14.- Una pista, un juego.

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Grace Field

— La hermana Krone... — Susurró Killua en medio de la noche, acostado en su cama sin poder pegar el ojo.

— Lo sé... — Contestó Kurapika en voz baja — Ya no puedo sentirla, su presencia desapareció despues de que cruzara la puerta principal.

— Creo que ambos saben lo que acaba de pasar, ¿no Gon? — preguntó el albino a su amigo.

Gon no contestó nada, Killua sabía que estaba despierto, que tampoco podía conciliar el sueño y menos despues de saber que la hermana Krone, quien sólo era una víctima más de aquél sistema, acababa de ser asesinada por no ser más de la utilidad de mamá.

— Esto me recuerda a cuando perdí a mi familia, estoy igual de molesto que tú, Gon, puedo entenderte. — trató de consolar Kurapika.

— No... no puedes... — la voz entrecortada que salía de su boca era sinónimo de entera tristeza, Gon había estado llorando por la muerte de Krone, quién sabe desde qué momento. — porque no estoy molesto... ¡me siento un completo tonto! — empezó a subir el tono — ¡sabíamos lo que iba a pasarle y no hicimos nada por ella!

— ¡Gon, baja la voz! — suplicó Kurapika sentándose de golpe.

— ¡Ella está muerta por nuestra culpa! — chilló casi gritando.

— ¡Cállate! — gritó Killua levantándose de su lugar y noqueando a Gon por la nuca dejándolo dormido en un instante — Kurapika...

— Lo sé... — susurró Kurapika — Mamá ya sabe todo, con Krone muerta ya no hay aliada a la cuál pedirle información y lo peor, retrasó nuestra huída.

— Se suponía que nos iríamos hoy... — Killua estaba empezando a perder la esperanza.

— Tendremos que esperar a que amanezca, no dudes que ella no pueda dormir tranquila en este momento.

— ¿Crees que escuchó a Gon?

— No fue lo suficientemente fuerte para que ella lo escuchara desde su habitación, pero aún así... casi se me sale el corazón al pensar que pudo habernos oído.

— Yo también, por eso tuve que golpearlo...

— Comprendo que esto es más difícil de digerir que lo de Conny, pero debe entender que Krone estuvo preparada para ello, si ella no tuviera fe en nosotros habría hecho un escándalo para que no la mataran y todos estaríamos muertos ahora, pero ella lo sabía y guardó silencio.

— Vivan... eso nos dijo...

— Necesitamos descansar y continuar mañana, los niños también lo requieren si queremos tenerlos con la mayor energía posible para correr.

— Sí — Killua volvió a su cama  después de cubrir a Gon con una manta para que pareciera más dormido que noqueado — Kurapika...

— ¿Hm?

— No eres nada intimidante con ese tamaño. — se burló Killua como gato curioso.

— ¿Yo intimidaba?

— Tus ojos, eran más atemorizantes cuando te conocí.

— Sólo soy 20 centímetros más bajo, ¿porqué me dices eso a esta hora?

— Nada, sólo intentaba sacar conversación.

— Ya tendremos tiempo de eso cuando volvamos a nuestro mundo. — al decir esto, Kurapika se dió la vuelta para intentar dormir, pero Killua le habló después de un momento de silencio.

— pero... ¿y si no podemos regresar? — pregunto esperando la respuesta del rubio.

— No lo sé... — Contestó Kurapika para no tener que seguir discutiendo — sólo duérmete —. En un instante el albino cerró sus ojos insatisfecho y sé quedó dormido, pero ahora quien no conciliaba el sueño era Kurapika, esa pregunta era tan inquietante para él porque desconocía la respuesta — "sé lo que quieres decir, yo también tengo miedo de quedarme atrapado en este mundo, tengo miedo de pasar estos muros y darme cuenta de que no estamos en casa. En el peor de los casos... moriremos aquí"

Examen de Cazador

— ¿Ahora entiendes quién es la verdadera genio? — Sermoneó la contrincante con orgullo, como si aquél encuentro no significara nada para ella — estuve jugando contigo, revelandote la jugada que haría en cada ocasión y así te equivocaste varías veces, puedo entender la simpleza de tu corazón y aunque tu mente trata de ganar, tus corazonadas te traicionan, ese es tu defecto, no piensas con la cabeza fría. Niña.

Perder el encuentro siendo tan simple, era tan humillante, Emma lo comprendió desde la primera jugada.

La mujer que estaba frente a ella era una criminal por su ingenio, una inteligencia para manipular a los demás con sus palabras, lo que Emma no entendía era la cantidad de maldad que podía existir en una persona para desperdiciar su mente en causarle daño a otros.

Cadenas perpetuas, condenas que no alcanzan piedad, ¿porqué? acababa de perder contra una presa de alto peligro, se sentía una víctima más de sus crueles actos para jugar con los demás cuál ratones acorralados por un gato. Sin salida.

— Una vez más... Sólo una vez más. — rogó Emma.

— ¿Para qué? Ya no te quedan horas por apostar, todos tus compañeros acaban de perder por tu culpa.

Retar a Emma era algo que nunca debería haber hecho, ya que ella estaría dispuesta a sacrificar todo con tal de salir victoriosa, lo que tenía de especial era que no importara cuántas veces fallara, lo iba a volver a intentar.

— Apuesto la vida.

— Oh... esto se pone interesante. — sonríe la pelirrosa hambrienta de muerte.

— ¡¡¡No!!! ¡¡Emma!! — ahora sí, Norman creyó que se había vuelto loca de remate.

— ¿¡Que estás haciendo, tonta!? — incluso Ray había perdido los estribos.

— Confíen en mí, esta vez voy a ganar. — sin siquiera voltear a ver sus rostros asustados y de desaprobación estuvo firme en su decisión.

— Adelante, jugaremos por última ocasión. — Siete veces seguidas pudo ganarle a Emma y la octava era la que decidiría el final de todo — Esta vez voy a poner piedra.

Emma había perdido al no entender la manera en que su contrincante la manipulaba revelando sus jugadas pero al fin había encontrado la respuesta.

— Entonces también pondré piedra. — jugar su propio juego, pensar como ella.

— ¿Qué dijo? — se sorprendió Tonpa.

— No entiendo cuál es su intención, si pone lo mismo será un empate, entonces... — Ray analizó aquello y antes de terminar de hablar, logró callarse, dió en el clavo.

— Esta niña se está jugando todo, ¿realmente va a poner piedra? — sospechó la mujer — Su corazón es demasiado sincero para engañar, si realmente planea poner piedra, yo puedo poner papel y engañarla para ganar, será tan divertido escucharla gritar cuando muera. — una mirada sonriente de parte de Emma cambió totalmente el semblante en su victoria asegurada, pero ya no hubo tiempo de reaccionar.

Ambas lanzan sus jugadas y todos quedan asombrados con el resultado, sin saber lo que planeaba realmente la otra, Emma logró hacer que su oponente dudara de sí misma en un último momento y cambiara su piedra por tijeras pensando que Emma pondría papel y la engañara como ella planeaba hacerlo.

— Te dije que pondría piedra. — dijo Emma mostrando una gran sonrisa satisfactoria — Piedra rompe tijeras, estás fuera.

Hunter x Neverland [Libro 1] Completo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora