Paralelismo

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Era fácil perderse de noche, algunas veces deseaba cerrar los ojos y dejarse guiar por cualquier callejón hasta llegar a cualquier sitio, caminar hasta que no pudiera ni respirar o amaneciera y descubrir sitios nuevos. Pero su rutina estaba tan a fuego en él que incluso con los ojos cerrados terminaría llegando a ese bar y lo sabía, con la música ruidosa envolviéndolo como una amarra dos calles antes, viendo la larga fila deseando entrar, sin importar qué día de la semana fuera. A él le daba exactamente lo mismo ser visto o no, sentir las miradas escandalizadas o no, pero a veces prefería la comodidad de entrar por la puerta trasera para ahorrarse el caminar entre empujones. Al final debía llegar allí, pensaba, los paralelismos de la noche con el día, las vidas que existen a la sombra y son vividas sin nadie que las relate más que para satanizarlas o dramatizarlas hasta volverlas una burla. Muichirou tenía una vida, era feliz y sus circunstancias eran lo de menos, si se desarrollaban a la luz o a la sombra eran solo cosas azarosas. No estaba avergonzado, no sentía la necesidad de disculparse. Al entrar la oscuridad del pasillo le hizo doler los ojos y estirar la mano para no chocar, sólo un tramo hasta tentar la puerta y empujarla. El olor a comida caliente le hizo sonreír, sentarse a la mesa sin detenerse a saludar al resto de las personas allí.

-Pensé que ya no ibas a venir- un muchacho exactamente igual a él, incluso con el mismo traje se levantó de su asiento, extendiéndole un vaso y llenándolo, inclinándose discretamente a acariciar su cabello- ¿Te bañaste? ¿A dónde fueron?-

-Al acuario. Traje una nutria- le dio un trago a la bebida, intentando no toser por lo rasposo. Sentía las miradas en él y no le gustaba parecer un niño- me tardé porque cierta persona no compró la bañera que rompió y no tenía dónde ponerla, me bañé porque hicimos un pequeño desastre en el baño-

-¿Se portó bien contigo?- jaló la silla hacia él, revisando discretamente su cuello-¿Lo llevaste a la casa?¿A qué te refieres con una nutria?-

-Cielos, Yuichirou, déjalo comer en paz, no es como si se fuera a acabar el maldito mundo porque tu hermano tuvo una cita- uno de los chicos, mucho mayor con el cabello desordenado en un blanco que hacía a sus ojos más negros y radiantes de violencia, agresivos manchones de tinta, un rostro hermoso de una forma trágica, enmarcado por cicatrices mientras encendía un cigarrillo, reclinándose en el asiento- pero sí ¿Se portó bien contigo?-

-Sólo charlamos- se encogió de hombros, masticando la comida que ya comenzaba a enfriarse- me gusta el acuario, es una lástima que no podamos ir más seguido-

-Debiste darle un susto de muerte al hombre que nos debe dinero allí- otro hombre, bastante alto y musculoso, con unos preciosos ojos violeta enmarcado uno por un complicado maquillaje rojizo y un cabello platino a los hombros le pidió un cigarrillo al primer hombre, quien se lo dio de mala gana, arrojándole el encendedor y sólo por sus reflejos pudo esquivarlo del rostro- Lo que estos tontos quieren saber es si te lo tiraste. Vamos niño, nadie te creerá que le pediste su número sólo para ir a un aburrido acuario a charlar, no después de las cosas que decías de su trasero-

-Mi hermanito no es una sucia zorra como tú para abrirle las piernas a un completo desconocido en la primera cita, Tengen-  Yuichirou rellenó su vaso, acomodando el cabello de Muichirou - No te rías mientras comes, te puedes atragantar-

-Algún día alguien va a cortar esa flor, déjalo crecer- 

-Dejen de hablar de esas cosas, no es una puta reunión social- el hombre de los ojos heterocromáticos resopló, inclinándose, dejando ver entre sus cabellos una serpiente blanca- no tardan en llegar los demás-

-Está enojado porque Mitsuri se fue con Gyomei hoy- Yuichirou le susurró y ambos intentaron no reírse- en serio, no te acostaste con él ¿Verdad?-

Velvet MouthDonde viven las historias. Descúbrelo ahora