POV ASTRID
Sinceramente, cuando Hipo me dijo esas palabras me emocioné bastante aunque en el fondo siguiese teniendo un poco de miedo, no podía seguir engañándome, tenía que aceptar que cada vez que me subía a Desdentao junto con su jinete, sólo aparecía un segundo de duda antes de empezar, pero confiaba en ellos y la altura no imponía tanto. Después de todo, mi miedo no surgió tanto por la altura en sí, si no por el miedo a que ahí arriba estuviese indefensa, porque esa era una de las sensaciones que más odiaba, durante toda mi vida me había demostrado a mí misma y a los demás que era autosuficiente, no necesitaba nada ni a nadie para hacer mi vida, pero en el cielo, por obvias razones, necesitaba algo de ayuda, y la sensación de caer sin nada que hacer para evitarlo desaparecía con el ojiverde que ya me había demostrado que no me iba a dejar caer sola.
La semana que ya llevábamos de entrenamiento había sido bastante tranquila, se trató esencialmente de volar con Hipo para acostumbrarme, y varias veces nos acompañaban los gemelos y Heather para poder enseñarme varios movimientos en grupo que utilizaban en algunas ocasiones, aunque Hipo advirtió que en adelante aprenderíamos todos algunas formaciones que no habían podido realizar por ser tan sólo tres dragones.
Hasta ese momento, siempre estábamos dentro de la Colonia a excepción de los vuelos y todos los días empezaban con Hipo explicándome el objetivo del entrenamiento de ese día. Sin embargo, cuando llegué a "su" cuartel el primer día de la segunda semana lo primero que hizo Hipo fue indicarme que subiese a Desdentao (en el cual él ya estaba subido).
-¿No me vas a decir nada más hoy? - le pregunté alzando una ceja. Cada vez me expresaba más cuando hablaba con todos ellos, principalmente con Hipo, porque para ellos se podría decir que no era Teniente, no necesitaba fingir u ocultar nada y además Hipo parecía leerme igual de bien con expresiones que sin ellas. Él por su parte no había cambiado en lo relacionado a actitud, siempre estaba relajado aunque alerta, de vez en cuando realizaba comentarios sarcásticos y confiaba por completo en sus compañeros, tanto jinetes como sus amigos alados, lo único cierto es que siempre que yo iba a entrenar, estaba sin el casco.
-Es una sorpresa, hoy empezamos la siguiente parte de tu entrenamiento y va a ser fuera de aquí para la comodidad de todos - me extendió una mano ofreciéndome ayuda para subir y aunque no la necesitaba, la acepté sonriendo.
-Espero que esa sorpresa merezca la pena, la única que me has dado hasta ahora sin avisar fue mi propio secuestro y no lo hiciste demasiado bien - le dije desde su espalda antes de que levantara el vuelo.
-Oh vamos! sabes que siento muchísimo aquello, no era mi intención y por supuesto que esta merece la pena - me dijo alzando los brazos indignado porque era cierto que me había pedido perdón y en realidad entendía su motivo, si no llega a hacer eso hubiese tardado un buen tiempo en aceptar hablar con él de todo lo que hablamos en el "secuestro".
-Venga anda, que no pasa nada. Vamos a por esa sorpresa - lo gracioso fue que nuestro destino era el mismo lugar al que me llevó la primera vez, y al bajar de Desdentao, empezó a hablar.
-No sé si ya te he contado esto antes, pero desde hace mucho creo que los dragones se parecen a sus jinetes, creo que nos aceptan si ven reflejado su espíritu en el jinete y desde que estamos aquí he intentado descifrar el tuyo en la medida de lo posible. Debo decir que no lo pones fácil - una sonrisa sincera apareció en su rostro y me la contagió - Sin embargo, creo que he encontrado a la compañera perfecta para ti - le interrumpí al escuchar eso.
-Espera, ¿qué?
-Si me dejaras terminar, entenderías lo que estoy diciendo y no estarías confusa - me dijo en tono obvio.
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La Catástrofe
FanfictionAño 2130, han pasado 100 años desde la "Catástrofe climatológica" que arrasó el mundo. Fuimos advertidos, pero no hicimos nada. Ahora solo existen algunas colonias que han mantenido los pocos supervivientes. Sin embargo, el mal es una parte más del...