Capítulo dedicado a KailaAnne16 por encontrar una de las múltiples referencias de la historia. Es mi forma de agradeceros el apoyo a los que dejáis constancia de vuestro nombre. A todos los demás que también estáis por aquí aunque no sepa vuestro nombre, gracias.
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POV HIPO
Sí, estaba asustado, y aunque en ese momento no lo sabía (o mi mente no quería saberlo), era bastante miedo el que sentía. No era necesariamente malo, el miedo nos mantiene alerta y puede hacer que nos concentremos más, que seamos más eficientes. Por suerte o por desgracia, yo conseguía aprovecharlo de esta forma porque toda mi vida he sentido miedo. Miedo a fallar, a no ser aceptado, y cientos más porque después de provocar en mí esos sentimientos me decían que tenía que esconderlos, que eso era de débiles, ¿pero sabes una cosa?
Me di cuenta de que era justo lo contrario, esos que esconden sus miedos, son las personas irreales, las débiles, porque precisamente tienen miedo de que los descubran, como si los sentimientos no existiesen cuando es algo común para absolutamente todos nosotros, y los más fuertes, son los que se enfrentan a sus sentimientos, aquellos que no les importa que la gente los conozca porque la única finalidad de los miedos es trabajar para vencerlos y escondiéndolos no se vencen.
Además, enseñar tus miedos al mundo sirve para saber quién está realmente a tu lado, porque ellos seguirán ahí y te apoyarán en esa lucha, aunque no puedan hacer nada más. Los que se burlan de esos miedos no están de tu lado, y yo personalmente prefiero alejarme de esas personas.
¿Mi miedo en esta situación? En realidad no había nada que temer en gran medida, pero la suma de varias circunstancias inesperadas lo provocaban, porque no, no esperaba que hubiese tanto inútil en la Colonia (vale, alguno me esperaba, pero pobre de mí que aún quería dar un voto de confianza y deseaba encontrarme solo con algunos de esos inútiles, no con tantos como los que encontraba). Por supuesto, no esperaba que me empezase a gustar alguien, por lo que no sabía qué hacer porque honestamente, con la vida que llevaba con Heather y los gemelos, nunca había considerado tener una relación romántica con nadie, ni siquiera de una noche como había surgido la posibilidad alguna que otra vez en nuestros viajes (aún recuerdo a esa arquera pelirroja, no se cansaba de lanzar indirectas demasiado directas, sigo sin saber cómo me libré de ella. Bueno, miento, le debo una muy grande a Heather). Me desvío del tema, el caso es que ahora necesitaba lidiar con mis sentimientos hacia cierta ojiazul con el añadido del aviso de Drago y sus posibles ataques futuros hacia ella; en serio, ese hombre era capaz de seguir sorprendiéndome y nunca era en el buen sentido de la palabra.
Habían pasado ya unos días con todo este desorden en mi cabeza y mientras tanto Astrid permanecía con nosotros. La habíamos comentado lo justo sobre el riesgo en el que se encontraba, y a pesar de asegurarnos que eran Drago y sus secuaces los que deberían preocuparse si pensaban que la iban a volver a atrapar desprevenida, aceptó quedarse un tiempo con nosotros mientras valorábamos con calma la situación. Mientras tanto, continuamos los entrenamientos, su relación con Tormenta avanzaba a gran velocidad y la dragona se quedaba con su nueva compañera durante las noches en la habitación que habíamos arreglado para ella, gesto por el cual estábamos encantados, tanto por la muestra de confianza que eso significaba, como la protección adicional que suponía para la rubia.
Sin embargo, la realidad brindaba un nuevo problema y era que, asumiendo el hecho de que Astrid en algún momento tenía que volver a su apartamento, necesitaba una seguridad real que evitase sucesos como el ya vivido, donde la secuestraron y no tuvimos forma de enterarnos de no ser por el comunicador (del cual no podíamos depender siempre), por lo que después de varios días buscando una solución consideré que la mejor opción eran cámaras de seguridad en el apartamento. Y aquí me encontraba, saliendo de mi habitación camino de la sala de entrenamiento (donde sabía que se encontraba Astrid con Heather entrenando, las cuales parecían estar creando una buena relación) para ver qué opinaba la rubia de mi idea.
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La Catástrofe
FanfictionAño 2130, han pasado 100 años desde la "Catástrofe climatológica" que arrasó el mundo. Fuimos advertidos, pero no hicimos nada. Ahora solo existen algunas colonias que han mantenido los pocos supervivientes. Sin embargo, el mal es una parte más del...