El delantero de fuego <Axel Blaze>

Cap. 8

Estábamos entrenando en la Ribera, como siempre, pero hoy había algo diferente.

Había mucha gente en el puente, algunos sacaban fotos y otros animaban.

Nunca nos había pasado algo igual.

-¿No creéis que cada vez hay más gente? -pregunta Max quitándose el sudor con la toalla.

-Sí pero... ¿Al final tendremos nuestros propios hinchas? -pregunta Nathan con una sonrisa.

-Entonces dentro de poco podremos salir en la tele -dice Steve igual que Nath.

-No me apetece, la verdad -digo yo mirando desconfiada las cámaras y las personas que se encontraban en el puente.

-¡Venga chicos! ¡Tenemos que perfeccionar nuestras técnicas definitivas! -dice Mark y lo miro.

-No creo que sea buena idea, hermanito. -le digo negando mirando todavía a aquellas personas.

Entonces el coche de Nelly baja a toda velocidad al campo, pero sin perder la elegancia que la define.

-Os prohíbo que entrenéis las técnicas -dice la nueva gerente posicionándose al frente.

-¿Pero qué tonterías dices, Nelly? -le dice mi hermano.

-Creo que tiene razón -digo y Axel asiente dándome la razón.

-¿Qué? ¿Por qué?

-Toda esa gente del puente, son espías de los equipos rivales -dice Axel con los brazos cruzados y los ojos cerrados dirección al suelo.

-Están tomando notas de todo lo que hacemos -le digo a mi hermano y todos pierden la sonrisa del falso entusiasmo.

-Es lo normal cuando un equipo desconocido gana a la Royal Academy y empieza a tener rachas de victorias seguidas -dice la chica recién llegada.

-La verdad es que sería un desastre que pudiesen estudiar nuestras técnicas -digo y Nathan y Max asienten.

-¿Pero cómo vamos a entrenar sin las técnicas? -dice Mark agobiado.

-Ay más cosas en el fútbol que las técnicas. -dice Axel abriendo los ojos- Están los pases, los fueras de juego... Hay muchas cosas.

-O tal vez podemos entrenar las técnicas en un lugar en el que no nos pueda ver nadie -dice Mark ilusionado de nuevo.

-¿Conoces algún sitio así? -le pregunta Axel a mi hermano.

-Nop, pero vendría bien eh -dice Mark y ruedo los ojos.

[...]

Al día siguiente estaba más lleno que el día anterior.

¡Incluso llegaron camiones!

Eran unos armatrostes increíbles, con antenas, cables, cámaras... Por todas partes. Ahí había dos chicos que nos observaban muy detenidamente.

-Son nuestros próximos rivales, ¿verdad? -pregunto a la gerente de pelo azul.

-Sí, el instituto Brain. Son el delantero estrella y el capitán que es el portero -me responde.

-Y han venido a espiar, cómo no -dice Kevin con notable desprecio pero superioridad.

Seguimos entrenando como si no pasara nada, pero no las técnicas, obviamente.

Los jugadores del Brain bajan al campo, impidiéndonos seguir.

-¡No os metamáis en nuestro campo de fútbol! -lewms dice mi hermano.

-¿Por qué no practicáis las técnicas definitivas? - dice uno de ellos, el portero, Thomas Feld.