Cap. 12

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-¡Venga chicos! Necesitamos buscar un nuevo entrenador -anima Mark a su equipo.

-Yo digo que se encargue doña Nelly Raimon, -dice Kevin con una sonrisa satisfecha- ella empezó esto, ella tiene la responsabilidad después de lo de Wintersea.

-¿De verdad os creéis que hubierais llegado lejos con Wintersea? -pregunta Nelly con su tono superior de siempre.

-Fue impudente, deberías de haberlo despedido después del partido porque así no estaríamos en estas condiciones -le echa en cara Willy a la castaña.

Y a causa de esto, se empieza una guerra.

-¡Basta! -sentencia Mark- Necesitamos buscar a alguien.

-Pero no vale cualquiera, tiene que ser alguien que nos ayude -dice Nathan utilizando el sentido común.

Yo, mientras, estaba apoyada en Nathan mientras me acariciaba el pelo. Un poco dormida, lo admito.

-¿Y cómo vamos a encontrarlo? -pregunta mi hermano.

-Oye, Mark, -dice Axel y todas las miradas caen sobre él- el camarero del restaurante Ray-Ray conocía a tu abuelo, ¿no?

A Mark se le abren mucho los ojos y sale corriendo del lugar sin decir palabra.

[...]

Una vez llegamos al restaurante, todos tratábamos de convencerlo.

-Queremos que sea nuestro nuevo entrenador, por favor -decimos todos al unísono.

-Me estáis distrayendo -dice limpiando algunas cosas que tenía por allí.

-Perdón pero... Es que usted conocía a mi abuelo, y puede saber cosas de fútbol -dice Mark.

-Además, creo que pudo haber jugado con él, ya que sabía de la existencia del cuaderno secreto -dice Bobby atando cabos.

-Ya os lo dije, el inazuma eleven sólo trae desgracias a la gente -dice el adulto todavía sin mirarnos.

-Pero queremos ir a la final -dice Mark rápidamente y el lugar se queda en completo silencio durante unos segundos bastante eternos.

-Chico, o pides algo o te largas -dice de nuevo el adulto ya cansaso de la conversación.

-¡Pido una de fideos! -dice mi hermano y se toca los bolsillos- oh oh, me dejé el dinero en la caseta.

Todos acaban fuera del restaurante en el suelo, menos yo, que salgo andando con fideos en la mano, Axel que sale con las manos en los bolsillos y Nathan que sale conmigo de la mano.

-Yo sí que tenía dinero, hermanito -le digo al chico del suelo.

-PUF...

[...]

Volvíamos a entrenar en la Ribera, porque aquel lugar es ya nuestro lugar.

Se la pasan a Jack, pero estaba en modo bola, como de costumbre cuando tenía miedo o estaba triste.

-Hemos perdido, no hay solución. Todo es inútil -no dejaba de repetir el defensa y me acerco corriendo a él.

-¿Otra vez? Chicos, no tenemos que rendirnos, ¡alguien habrá! -digo.

-¿Segura? -dice, me mira, me intenta agarrar pero agarra a Mark.

Yo corro un poco para alejarme por si acaso me abraza y me aplasta.

Pero en este intento de huidas del abrazo, me choco contra alguien, que me agarra antes de caer.

-Auchi -digo.

El delantero de fuego <Axel Blaze>Donde viven las historias. Descúbrelo ahora