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No entraba en mi cabeza el hecho de que viera a Jungkook a mi lado durmiendo. Estoy tan confundido con todo esto, no quiero lastimarlo y tampoco puedo aclarar lo que quiero. Mi mente me decía una cosa y mi cuerpo reaccionaba a otra. Muchos pensamientos se mezclaban.

Al levantarme y buscar mi ropa para ir a trabajar. Dejé una nota en la mesa y junto el desayuno. No podía quedarme, tampoco quería despertarlo y hablar con él. Por eso solamente salí de mi departamento directamente a tomar el colectivo. Antes avisando a la recepción que Jungkook saldría más tarde. En cualquiera de los casos que lo tomarán como un extraño.

Hoseok estaba estudiando, en unas horas llegaría al estudio para empezar y luego sería mi turno de irme a clases. Era algo agotador, pero de esa manera vivía.

Dos o tres personas fueron el total en el día en el estudio, no era tan popular, pero esperaba que algún día fuéramos más conocidos y recomendados.

Encerrado en mi estudio, andaba en mi propio mundo viendo como el pincel se desplazaba y dejaba los colores en el lienzo, ni siquiera miraba el resto de la pintura, mi mente tenía la imagen que pronto estaría frente a mí.

¿Algún día mis pinturas estarán en una gran galería de arte?

Soñaba que así fuera. Podía lograrlo y sabía como hacerlo, pero el miedo de varias cosas me consumía.

Regresando a mi departamento esperaba poder descansar a gusto. Lo que no me esperaba es que Jungkook estuviera en mi cocina, sacando comida que muy seguro preparó Hae, porque si él hubiera cocinado, quizá me dejaba todo el departamento con olor a humo.

—¿Qué haces aquí? Pensé ya estarías en tu casa y no volverías

No quisiera sonar grosero, pero tenerlo acá me ponía nervioso, no quisiera volver a terminar como anoche.

—Oh hola bueno, quise darte un gesto así que le pedí a Hae si podía preparar esto, claro con algunas insistencias aceptó

Me dijo con una sonrisa mirando la comida que servía en los platos. Dejé mis cosas en una silla, una mezcla de emociones se produjo en todo mi cuerpo, bonitas o no de sentir, me las estaba aguantando.

—¿Como entraste? No tengo dos llaves, y la puerta no se puede abrir desde afuera sin llave

Me crucé de brazos observándolo, tenía otra ropa y no era mía, por lo tanto, salió y vino de nuevo, así que alguien más tuvo que abrirle la puerta.

—Eh... le pedí por favor a la recepcionista, no te molestes con ella, yo estuve insistiendo porque quería hacer esto

Se acercó a mi, mientras yo me alejaba unos pasos. No, no caeré, no quiero caer.

—Jin escucha, no me arrepiento de nada de lo que hicimos anoche, ni la primera vez que lo hicimos, aunque no estuviéramos en todos nuestros sentidos, me gustas, me gustas mucho. Y con esto que está pasando creo que...

Alcé mi mano para detenerlo, no quería escuchar más, no sabía qué hacer, tenía miedo, Jungkook es un niño. ¿qué me asegura que no terminaré lastimado al momento que encuentre alguien más? El tiempo podría hacer muchas cosas y una de ellas es que el amor venga o se vaya.

—Jungkook no... no quiero escuchar, mira, nos llevamos cuatro años, todavía no terminas de estudiar en la escuela, cumpliré veinte años y tu dieciséis. Hay muchos chicos en tu escuela ¿por qué yo?

Sus ojos mostraban tristeza y sus puños se apretaron. No pretendía perderlo, tampoco sabía como estar bien y no sentir esto al tenerlo presente. Su rostro se acercó al mío en segundos, cerré los ojos al sentir su respiración chocar con mi mejilla.

—No me voy a rendir Jin, sino como explicas el que ayer hayamos terminado teniendo relaciones? No creo que seas el tipo de persona que juega con los sentimientos de una persona, y cuando estábamos los dos entregándonos te siento de otra manera, que de verdad me quieres como yo te quiero a ti, pero no lo dejas salir

No sabía que contestarle, al momento de abrir los ojos observe los suyos, apunto de llorar y quebrarse. Tragué saliva cuando se alejó un poco. Ninguno dijo ninguna palabra, y cuando pensaba hablar el volvió a tener la palabra.

—Al menos, déjame intentarlo, juguemos hyung

Susurró cerrando los ojos a centímetros de mi rostro. Puede que esto se salga de control y no sepa como arreglarlo después, pero admitía muy adentro que me gustaba recordar el como se siente los labios de Jungkook.

Al tomar su rostro entre mis manos y verlo a los ojos, ambos habíamos empezando un juego en el cual no tendría salida. Y tentaba al destino saber como era el final de esto.

Los días iban pasando y una que otra vez con Jungkook nos juntábamos a jugar, fin de semana, después de clases o al llegar de mi trabajo. Nadie más sabia de esto. Pretendía mantenerlo en secreto por mucho más. Aun cuando entre todos salíamos, Jungkook encontraba la manera de estar a mi lado. Taehyung un día bromeó que Jungkook estaba celoso de que estuviera platicando a gusto con un chico en una de las fiestas que nos invitó mi mejor amigo. Y al verlo era notorio lo que pasaba, no teníamos un ¿Qué somos? ¿Amigos? ¿Amigos con derechos? Amigos no queda a los sentimientos que están presentes en nosotros.

Cuando estábamos solos aprovechaba para halagarme, quería verme sonrojado y no solo eso, encontraba la manera de querer entrar a mi corazón aun cuando no sabía si ya estaba en el.

—Hyung, dentro de poco se acerca mi cumpleaños ya tienes mi regalo?

Miro con picardía, entendía aquello, pero de verdad no sabía que regalarle. Los días habían pasado rápido y con ello el cumpleaños de Jungkook estaba a menos de un mes. En la escuela le iba bien por lo que me contaba, mientras yo no sabía como estaba con mi trabajo y estudio.

—Una buena comida puede ser un buen regalo? Aun no lo tengo, pero eso es mi segunda opción

Me encogí de hombros mirando el televisor y cambiando de canal, la recepcionista ya conocía bien a Jungkook, podría parecer que vivía conmigo ya que a veces venía seguido. Sería como su segunda casa.

—Cualquier cosa que me dé voy a amarlo

Sonrió ampliamente acercándose a abrazarme y entre ello los besos comenzaron.

Si... un juego difícil de ganar, porque termino perdiendo ante él 

Give Up?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora