padre. Como una en un millón, y no me iría sin saberlo.

Pronto me arrepentí de haber sacado a la luz el oscuro secreto que guardaban los seres más querido de Lacey, pues al parecer si estaba en casa y escuchó toda nuestra conversación. Lo supe cuando la vi caer por las escaleras. Blake y yo corrimos en seguida a su auxilio, pero estaba inconsciente sobre el suelo.

La levanté sobre mis brazos y corrí hacia mi auto, la deposite en el asiento trasero, y su hermana se subió con ella, no dejaba de hablarle y moverla mientras conducía hacía el hospital.

Al llegar, el servicio de urgencias la atendieron en seguida y nosotros tuvimos que esperar en la sala. Pasaron cinco minutos y Eric entro furioso por la puerta.

—¡¿Qué mierda haces aquí?!—exclamó furioso mientras se acercaba a mí. Blake se levantó y lo detuvo.

—Ella lo sabe—le dijo—Sabe todo—él la miró tan sorprendido, que no pudo articular palabra aunque lo intentó.

—¿Cómo...?

—Yo se lo dije—exclamé levantándome y encarándolo—Era eso con lo que Lucy te amenazaba—apretó la mandíbula mirándome con rabia.

—¿Qué debo hacer para deshacerme de ustedes?—dijo entre dientes—Dejen de jodernos las vidas.

—Tú jodiste la vida de ella, y la nuestra.

—Tendremos un hijo, Malek. Oh sorpresa, la fiesta se acabó.

—Ese hijo también podría ser mío. Oh sorpresa—repetí con sarcasmo.

—¿De qué hablas, imbécil?—se abalanzó y Blake lo empujó con fuerza—Eso nunca va a pasar ¡¿Me escuchas?!—gritaba mientras Blake lo jalaba.—Y aunque sea tuyo—espetó calmándose para que la chica lo soltara.—Ella me eligió a mí. Yo no la obligue—sonrió malicioso.—Ella sabe que le conviene más estar con un hombre normal, que con uno que viaja mucho, que tendría que besar a otras chicas por su trabajo y quizá tenga muchas admiradoras que lo atosiguen. Eso no es vida para ella y apuesto que te lo ha dicho—manipuló bien. Me hizo recordar que eso había dicho Lacey cuando volvíamos del hotel aquella mañana.

Su voz retumbó en mi cabeza como si la volviera a escuchar "tu vida es la de un artista reconocido, yo soy una chica promedio"

—Ve y cásate, Malek. Haz tu propia vida y olvidate de Lacey—terminó por decir Blake y cuando el doctor les pregunto si eran familiares de Lacey, se marcharon con él.

Al final del día, tenían razón en una cosa, Lacey lo eligió sobre mí, y no había nada más que yo pudiera hacer.

Los siguientes días, pasaron tan rápido que no vi venir el día de mi boda, y caí en la cuenta hasta que Ben estaba atando el moño de mi estúpido esmoquin.

—Quita esa cara, amigo. Parece que vas a tu sentencia de muerte—bromeo y lo miré con seriedad.

—No creo poder superarlo, Ben—confesé.

—Aún tienes tiempo de arrepentirte. Sabes que cuentas conmigo y los chicos para fugarte, nos embriagamos y en las calles le contamos a desconocidos que plantaste a tu novia—sonreí.

—Estaría bien sino fuéramos tan reconocidos.

—¿Reconocidos?—refunfuñó—El señor gana un Oscar y ya se siente príncipe de Hollywood—me reí.—Ya está—concluyó el moño de mi esmoquin y luego palmeo mis hombros.—Es ahora o nunca. Piénsalo bien—dijo por ultimo y se marchó.

Me miré en el espejo, suspiré con melancolía e imagine por un momento que era Lacey a quien vería caminar hacía mi con un lindo vestido blanco.

Sé que podía arrepentirme, pero lastimar a Lucy, era lo menos que quería. Así que me armé de valor y salí. Los chicos y yo subimos al auto y Joe condujo anta la playa donde todo ya estaba montado. Un pequeño altar frente al mar, sillas blancas y una pequeña banda a un costado, el sol en el horizonte, bocadillos en una mesa y los invitados, todo estaba perfecto.

Llegó el momento en que el auto de Lucy apareció y de él bajo ella. Sonreí al verla bajar y acercarse a mí del brazo de su padre, con música romántica de fondo.

Al llegar conmigo, nos tomamos de las manos y la ceremonia comenzó. Transcurrieron unos minutos con normalidad. Mi corazón comenzó a palpitar y mi piel a sudar, con la idea cada vez más clara en mi mente  de parar esto. Y tuve mi oportunidad cuando el padre dijo

—Sí hay alguien que se opone a esta unión hable ahora o calle para siempre—quería decir "yo" pero al ver la sonrisa de Lucy no pode hacerlo. Bajé la mirada un segundo y articule un leve "lo siento"

—¿Qué?—murmuró ella.

—¡Yo me opongo!—exclamó una voz femenina al fondo del lugar. 

Bailando con un extraño 《Rami Malek》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora