Capítulo 5: "Arrepentida"

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Lacey.

Una suave brisa de mañana corrió por toda mi piel y me despertó. Al abrir los ojos me di cuenta en donde estaba.

Rami y yo nos habíamos quedado dormidos en una cama de playa, yo estaba sobre su cuerpo mientras él dormía flácidamente y el sol estaba amenazando con salir desde el horizonte.

—Rami—susurré y lo moví levemente. Se quejó—Nos quedamos dormidos en la playa—expliqué—Mira el amanecer, es bellísimo—dije tratando de incorporarme, al hacerlo, él me jaló y volví a caer en su pecho.

—Yo veo algo mucho más bello aquí—lo miré sorprendida y me alejé. Él también se sorprendió y abrió los ojos.

—Lo siento. Dormí sobre ti—lamenté levantándome.

—Tranquila. Lo disfruté—sentí que me ruborizaba un poco.

—Tenemos que volver—dije. El asintió con la cabeza y se levantó. Caminamos de regreso y cruzamos el área de piscinas en donde nos despedimos, pues nuestras habitaciones estaban en edificios contrarios y se podían acceder de formas lejanas a cada uno.

Subí al elevador hacia el último piso, y al pararme sobre la puerta, saqué la tarjeta del bolsillo de mi vestido, recordando cómo le había mentido a Rami para ya no volver encontrarnos a solas.

Como presentí, Eric no llegaba aún y no sabía hasta cuando lo haría. Aquello me desilusionaba un poco. Mientras me duchaba, imagine una y mil cosas que probablemente pasaron entre él y Lucy. Me atormentaba pensarlo.

Cuando salí de la regadera, el sonido de la puerta abriéndose se escuchó, y en seguida, Eric me encontró en el baño, cubierta ya con una toalla blanca.

—Buenos días, amor, ¿Qué tal todo?—se acercó y me besó. Lo miré y actuaba de lo más normal.

—Bien, ¿y tú?—pregunté también aparentando normalidad.

—Igual—contestó restándole importancia y comenzó a desvestirse para ducharse. Desde el espejo, logré ver algunas marcas en su espalda. Aparté la vista y salí de ahí.

—¿Quieres ir a desayunar?—preguntó mientras se bañaba.

—Muero de hambre—articulé.

—También yo—contestó.

Me vestí en la habitación con un short de mezclilla, sandalias y una blusa roja escotada. Sequé mi cabello frente al espejo mientras Eric se vestía.

—Eres hermosa—mencionó y acaricio mi trasero con sus manos, luego me rodeo de la cintura besando mi cuello.

—Esta noche será para nosotros—murmuró y salió del baño, dejándome totalmente perpleja. Hacía años que no hacía algo así, como tocarme o seducirme. ¿Realmente este intercambio nos funcionó? Pero... ¿Por qué yo me sentía igual o peor? ¿Quizá cometí un error al no haberlo hecho con Rami?

En el desayuno, nos topamos de nueva cuenta con Lucy y Rami, quienes al vernos se sentaron con nosotros sin haber sido invitados. En ese restaurante era del tipo en el que tú podías servirte lo que quisieras, tome de excusa eso y me levanté cuando ellos llegaron.

Mientras miraba que platillo de atojaba más, Lucy se me acercó por un costado.

—Hola, ¿Qué tal te fue con Rami?—preguntó tomándome por sorpresa. Lo miré y su rostro me pareció como si estuviera burlándose de mí. Quizá Rami le confesó que no hicimos nada y le pareció gracioso.

—No me apetece hablar de eso contigo—repliqué—Y quisiera que nos dejaras de molestar. Ya pasó lo que querían, no va haber una segunda vez—me dí la vuelta y regresé a la mesa.

—Cariño. Me siento mal. Iré a recostarme—dije hacia Eric llegando a la mesa.

—Está bien, cariño. Te acompañaré—exclamó sin esperármelo—Lo siento, chicos—dijo hacia ellos y se levantó. Miré a Rami por última vez y nos marchamos.

Una vez en la habitación, me recosté en la cama y Eric me alcanzó un vaso con agua.

—¿Te sientes mejor?—preguntó. Asentí con la cabeza bebiendo el líquido.

—Hoy tengo el día libre. Podemos ir a nadar si quieres—sonreí.

—Por supuesto—sonreí con emoción.

Unos minutos después, nos preparamos para ir a la piscina. Él se colocó un short de playa color azul marino y yo un bikini del mismo color. Cruzamos el elevador y el pasillo para llegar. Estuvimos un rato nadando, posteriormente nos metimos al jacuzzi, donde pronto las cosas entre nosotros subieron de temperatura, al igual que el agua lo estaba.

Eric me tocaba de una forma en la que nunca lo había hecho, y las sensaciones que ocasionaba me hicieron perder el control hasta el límite de provocarlo.

Debido a eso, tuvimos que regresar en seguida a la habitación. Todavía húmedos y con el cabello empapado, nos tiramos en la cama y comenzamos a besarnos. Nos despojamos de las pocas prendas que nos cubrían y dimos paso a un encuentro carnal y muy pasional.

Él tenía tanta energía que en todo momento dominó el encuentro. No recuerdo ni una sola vez en la que ambos llegáramos al punto y después gritar como en esta ocasión. Aquello me hizo sentir tan bien después de mucho tiempo, pero al terminar, lo primero en que pensé fue en Rami Malek, y no sabía por qué.

Cuando mi esposo cayó duramente dormido. Me levanté de su lado mirando hacia la nada. En ese instante, miré una chaqueta negra colocada sobre el respaldo de una silla.

Me levanté y caminé hacia ella. La tomé y aspiré su aroma varonil, cerrando mis ojos inconscientemente. Caminé al espejo y me la coloqué, cubriendo mis pechos con ella y la mitad de mi trasero.

¿Realmente cometí un error al no hacerlo con Rami? Porque justo ahora, estaba arrepentida de la decisión y no paraba de imaginar cómo se hubiera sentido.

Fui una imbécil. 

Bailando con un extraño 《Rami Malek》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora