CAP 4: Europa del Sur

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POV HIPO

-Descended lentamente, bajad de los dragones y poned las manos en alto si queréis seguir con vida - gritó una joven rubia que se encontraba en la muralla de la Colonia al lado de una ballesta gigante que nos apuntaba.

Vale, quizá haya que poneros en situación para que comprendáis cómo hemos llegado a esta situación tan delicada con un centenar de soldados en frente nuestra, y una decena de torres de defensa con ballestas como la ya mencionada dirigidas justo hacia los chicos y yo. Bien, han pasado casi dos años desde que conocí a Desdentao y al resto. ¿Quién es Desdentao? El Furia Nocturna que encontramos. Le puse ese nombre porque como dije, en un principio no vi que tuviese dientes (aunque poco después descubrí que no era verdad cuando le vi comer por primera vez utilizando unos asombrosos dientes retráctiles. Os diría que le preguntéis a los peces si no me creéis, pero en fin, creo que sabéis que no se encuentran en condiciones de hablar ni aunque supiesen). Hemos pasado por muchas cosas juntos, desde luchar contra dragones gigantes hasta "buscadores" de dragones como Alvin, que resultaron ser cazadores en lugar de simples buscadores que decían ser. Y ahora mismo, cerca de enfrentarnos al que sabíamos que sería un difícil rival, estábamos en la entrada de la Colonia del sur de Europa para advertirlos de lo que se avecinaba y con la intención de crear un pacto de alianza. Por ello decidimos hacer caso, ya que queríamos evitar que nos vieran como una amenaza, así que bajamos y abrieron la puerta, tras la cual ya se encontraba la rubia que nos había dado las indicaciones unos segundos antes, rodeada por supuesto de bastantes soldados en posición de defensa.

-¿Quiénes sois y por qué os presentáis aquí con esas criaturas? - nos preguntó, por lo que supuse que tendría cierto rango si era ella la que se dirigía a nosotros.

-No somos ninguna amenaza. Estas criaturas son dragones - dije haciendo énfasis en criaturas para que los llamase por su nombre por muy raro que la resultase - venimos en son de paz y con la intención de hablar con vuestros jefes - respondí decidido.

-Si venís en son de paz, ¿Por qué no nos dejas ver tu rostro? - me preguntó refiriéndose al casco que formaba parte de la armadura que creé para mí mismo y que cubría mi todo mi rostro a excepción de mis ojos.

-Prefiero quedarme así por ahora, gracias. Como sabrás, nunca hay que apostar todo en la primera ronda y una máscara no cambia nada, soy la misma persona con ella que sin ella - respondí cansado de que me lo pidiesen siempre.

-Yo diría que se está convirtiendo en tu mantra cada vez que llegas a un sitio eh - me susurró Heather con una pizca de burla. Y era cierto, desde que llegué al pueblo Berserker, ya eran varias las veces que había tenido que aclarar que no buscaba problemas añadiéndole más tarde la mala imagen pacifista que llevaban los dragones. No era culpa mía si siempre me recibían armas apuntándome, creo que deberían confiar un poco más en la gente, nadie ha intentado iniciar una guerra desde el Cataclismo, y una persona (o cuatro en este caso) no creo que fuesen a iniciar una contra una de las mayores potencias que existían.

-Diría que todos me temen. No sé si es un don o una maldición - la respondí encogiéndome de hombros para continuar la broma.

-Tampoco te lo creas tanto, yo más bien me atrevería a decir que es porque sueles llegar subido a un criatura supuestamente inexistente y con otra decena de la misma especie detrás tuyo - dijo haciendo con que pensaba cuál de las dos razones era.

-Detalles - dije como si no fuese nada importante a la vez que ella rodaba los ojos y negaba con la cabeza repetidamente.

-Ehh chicos, reconozco que quizá yo no sea el más indicado para decirlo, pero creo que no es el momento para eso - nos interrumpió Brutacio recordándonos dónde estábamos. Nos centramos de nuevo en la chica y pusimos una sonrisa que resultó más bien en una mueca como forma de disculpa. Bueno, más bien Heather porque yo seguía con el casco (y así iba a seguir durante un tiempo).

-Podéis entrar a hacer lo que queráis o hablar con quien queráis siempre y cuando los dragones se queden fuera - nos dijo pasando por alto lo que acababa de ocurrir.

-Desdentao viene con nosotros, yo también necesito una garantía de que no nos va a pasar nada - dije sin pensarlo ya que sería mi seguro para que nos creyesen. Cuatro chicos que rondan los 22 años no suelen infundir mucho respeto por sí solos, pero con un dragón al lado la situación solía cambiar, y quería que nos creyesen lo antes posible. Como respuesta recibí una ceja alzada y me di cuenta del motivo de su confusión - mi dragón - señalé para aclarar a quién me refería - Desdentao, Chase. Chase, Desdentao - los presenté cuando leí el apellido de la chica en la chapa de su uniforme militar.

-Imponente nombre para una criatura legendaria - me respondió con un tono de burla - no sé por qué piensas que aquí estáis en peligro si habéis sido vosotros los que os habéis presentado aquí, pero supongo que no será ningún problema si sólo va uno - con algo de duda aceptó mi trato.

-Le dije que era un nombre absurdo, me tenía que haber dejado a mí elegirlo - susurró Brutacio a su hermana en un tono en el que solo nosotros cuatro pudimos oírlo. Como reacción yo simplemente rodé los ojos.

-Ningún nombre hubiese hecho justicia a su poder, así que no me preocupa si su nombre no te parece lo suficientemente adecuado, debería importarte más lo que es capaz de hacer - respondí un tanto molesto por su tono - pero gracias por dejarnos entrar - me limité a añadir.

-Insisto en que debes mejorar tus dotes sociales con posibles aliados - me dijo Heather mientras caminábamos hacia donde supuse que estarían el presidente y sus ayudantes.

-Y sabes perfectamente que conozco el límite que no debo pasar, sobretodo con los peces gordos. Pequeñas diferencias con un soldado de rango inferior no van a marcar la diferencia para que acepten nuestra ayuda o no. Sé de otros a los que sí debemos vigilar mejor cuando estemos en mitad de las negociaciones si queremos que confíen en nosotros - dije mirando para atrás a los gemelos justo en el momento en el que Brutilda daba un codazo a su hermano en el estómago.

-¡Eh!, que nosotros sabemos comportarnos perfectamente frente a gente importante- replicó Brutilda al notar que la observábamos. Nosotros en respuestas la miramos incrédulos y luego dirigimos la mirada a Brutacio que se encontraba encogido con las manos en el estómago por el golpe recibido a la vez que se reía - He dicho frente a gente importante - añadió la gemela al darse cuenta de que sabíamos lo que había hecho un instante antes. Nosotros por nuestra parte nos dimos de nuevo la vuelta para observar el camino que recorríamos mientras en nuestras bocas se dibujaban unas pequeñas sonrisas acostumbrados ya a la locura de los gemelos.

-Esperad aquí mientras compruebo que podéis entrar - habló Chase por primera vez en todo el camino cuando nos detuvimos frente a unas puertas custodiadas por dos hombres bastante bien armados para lo que solíamos ver y habíamos visto al llegar aquí, por lo que deduje que al otro lado de esa puerta se encontraban los hombres a los que habíamos venido a ver. Entonces la, al parecer, subteniente Chase (lo supe observando sus emblemas en el uniforme), hizo un gesto a uno de los soldados que sin dudarlo la abrió la puerta, y pudimos oír que simplemente decía que éramos nosotros, a lo que una voz respondió con un -que pasen-.

-Parece que se ha difundido rápido la noticia de nuestra llegada - me dijo Heather al comprender que ya les habían avisado de que habíamos solicitado una reunión inmediata con los máximos responsables.

-Sí, quién diría que incluso los políticos son capaces de actuar con rapidez cuando se trata de hablar con unas personas que están acompañadas de dragones - dije riéndome al recordar lo que tardaban mi padre y sus compañeros en reunirse, no les importaba lo importante que fuese. Sin embargo, ahora estaban todos listos en apenas 15 minutos que tardamos en llegar a pie hasta donde estábamos.

-Adelante - nos avisó Chase asomándose de nuevo por la puerta.

Y eso hicimos, no sin antes ordenarle a Desdentao que esperase fuera hasta que le avisase, y entonces sí nos adentramos a la reunión, una reunión que de una forma u otra iba a indicarnos cómo deberíamos actuar de aquí en adelante si queríamos impedir a nuestro "gran amigo" Drago Manodura hacerse con el control de Europa, lo que significaría vía libre para hacerse con el poder en todo el mundo.

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