CAP 24: A patrullar

210 26 7
                                    

POV ASTRID

Los días seguían avanzando con cierta tranquilidad. Sin embargo, tenía la sensación de que se trataba de esa calma que precede a la tormenta. Porque lo quisiéramos o no, nos gustase más o menos, la Colonia está bajo amenaza y aparentemente era la mayor amenaza desde que se fundó la Colonia, no había ocurrido ningún problema grande desde la catástrofe y no sabía si estaríamos preparados para lo que venía.

Afortunadamente, existía Hipo, junto con sus amigos y los dragones que los acompañaban. Sin él no había forma de que nos hubiésemos podido defender porque nadie pensaba que se pudiese acercar semejante amenaza. Personalmente, en este instante él representaba la esperanza contra Drago y estaba dispuesta a seguirle hasta donde hiciese falta.

Las clases para Patapez y Patán habían comenzado siendo "teóricas" porque especialmente Patán no se había interesado lo más mínimo en los dragones y Patapez también ignoraba algunas cosas, por lo que Heather e Hipo vieron que era necesario enseñarles algunas cosas antes de tener delante a un dragón más "salvaje" que Desdentao o Cizalladura para intentar convertirse en sus jinetes. Parecían preocupados de que pasase algo. Cuando terminaron de informar a Patán y Patapez de todo lo necesario para empezar, fuimos al campamento a las afueras de la ciudad. A diferencia de cómo "conseguí" yo a Tormenta, Patán y Patapez debían buscar entre todos los dragones que acompañaban a Hipo, Heather y los gemelos. Entre todos los dragones que se encontraban ahí, tenían que encontrar quién sería su mejor compañero posible para la relación dragón-jinete, y tras un rato rodeados de todo tipo de dragones, Patán encontró al suyo: un pesadilla monstruosa el cual era, sin necesidad de una gran capacidad de observación, el más rebelde de todos los que había y en el fondo no me sorprendió la elección, porque ya en ese momento se intuía, y unos cuantos días viendo juntos a Patán y Garfios (nombre que había puesto al pesadilla monstruosa), eran tal para cual, a nosotros nos costaba controlar a Patán y al parecer a Desdentao, aún con su posición de alfa y por tanto líder de los dragones, también le costaba controlar a Garfios en algunas ocasiones. Poco después de que Patán encontrase a su dragón, le llegó el turno a Patapez, que se "enamoró" de un gronckle hembra al que nombró Barrilete. Por lo que me había dado cuenta se cumplía una condición, y es que dragón y jinete son muy parecidos de carácter, porque el gronckle también se encariñó rápidamente de Patapez. Me alegraba por mi amigo, hacía mucho que no le veía tan emocionado como lo estaba con el tema de los dragones; nuestras vidas se habían tornado demasiado monótonas y solitarias, sólo nos teníamos el uno al otro aparte de nuestras familias, a las que no veíamos con frecuencia, por lo que algo tan extraño como tener a unos dragones como compañía significa bastante para nosotros. Sin contar los nuevos amigos humanos que habíamos hecho,

Pasase lo que pasase con Drago, todo esto nos había dado mucho. Es cierto que todo lo malo tiene su parte buena, siempre la ha tenido y por eso merece la pena seguir adelante, así que no pienso ponérselo fácil a Drago y sus seguidores.

El aumento de tiempo de convivencia con Patán estaba yendo mejor de lo esperado. Hasta ahora me había acostumbrado a soportarle en los entrenamientos, pero al añadir más tiempo para practicar con los dragones pensaba que no iba a aguantar y le acabaría mandando bajo tierra. Sin embargo, no molestaba tanto, aunque en parte parecía ser porque su nuevo entretenimiento era molestar a Heather con sus intentos de ligar, ese hombre no se cansaba y lo intentaba con prácticamente cualquier mujer.

Esa situación provocó que Heather y yo estrechásemos nuestra relación. Surgió como algo involuntario, al observar que Patán tan sólo dejaba en paz a Heather en muy pocas ocasiones, empecé a acompañarla con más frecuencia, de esa forma él no molestaba tanto ya que sabe que yo sí conozco sus intenciones (aunque estoy segura que Heather también ya que no intenta siquiera disimular o al menos ser un poco sutil), al verme al lado de la pelinegra, por mucho que le negase si alguien le pregunta, sabía que su integridad física corría peligro. Al pasar tanto tiempo con ella era inevitable hablar para no crear un silencio que formase un ambiente incómodo; a medida que hablábamos más y más, la facilidad para que la conversación fuese de temas un poco más privados aumentó hasta que reconocí (a nivel personal, sin decírselo a nadie directamente) que la consideraba mi mejor amiga, que si bien es cierto puede parecer que carece de valor porque no tenía a nadie a quien "arrebatar" el puesto, por ese mismo motivo es por lo que era importante para mí: no había conocido a ninguna otra chica hasta el momento con quien sintiese que podía hablar con total tranquilidad sobre mis pensamientos.

La CatástrofeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora