CAP 11: Estrategia

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POV HIPO

-¡Deteneos todos! - grité - venid aquí. Tú y tú - señalé a un chico y una chica, que eran los que aparentemente habían vencido más y menos veces respectivamente. - empezad la pelea - les pedí. En menos de un minuto el chico la había desarmado en dos ocasiones - ¿habéis visto lo que ha pasado aquí? - pregunté a todos los demás con la esperanza de que alguno supiese a qué me refería.

-Que obviamente le he dado una paliza a una chica, ¿te extraña? - me preguntó el chico en actitud engreída.

-¿Tu nombre, soldado?

-Patán Jorgenson, Sargento Mayor del ejército - me dijo.

-Me alegro, pero no le había preguntado su rango, Jorgenson. Y no es eso lo que yo he visto. - me acerqué a la chica para darle dos simples indicaciones sin que el tal Patán me escuchase - te gana por fuerza, no por agilidad. Sabes cómo es su ataque, es el mismo que el de todos pero tú eres más rápida que él, Cuando veas que lo va a hacer, das un paso atrás y en cuanto su espada pase delante tuya, elevas la tuya por su izquierda y golpeas la suya, estará desprotegido y tendrá menos firmeza en el agarre, podrás desarmarle con facilidad - la intenté explicar de forma resumida.

-Pero nunca he hecho... - no la dejé hablar porque sabía lo que venía.

-Si atacas igual que él, te supera por envergadura, intenta lo que te he dicho, ¿entendido? - la chica al ver mi convicción asintió - Bien, repetidlo - se pusieron en posición y empezaron. Al principio la chica dudó y se limitó a dar el paso hacia atrás en lugar de defenderse de frente como hacía antes, cogió un poco más de confianza e hizo lo que la acababa de decir logrando quitarle la arma de la mano - Parece que nadie ha dado una paliza a nadie, ¿te extraña? - le pregunté al pelinegro con ironía y repitiendo parte de sus palabras. Ya había conocido a muchos narcisistas como él antes, desde que era muy pequeño, y necesitaban una dosis de humildad acompañada con un toque de lo que ellos consideran humillación - esta chica te ha desarmado y sin necesidad de alardear de su rango.

-Como si su rango fuese para alardear - dijo medio entre dientes.

-¿Cómo has dicho que te llamabas?

-Patán Jorgenson - parecía hasta molesto porque hubiese olvidado su nombre, aunque no lo había hecho.

-No he conocido a nadie con un nombre más adecuado - dije como pensando para mí mismo pero en voz alta. Entonces, si la cosa va de rangos, podrás perfectamente con alguien que ni siquiera tiene rango, ¿no? - pregunté cogiendo una espada de uno de los chicos.

-¿Quién, tú? - preguntó con sorna.

-No, tranquilo. Había pensado una opción mejor. Heather, ¿nos harías el favor? - me giré a ella y la pasé la espada. Ella la cogió al vuelo y asintió sabiendo lo que quería. Me volví de nuevo hacia Patán - No te cortes, puedes ir con todo, no pasa nada si la haces algún corte - dije sonriendo.

-Bueno, no creo que... - detuve a Astrid levantando la mano.

-Que sea así, no queremos que pierda porque se estaba limitando - lancé una mirada a Astrid en la que solo demostraba seguridad y al parecer captó mi mensaje, no tenía que preocuparse por Heather, si acaso debería ser al contrario. Empezaron la pelea y Heather se limitó a esquivar los ataques del pelinegro mientras este se molestaba al ver la facilidad con la que sus ataques eran esquivados. Aumentó la fuerza de sus movimientos perdiendo precisión pero siendo igual de previsibles o incluso más si era posible. En uno de esos ataques Heather decidió que era suficiente y con un solo movimiento de su espada le dejó desarmado y cayó al suelo - ¿Y bien, Sargento? - hice hincapié en su grandioso rango.

La CatástrofeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora