❂ CAPÍTULO XV ❂ Entrenamiento antes del viaje

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Habían pasado algunos días desde que Loki la rescató en aquel arroyo, su estadía con los mercenarios no era mala, porque Loki la entusiasmó con la idea de entrenar. La forma en que Loki se ejercitaba era similar a la de Darkmolet. Su soltura con las dagas o espadas fue mejorando con el transcurrir de los días y acordaron que a la puesta del sol, la ayudaría con sus dones. Él se amarró el cabello con una liga, al igual que ella antes de empezar el adiestramiento.

En una demostración, Loki cubrió sus manos en el fuego que convocó; Lecryfhia intentó hacer lo mismo, pero usar su elemento en ella, le causaba dolor como si se atacara a sí misma. Aunque intentara deshacer por su cuenta el estado de congelamiento, no podía. Así que Loki se acercó cubriendo sus manos con las suyas y al convocar el calor, el hielo que cubría las manos de ella se derritió.

—Creo que necesitas mucho más entrenamiento a la hora de moldear tu elemento... tu don no debería hacerte daño, así que la verdad no entiendo cuál es la causa exactamente —dijo Loki un poco confundido.

—El don de Valeska es agua y ella no puede al menos respirar en la profundidad del océano —Lecryfhia se encogió de hombros.

—Es raro... aunque en particular siempre me sentí bien en compañía de mi elemento —ella lo miró un poco confundida—. Tal vez los Blyuzkirn mujeres sea diferente o yo seré raro —Loki soltó un risita.

Desde la meseta chapada donde ambos se encontraban podía distinguirse el campamento de los mercenarios en el valle anticlinal. La brisa sacudió sus largos cabellos mientras observaban como uno de los hombres de Draco galopaba llevando el caballo de Loki a su lado a través de la cuesta empinada para acercarse a ellos. Los dos dejaron de utilizar sus dones, después de todo, nadie aparte de Draco sabía sobre los Blyuzkirns. El hombre se bajó del caballo con agilidad con una expresión sombría.

—Encontramos una fosa al sur... los fósiles no son de origen humano —el hombre lucía atemorizado a simple vista. Se podía oler el miedo en él y Loki asintió.

Loki subió a horcajadas sobre el caballo y ayudó a Lecryfhia para que también subiera. Juntos galoparon hacia el sur.

Conforme se acercaban al destino, Lecryfhia pensó en la pareja que los atacó ¿tal vez se trataba de algo similar? Efectivamente no dejaba de pensar en esas personas que podían transformar sus extremidades el algo tan mortal. Para el momento en que llegaron, el grupo de mercenarios estaba reunido alrededor de la fosa, hablando entre ellos. Ellos al bajar del caballo, se acercaron abriéndose paso entre los hombres de Draco y al ver los fósiles, abrieron los ojos como platos, poniendo expresiones estupefactas.

Huesos de un ente antropomorfo, el sable que sobresalía del cráneo estaba oxidado debido al transcurrir del tiempo, al igual que las cuchillas que nacían de sus antebrazos. Loki silbó sorprendido poniéndose en cuclillas junto a la fosa.

—Si hay fósiles de éstas criaturas, es muy probable que en otro lugar hayan vivas —dijo Loki y Draco se abrió paso entre sus hombres para acercarse a él.

—Mandé un mensajero para que informe al alcalde que por el momento no debería poblar Ykesh, debido a los misterios que guarda —dijo Draco enroscando su bigote en su dedo.

—Entonces detendríamos la exploración por el momento —Loki se puso de pie dirigiéndose a su padrastro.

—¿Cuánto tiempo llevan en éste lugar? —preguntó Lecryfhia con cautela, alzando la mirada para mirar a Draco a su lado.

—Un mes apenas, pero el alcalde nos pidió que si notábamos que Ykesh no era un buen lugar, entonces nos dirigiéramos al norte. Eso sería para la siguiente semana —contestó Draco con voz rasposa.

La Caída De Absalón Station ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora