Ese día Charlotte llegó temprano a la universidad, por lo que tendría unas horas libres antes de que comenzaran las clases. Se dirigió a la biblioteca para leer, tomó el primer libro de economía que vio y se sentó en una de las mesas que estaban libres.
No llevaba mucho tiempo ojeando el libro cuando sintió que alguien se sentó a su lado, pensó que era Emily así que solo le preguntó qué quería.
- Con esa actitud no vas a hacer muchos amigos.
Escuchó la voz de un hombre y alzó la mirada, descubrió que se trataba de un chico moreno, unos años menor que ella; lo reconoció porque solía observarla cuando creía que ella no lo notaba, hizo una mueca de disgusto pero decidió que no perdía nada siendo amable.
- Disculpa, creí que eras mi hermana, ¿qué tal?, soy Charlotte - se presentó.
- Lo sé... digo... te conozco - balbuceó - soy Sergio.
Charlotte sonrió y volvió a dirigir la mirada hacia su libro; no tenía idea de porqué ese chico se le había acercado, no lo conocía y no estaba entre sus planes hacerlo, pensó que si tal vez era ruda él se cansaría y se iría. Pero Charlotte nunca se imaginó los planes que Sergio tenía, ni por qué se le acercó esa mañana.
- Y, ¿qué lees?
- Un libro de economía, cualquiera creería que el título en la portada lo hace muy obvio - pensó - Es lo que estudio.
- Interesante elección, yo estudio ingeniería electrónica.
- Bien - Respondió sin interés, cualquiera hubiera sido la razón por la que ese chico se le acercara, no tenía ni la más mínima intención de averiguarlo - Disculpa, debo irme.
Charlotte empacó sus cosas, se estaba levantando cuando sintió que Sergio la halaba del brazo y la obligaba a sentarse de nuevo.
- Pero tus clases aún no comienzan.
- ¿Y tú cómo es que sabes eso? - Charlotte comenzó a alterarse más y le gritó al chico- Mira, Sergio dijiste, no sé quién seas ni quien creas que soy, pero te advierto de una vez, déjame en paz.
Tomó sus cosas y salió de ahí tan rápido como pudo, se tropezó un poco pero no le importó; siguió corriendo hasta que llegó al edificio de su facultad, donde esperaba encontrar a alguno de sus compañeros. Carlos su amigo se encontraba en una de las mesas de la cafetería, se le acercó y fingió estar buscando algo en la maleta mientras trataba de recuperar el aire.
- ¿Pero qué rayos te pasó? Luces como si hubieras corrido una maratón.
- No es nada Carlos, solo caminé más rápido de lo que acostumbro - Pensó que tal vez sería una buena idea contarle a su amigo lo que le había sucedido en la biblioteca, él conocía más de chicos de lo que le gustaría admitir, y podría darle un buen consejo.
- Si claro, supongamos que te creo - le dijo Carlos en un tono sarcástico.
- En realidad, estaba yo... eh, en la biblioteca... cuando eh... - no lograba encontrar las palabras adecuadas - Olvídalo, fue una tontería. Un chico que no conozco para nada parecía conocerme muy bien.
- Eso suena a historia, ven, siéntate con tu buen amigo Carlos - y le hizo señas para que se sentara a su lado.
Charlotte suspiró y se sentó, a fin de cuentas Carlos era de los pocos compañeros con que se llevaba bien, solo lo tenía a él y a Emily, pero su hermana probablemente le diría que aprovechara que un chico mostraba interés en ella y no estaba de humor para eso. No era dramática, pero no le gustó la forma como este chico hablaba de ella, quizás el problema fuera mayor y no alcanzaba a darse cuenta.

ESTÁS LEYENDO
A 400 TEXTOS DE DISTANCIA
RomansaA veces te encuentras con la persona perfecta en la distancia equivocada.