Capítulo 16: "A partir de ella"

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Rami.

Estaba ansioso, y muy nervioso. Esperaba la llamada de Lacey a cada segundo. Incluso desde antes de subir al avión, quería que al decirme que sentía algo por mí, me hiciera perder el vuelo y volver con ella. Besarnos en la sala del aeropuerto como en las películas solía suceder. Pero no ocurrió. Lucy y yo llegamos a California por la noche y juntos fuimos directo a casa.

Ninguno de los dos habló, y se sentía cierta tensión entre nosotros. Ella tenía un carácter fuerte, y prefería mantenerse callada en lugar de decir o escuchar cosas que no quería.

Su padre se recupera rápidamente de su operación, por lo que podíamos pasar más tiempo en casa. y por la mañana, cada quien se iba hacía sus labores del día.

No dormí en toda la noche. Me recosté en la cama con el celular sobre mi regazo, y mirando hacia el techo, recordando lo irreal que fue la noche anterior. No podía sacar a Lacey de mi cabeza, y mucho menos aquellas sensaciones que provoca en mí incluso estando lejos.

Eran las tres de la mañana en el reloj de la mesilla, y mis ojos ardían del cansancio, pero me negaba a dejar el aparato, pues si sonaba podía tomarme por sorpresa y despertar a Lucy por mi torpeza al tomarlo. La emoción me delataría, así que por eso, decidí mandarle un mensaje.

Hola. Te extraño ya.

Sé que quizá necesites tiempo para pensar en lo que sientes.

Pero quiero que sepas que yo lo siento, Lacey.

Siento todo por ti.

Y creo que si enfrentamos esto juntos, podremos tener una maravillosa historia.

Suspiré al mandarlo, pues estaba feliz.

Iba a ser difícil, pues ambos teníamos pareja, y lo peor era que ella estaba casada, pero si esto era real, podríamos con eso y más.

Pronto, recibí respuesta de su parte. Miré la pantalla, mientras las palabras aparecían en ella.

Me equivoqué.

Y creo que confundiste la situación. Esto solo fue cosa de una noche.

Quería saber si lo hacías mejor que mi esposo.

Pero no fue así.

Fue terrible. Y estoy avergonzada.

No quiero saber más de ti.

Fue un error estar contigo, amo a mi esposo y a nadie más.

Me senté de golpe sobre la cama, pues no daba crédito a lo que leían mis ojos.

No, no podía ser cierto. Esto... era difícil de procesar. Leí un par de veces nuevamente y sentí como a cada segundo, mi corazón se partía un poco. Un nudo enorme se formó en mi garganta, y al momento que la bandeja de mensaje mostraba que ya no podía enviar mensajes a ese usuario, fue que mis lágrimas brotaron de ambos ojos.

No, no. 

Revisé su perfil, y este había sido borrado.

No podía creer lo que había pasado. Estaba en negación. Definitivamente Lacey no era la de los mensajes. Quería imaginar que todo era un error. Ella no pudo decir esas cosas, esa noche... yo sé que lo disfrutó, ella me lo dijo y yo lo vi. Sentía cosas, antes... quizá después se dio cuenta que... su esposo lo hacía mejor... ¿Qué carajos? Ella no diría algo así. Ella es la clase de chica que preferiría mentir antes que dañar a otros. Entonces, ¿Qué había pasado?

No pude evitar estar distraído los siguientes días. Estaba dolido, rechazado, confundido, pensativo, y mi autoestima se desplomó un poco.

—Cariño—me llamó Lucy por enésima vez, con gesto de fastidio.

—¿Qué pasa?

—¿Ese te gusta?—preguntó. Giré al espejo observándome, vistiendo un traje color negro, con camisa blanca y corbata ajustada—Claro—fingí una sonrisa.

Estábamos preparándonos para una gala de premios a la que fuimos invitados en un par de días, y aunque ya hubiéramos ido a muchas y yo haya usado un traje idéntico, siempre compraba uno nuevo.

—Bien. Ese será—dijo hacia el encargado de la tienda.

—¿Qué hay de tu vestido?—pregunte quitándome la corbata y la chaqueta.

—Viene en camino—respondió. Asentí levemente sin preguntar nada.

La gala de los premios vino de inmediato, digamos para mí, porque últimamente no tenía mucho que hacer. Estos días eran de vacaciones para Lucy y para mí, debido a que nuestra boda se pospuso, la luna de miel también.

Justo ahora, que miraba a mi prometida, luciendo un bello vestido, un peinado y una sonrisa despampanante, no lograba sentir la misma fascinación que sentí hace años, cuando pasábamos estas alfombras o posábamos para esas cámaras.

Todo cambió, a partir de Lacey, y en este momento, todo estaba mal, también a parir de ella.

Después de los premios, había una fiesta en un salón de un hotel, donde iban todos los invitados y los ganadores a celebrar triunfos o derrotas, así como también a degustar un delicioso platillo y copas de vino de todo tipo.

Compartimos nuestra mesa con Ben y Joe, quienes venían acompañados de sus novias, aun así había dos asientos reservados en la mesa, y me pregunté toda la noche donde estaban mis otros dos amigos.

Hasta ahora, no he hablado con Ben sobre los últimos mensajes de Lacey, me sentía humillado.

—Buenas noches, ¿está ocupado?—espetó una voz masculina conocida detrás de mí.

—Son sus lugares—contestó Lucy y se levantó para saludarlos. En ese momento, mi pecho sintió un escalofrío y mis piernas me temblaron. Giré la cabeza, y en el momento que la vi, todo pareció desaparecer. Ella me miró con una sonrisa, ese tipo de sonrisas que hacen caer a sus pies a cualquiera, y yo la miré como la segunda vez que nos vimos en aquel hotel.

Tuve una mezcla de sentimientos como nunca en mi vida.

—¿Qué hacen aquí?—reproche con algo de molestia, lo cual, hizo desvanecer la sonrisa de la hermosa rubia que tenía frente a mí, la cual iba tomada del brazo de su esposo y tenía un vestido rojo cubriendo su bello cuerpo y su cabello sujeto en un moño hacia lucir un atractivo escote y unos hombros muy femeninos.

Estaba enojado, no tanto por recordar los mensajes que me hirieron, sino me frustraba que viniera junto a otro hombre y no poder hacer nada más que sentirme como un maldito adolescente marginado. Ahora así me haces sentir, Lacey.

—Yo los invité—respondió Lucy de la misma forma. Lacey bajó la mirada y yo volví a mi posición. No me levanté a saludarlos.

Lucy los invitó a sentarse al momento que los presentaba con Ben y Joe. En ese momento, quería salir corriendo de ahí, y así lo hice. No me importo que Lucy se molestara, o lo patán que parecería, pero de verdad, me dolía la situación.

—¿Qué pasa, Rami?—preguntó Ben preocupado, al encontrarme refugiado en la acera del hotel. Voltee a verlo y cuando miró mi rostro se impresionó.—¿Estás llorando?

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Me dolió mucho escribir este capítulo :(
Perdonen porque tarde en actualizar y quizá ya es tarde en donde me leen, gracias por votar y comenten que rayos está pasando con esos malditos mensajes!!! Jaja

Bailando con un extraño 《Rami Malek》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora