2.- Explorando mundos

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Grace Field

Alguien tenía que salvarlos de esa situación, no sabían qué tan peligroso era caer en las manos de aquella mujer, así que Kurapika instintivamente se arriesgó a actuar sin saber si Gon y Killua lo seguirían.

— ¡Estábamos jugando a que somos de otro planeta! dónde competíamos para convertirnos en cazadores ¿quieres jugar con nosotros?

Gon y Killua ni cortos ni perezosos entendieron a Kurapika y siguieron su idea usando la verdad como mentira.

— ¡Sí mamá! Perdón si te preocupamos, creo que nos metimos mucho en nuestro juego. — Killua no se acostumbraba a llamar mamá a esa señora, pero no le quedaba de otra.

— No se disculpen, comprendo, sólo era un juego pero la próxima vez avísenme — tras decir esto, mamá se inclinó para abrazar a los 3 niños. — no sé qué haré sin ustedes cuando tengan que irse, los quiero mucho.

— ¿Irnos? — preguntó Gon ingenuamente.

— Sí, cuando nos adopten, Gon — Kurapika se apresuró a contestar para que Gon no se viera tan desubicado, lo que deseaba era estar a solas con ellos para explicarles lo que había deducido de todo aquel teatro del orfanato.

— ¡Oh! ¡Cierto, Kurapika! no quisiera irme nunca sin ustedes. — con este comentario se adaptaba sin saberlo y dejaba más tranquila a mamá.

— Bueno, ya es algo tarde, vayamos a desayunar. — sugirió mamá dirigiendolos al comedor con el resto de niños.

Ya estando ahí, los tres se sentaron juntos y mientras mamá se dirigía a la cocina un momento, Kurapika les explicó un poco de lo que creía.

— Estamos en una especie de orfanato aparente, esto no es un orfanato real, en primer lugar porque los tres sabemos que no somos huérfanos, en segunda porque yo me veo mucho menor que antes y en tercera porque esa mujer se puso muy seria cuando nos reencontramos aquí, como si sospechara de nosotros sobre algo.

—Ella nos trata como si de verdad nos conociera. — Dijo Killua aún pensativo por lo ocurrido en la oficina.

— Y lo extraño es que los demás también nos tratan así, por lo tanto si queremos averiguar qué sucede debemos seguir la corriente y actuar como miembros del orfanato, lo que digan los demás, lo hacemos, si hacen algún comentario sobre nuestra personalidad, lo seguimos, pero no sé delaten y no se alejen demasiado.

— ¿Qué hacemos para que la señora no nos descubra si se supone que nos conoce?

— Ser más listos que ella, investigarla pero sin que sospeche. Encontraremos la manera de salir de aquí cuando no nos observe.

Dicho esto, el desayuno fue normal como cada día en el orfanato, para los 3 chicos era algo nuevo y en buena parte agradable, tardaron todo el día para hablar con otros niños y adaptarse al entorno, Kurapika observaba cada detalle a su alrededor buscando pistas.

— ¡Las traes! — dijo una niña tocando la espalda de Gon, este no dudó en aprovechar aquel día para jugar con los demás, escuchando comentarios positivos de los niños que les gustaba jugar con él porque era divertido y alegre, Gon sonreía y se sorprendía de lo bien que lo conocían.

— ¡Killua! ¿Quieres jugar? — invitó un chico menor que él pero el albino estaba algo indeciso ya que nunca había jugado con niños de su edad.

— Paso — contestó sin mucho ánimo y caminó por los alrededores mirando a Kurapika que se había alejado del grupo hacía los árboles. — ¿qué haces? — preguntó apareciendo rápidamente a espaldas de Kurapika.

— ¡Tonto! ¡Me asustaste! — Ya con mamá vigilandolos desde que llegaron, Kurapika ya hasta sentía que en cualquier momento se le aparecería, por suerte de trataba de Killua.

— ¡Oigan! ¿No van a jugar con los demás? Deberíamos pasar el rato ya que estamos aquí, los niños se ven muy amigables, yo no veo nada de malo en estar aquí. — El inocente Gon ya estaba frente a ellos convenciendolos de quedarse pero Kurapika seguía teniendo esa mala espina ya que no confiaba en nadie y menos al volver a tener esa edad donde había sufrido aquella pérdida familiar.

— Encontré una especie de división entre este bosque y lo que sigue después, pero no estoy seguro de pasar, por algo la han puesto acá, creo. — Comentó Kurapika tratando de ver lo que hubiera más allá de aquella división.

— Que gallinas, si quieren saber lo que hay, sólo vayan — dijo Killua saltando la línea límite y adentrándose al bosque — ¡el que no me siga no será cazador!

Kurapika y Gon, motivados por la curiosidad siguieron a Killua sin saber las consecuencias de aquella exploración y lo que estaba por venir.

Examen de Cazador

— Estaba leyendo hace unos minutos y de repente di un parpadeo y aparecí aquí vestido así y con esta patineta— explicó Ray según lo que pudo recordar.

— ¡Genial! ¡Prestamela! — pidió Emma.

— ¡No! ¡Es mía! — contestó Ray.

— Yo estaba poniendo el mantel en la mesa — agregó Norman tratando de entender lo que ocurría. — Y me siento bastante raro con este traje y esta especie de tabardo ¿Realmente necesitaré usar estos chancros? — les muestra las armas que llevaba consigo.

— ¡Estan estupendos! ¡Acá tengo una caña de pescar! — señala Emma su espalda donde está la caña ajustada a la mochila.

— Pero tú no sabes pescar. — Ray arruinando el momento.

— Aguafiestas. — llora Emma. — Yo acabo de llegar, estaba jugando con Connie y después no sé qué pasó, me di la vuelta y ví todo esto. —Estaba todavía algo nerviosa porque nunca en su vida vió gente mayor a sus hermanos además de mamá y mucho menos tantos hombres.

— Entonces ¿no quieren los jugos? — insistió Tonpa haciendo enojar a Ray.

— Váyase de aquí antes de que me enfade y lo golpee con mi patineta. — Los ojos llenos de oscuridad del moreno hicieron que Tonpa se retirara si sintiendo miedo.

— Malditos mocosos, de una u otra forma haré que reprueben este examen y no vuelvan, seguramente se perdieron y terminaron aquí sin saber ni dónde están, es mi oportunidad para darles una lección. — sonreía por lo bajo ideando sus planes estúpidos para hacerles la vida imposible a los niños.

De repente un campanazo dado por Satotz fue el aviso del inicio de la primera prueba del examen de cazador.

Cuando todos empezaron a caminar, Emma y los chicos también los siguieron pues no querían quedarse solos.

— ¿Se supone que debemos seguir a este tipo hasta que se detenga? — se quejó Ray

— No lo sé pero parece emocionante ¿No creen? — Sonreía la pelirroja acelerando poco a poco el paso.

— La verdad sí, no me explico aún cómo llegamos aquí ¡pero sigamos! — Norman estaba feliz si Emma estaba feliz, así que lo demás no importaba.

Después de unas horas corriendo Emma notó que Norman se empezaba a cansar ya que no tenía la fuerza física suficiente para recorrer todo ese trayecto. Ray que no había hecho mucho esfuerzo debido al uso de la patineta, accedió a prestarsela a Norman.

— Espera, tengo una mejor idea. — dijo Emma haciendo que los tres subieran a la skate y con ayuda de la caña de pescar se impulsaron lo más rápido posible para alcanzar de manera más divertida a Satotz.

Cuando pasaron bastantes horas más, ellos habían guardado energías para la última parte del recorrido de la cueva, las escaleras.

Emma no dudó en darles apoyo y esperanza para subir sin problemas, gracias a que eran los productos prodigio de Grace Field, tenían capacidades mucho mayores a las de un ser humano común.

— ¡Norman! — Emma se detuvo en un punto al ver que el albino había resbalado. Su energía estaba agotada de nuevo. — ¡Te ayudaré! No te preocupes.

— No te molestes, déjame aquí.

— Oye, ¿eres estúpido? — exclamó Ray — llegamos juntos, nos vamos juntos.

Hunter x Neverland [Libro 1] Completo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora