Capítulo IV

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RAÚL

Nos hemos dividido en dos grupos para jugar un partido. Al contrario que en el entrenamiento de hace una semana al que solo vino Irene, hoy han venido la mayoría de parejas con sus hijos. De echo algunos compañeros les han prometido a sus hijos que podrían jugar un partido contra nosotros así que me va a tocar quedarme un rato más.

Nos quedan cinco minutos para acabar cuando se acerca a nosotros un niño pequeño corriendo.

-Mario para. Vuelve aquí- grita alguien. 

La mayoría nos giramos a ver quien es y resulta que es Irene que viene hacia nosotros. El niño, que ahora está a mi lado, me pide que le coja y yo, ante su cara de niño bueno, acepto cogiéndolo a cuello.

-Ey! Hola- saludo a Irene cuando llega a mi lado.

-Mario. ¿Cuantas veces te he dicho que no puedes ir correteando por donde te de la gana?

Mario se queda en silencio.

-¿Es tu hijo?- le pregunto queriendo sacar un tema de conversación.

Ella se pone a reír sin parar: -Ni de coña. Es mi sobrino. Por fin viene Javi.

El recién nombrado aparece y cuando le doy al niño lo coge y me lo agradece.

-¿Qué ha pasado? ¿Y Laura?

-Pues que se ha ido al baño y me ha dejado con Martina y Mario y Mario se me ha escapado- le explica a Javi.

-¿Y donde está ahora Martina?

-Le he dejado con las chicas. No quería que Mario os molestara.

-Bien chicos- Abelardo da unas palmadas para llamar nuestra atención.-por hoy ya estamos. Nos vemos mañana.

Después de decir esto los niños entran corriendo al campo. Todos llevan la camiseta de la temporada de sus padres.

-¿Como hacemos los equipos? Somos impartes- reflexiona David.

-Que juegue Irene- propongo porque aún está con nosotros.

-¿Qué?- exclama sorprendida.-ni de coña. O no. Ni se os ocurra- dice con la mirada fija en Javi.

-O si- la abraza y le empieza a hacer cosquillas mientras ella ríe como una loca y grita que pare.

-Esta bien- regula su respiración.-jugaré. 

-Bien. Empecemos. Padres contra hijos- dice Diego.

Irene carraspea.

-Esta bien. Padres e Irene contra hijos- corrige.-¿así mejor?

-Mucho mejor.

Empezamos a jugar. No corremos mucho y dejamos que los niños nos marquen. Quien si le pone mucho empeño es Irene, que insiste en que le han hecho una falta.

El partido termina con una goleada por parte de los niños. 

-Hace calor, ¿no?- dice sacándose la sudadera y quedándose con una camiseta de manga corta que deja ver algunos tatuajes que cubren sus brazos.- ve voy a por una cerveza.

Justo cuando ella se va baja Laura al campo. Les da la mano a Mario y Martina y empiezan a andar junto a Javi, Sergio y yo hacia el edificio.

-La he visto muy contenta. Muy motivada- le comenta a su pareja.-¿la exposición fue bien?

-Si, muy bien. Vendió algún cuadro. Me dijo que estaba feliz solo que se sentía mal de que tus padres no quieran saber nada de los cuadros y piensa que tu tampoco.

-Javi, ya sabes que fui a tratar de convencerlos de que viniesen.

-Diego lo pagó el otro día el cuadro y ella me pedía que nos quedásemos con la mitad para pagar los gastos de casa. Se siente mal porque dice que con ella en casa no tenemos intimidad- siguen hablando como si nosotros no estuviésemos aquí.

-Si, es cierto. No tenemos intimidad para nada pero es que cuando los tuvimos- señala a sus hijos.-sabíamos que tendríamos aún menos intimidad.

AFFECTION~ RAÚL DE TOMÁSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora