Entre las estrellas

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Pronto se acabaría el invierno, ya lo sentía en los breves destellos del mediodía que le hacían cerrar los ojos. Estaba cansado por haberse quedado pegado en el teléfono con Mui hasta que el sonido de la alarma le avisó que no había dormido. Fueron tres días casi sin saber de él y aunque no quería decírselo estaba preocupado. Su oficio era altamente riesgoso y cada vez que lo veía llegar con una herida se abría una también en él mismo. Quería cuidarlo, le decía en la manera desesperada en que no quería soltarlo, en que besaba cada golpe, cada cicatriz. Mui no hacía mayor drama, seguía su vida con ese desinterés que Tanjirou no comprendía, por más que lo intentaba. Fue él quien alargó tanto la llamada, queriendo asegurarse de verlo pronto. 

Pero al ver el reflejo de los faros de su bonito auto azul, pensó que debió ser más específico y menos impaciente. Miró a sus compañeros, demasiado ensimismados en ese problema de física y no supo qué decir cuando vio a Mui bajar, haciéndole una seña para que saliera. Señaló su bolígrafo, boqueando. Pero Mui se encogió de hombros, acercándose a la pared, amenazando con trepar por ella para entrar. Tanjirou dejó salir un gritito, llamando la atención ¿Qué se suponía que hiciera? Tomó sus cosas, hizo una reverencia profundamente avergonzado y después salió corriendo.  Si alguien veía al muchacho, sin duda se iba a meter en problemas. Podía que alguien llamara a la policía, no estaba seguro. Centenares de pensamientos le envolvían a cada paso y sabía que debía idear algo lo suficiente creíble pero la sola idea de mentir le ponía los nervios de punta. Primero debía controlar su respiración, el desbocado corazón se le saldría en un río gota a gota si seguía así. Mui estaba cada minuto colgando de las manos de la suerte y el miedo de verlo caer y hacerse pedazos contra el destino le iban robando la calma. Por eso le pesaba la necesidad de verlo, de saberlo ahí, simplemente ahí.  Miró a los lados pero no demasiado, antes de abrir la puerta y verlo buscando la manera de trepar la pared. 

-Hola, bebé ¿Me extrañaste?- sus mejillas estaban rojas, el cabello suelto, la ropa más juvenil. Sonriéndole. Tanjirou dejó caer su portafolio, más paurado en sujetar su rostro y besarlo, sintiendo en su aliento la sorpresa antes de corresponderle, rodeando su cintura. Pegó su frente a la otra- creo que sí-

-Estaba un poco preocupado, tardaste mucho en responder y...- tragó saliva, sabiendo que estaba siendo egoísta al reclamarle. Mui lo abrazó, pegando su mentón a su pecho.

-Te daré el número de Yui por si alguna vez vuelvo a olvidar mi teléfono, soy un poco olvidadizo a veces- lo tomó de la mano después de besarla- ¿A dónde quieres ir? ¿Cuánto tiempo tienes antes de entrar a trabajar?- Tanjirou abrió la boca, nervioso- ah, no, no volverás a entrar después de haberte escapado por mí de clases, déjame disfrutar esto- se echó a reír, recogiendo el portafolio de Tanjirou del suelo, entrando ambos a su auto- ¿Qué tal la zona de videojuegos? Debe estar vacía a estas horas- 

-Tengo el uniforme de la escuela, no creo que nos dejen pasar- resopló, encendiendo el aire acondicionado. 

-No se te olvide con quién estás, bebé- le guiñó un ojo antes de ponerse los lentes oscuros y encender el motor. Tanjirou giró la cabeza, queriendo ocultar los escalofríos. No de miedo, era esa manera tan descarada de hablar. 

-Nunca he entrado a un lugar así- 

-Ni yo, pero he visto varias películas y parecen muy divertidos- encendió el radio, tarareando- ¿Te llevaste bien con mis amigos? No pensé que fueras a conocerlos tan pronto. No es que me importe demasiado, pero realmente me preocupa un poco que te involucres de más-

-Son personas muy simpáticas, todos parecen muy divertidos y la pasé muy bien. Zenitsu comenzó a juntarse con nosotros también. Estoy un poco apenado porque pensé que estaba apresurándome, ellos son tu familia ¿No es cierto? Todos hablan con mucho cariño de ti y pensé que no te sentías listo, pero si es por no involucrarme- se giró, acariciando su hombro- ya tuve el tiempo suficiente para hacerme a la  idea, Mui- 

Velvet MouthDonde viven las historias. Descúbrelo ahora