A 400 TEXTOS DE DISTANCIA

XIII

Adam estaba en la casa de Sergio cuando recibió un mensaje nuevo, se ilusionó al pensar que podía ser Charlotte, pero cuando vio que solo se trataba de su hermano, volvió a guardar el teléfono y resopló cansado.

- No entiendo porqué no solo vamos a su casa y le dices que la amas - le dijo Sergio.

- No la amo.

- Claro que si, o dime - preguntó - ¿Viajarías más de 400 kilómetros por cualquier chica?

- No... Si... No lo sé - Adam sonaba muy confundido.

- A ver, piensa en lo que te impulsó a venir hasta aquí.

- Yo... - Se quedó pensando - Me agrada, quería conocerla por fin, me refiero a conocerla de verdad, no solo lo que fingía ser por redes sociales. Lo que me escribía, la manera peculiar que tenía de quejarse de la vida, me hacían interesarme por ella.Siempre que le contaba sobre mis cosas parecía estar realmente feliz por mi, nunca me trató mal, nunca ignoró mis mensajes por más tontos que fueran - Miró a su amigo - Hasta ese día, dejó de hablarme por completo, ni leía los mensajes. ¿Puedes creer que le confesé lo que sentía por un estúpido mensaje que ni siquiera leyó?

- Para mi suena a que la amas - contestó Sergio - Y deberías dejar de quejarte tú conmigo y más bien ir a decirle eso a Charlotte. Puedo averiguar dónde vive, solo dame luz verde.

Adam no estaba muy seguro de qué quería hacer. Había viajado hasta allí para conocer a Charlotte, para decirle que le gustaba y que quería ponerle fin a esa distancia que había entre ellos. Pero no era tan sencillo como había creído.

Podían averiguar dónde vivía, podía planear encontrarse con ella casualmente en la universidad o en la calle; pero la conocía un poco y sabía que con eso no sería suficiente, tendría que esforzarse un poco más si quería que ella no lo ignorara cuando lo viera.

- ¿Crees que Emily nos ayude con eso? - Sugirió.

- No lo sé, podemos intentarlo, pero es fin de semana y no se me ocurre dónde buscarla.

- Si lo hubiera pensado en el restaurante, tal vez me hubiera acercado a preguntárselo.

- Eso es, es San Valentín - Pensó Sergio - Y si estaba con el chico que creo que estaba, seguramente tenían una cita, y hoy están pasando un montón de películas cursis en el cine local. No perdemos nada acercándonos y ver si está por ahí.

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Emily estaba saliendo del cine con Steve cuando vio a Sergio sentado afuera con el mismo chico que había visto en el Kiosco esa tarde, le pareció extraño y quería saludarlos pero se recordó a sí misma que estaba enojada con él por haber dejado plantada a su hermana.

Steve notó que los dos chicos la estaban mirando y le preguntó si los conocía.

- No, conozco a uno de la universidad, pero no tengo ni idea quién es el otro - contestó.

- Pues parece que él sí sabe quién eres porque viene para acá - le dijo Steve mientras le señalaba a Adam que caminaba hacia ellos.

- Hola Emily, ¿qué tal estás? - la saludó Adam.

- Lo siento, ¿debería saber quién eres? - dijo Emily mientras notaba como Steve se ponía tenso a su lado.

- No, disculpa. Soy Adam - se presentó - soy... amigo de tu hermana.

- ¿De mi hermana? Pero si Charlotte no tiene amigos - rieron.

Adam sabía lo poco sociable que era Charlotte y lo mucho que le molestaba estar en lugares donde hubieran muchas personas. Su hermana tenía razón, Charlotte nunca mencionaba ningún amigo; a veces cuando hablaba de trabajos o cosas de la universidad, mencionaba a un tal Carlos, Adam llegó a sentir celos de él pero pronto entendió que a Charlotte no le interesaba.

- Si... Es una larga historia. ¿Crees que podíamos hablar a solas? - contestó Adam mirando a Steve.

Emily iba a contestar que sí, pues el chico parecía simpático e interesado en Charlotte, cuando notó que Sergio se paró junto a Adam y le hizo un gesto con la mano a modo de saludo.

- No, lo siento. Tengo cosas más importantes que hacer - respondió y se fue con Steve.

- Vaya, vamos de mal a peor - rió Sergio - Y cada vez más peor, amigo.

Adam rodó los ojos ante el intento de broma de su amigo, si las cosas seguían así, no lograría nada con Charlotte.