❂ CAPÍTULO IV ❂ El barco Shadow Queen

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El sol estaba en su punto más alto, los rayos se filtraban a través del parabrisas iluminando el interior de la cabina de Shadow Queen, las olas del mar golpeaban el casco haciendo un ruido resonante y prolongado mientras balanceaba constantemente la nave, gracias al material con la que estaba construida se mantenían a flote. Debido al impacto, todos recibieron golpes que los hicieron perder el conocimiento.

Zelsfrith apenas logró abrir los ojos con dificultad, los rayos ultravioleta lo cegaron, debido a la molestia entrecerró los ojos haciendo una mueca de disgusto, pero lo que más le sorprendió fue ver todo patas para arriba. Cuando se giró para levantarse con dificultad, cayó en la plataforma y gimió del dolor por el golpe que se dio en la costilla derecha; en toda la revuelta había terminado en la barra donde, el cual parecía que utilizaban como comedor.

Zelsfrith no entendía por qué el sol lo estaba cegando, porque cuando sus ojos se tornaban dorados, era para precisamente ajustarse al nivel de iluminación de la estrella solar y mantener la vista de águila intacta sin forzar la vista. Luego se percató del sonido a su alrededor.

«Estamos en terreno desconocido. Recomiendo activar el modo barco» La voz de LinLin tomó por sorpresa a Zelsfrith mientras se ponía de pie con dificultad mientras se tambaleaba buscando de donde venía la voz.

Observó a los amigos de Lecryfhia. Todos estaban inconscientes con el rostro encima del pedestal de mando, entonces observó hacia el horizonte a través del parabrisas de la cabina. Lo sorprendió el paisaje, estaban en medio del mar abierto sin que hubiese una isla a la vista, también fue consciente de algunos golpes que estaba recibiendo el casco aparte del constante balanceo por el oleaje.—¿Dónde demonios estamos? ¿Qué clase de lugar es éste? —se preguntaba mientras caminaba tratando de mantener el equilibrio.

«Estamos en terreno desconocido. Recomiendo activar el modo barco»

Zelsfrith observó su alrededor observando los compartimientos de gabinetes, la cocina empotrada y los pedestales de mando. Estaba sorprendido con todas las cosas que tenía esa nave espacial.

«Estamos en terreno desconocido. Recomiendo activar el modo barco»

—¡¿De dónde coño viene esa voz?! —se quejó en voz alta muy irritado, buscando el origen de esa extraña voz.

La primera que recobró el conocimiento fue Valeska, abrió los ojos con dificultad por la iluminación, lentamente se alejó del pedestal de mando y apoyó su espalda en la butaca mientras. Tenía la frente hinchada por el golpe, observó un poco a su alrededor y se dio cuenta que sus amigas seguían inconscientes. Se frotó los ojos porque los sintió irritados «¿Por qué me arden los ojos al ver el sol? Qué raro», pensó porque se suponía que eso es algo que no les ocurre a los Blyuzkirn debido a que disponen de la vista diurna. Al levantarse sus ojos se encontraron con los de Zelsfrith, ninguno de los dos reparó en preguntar si eran amigos o enemigos, no cuando el rasgo más característico de ellos había desaparecido.

—Tus ojos —dijeron al unísono, sorprendidos.

—¿Yo también? —contestaron al mismo tiempo.

—Tus ojos no son dorados, están verdes —logró decir Zelsfrith con voz ronca con una expresión que denotaba sorpresa.

—Los tuyos azules —Valeska estaba confundida con lo que estaba ocurriendo y agitó a Lecryfhia que estaba en un asiento cercano al suyo para que se despertara.

Valeska se levantó de su asiento y fue a despertar a Darkmolet, pero ninguna de las dos despertó con su llamado, ella suspiró colocando su mano izquierda en la cintura negando con la cabeza. «No quería hacer esto, pero no tienen remedio», pensó levantando su mano derecha y un chorro de agua las bañó a ambas. Fue de inmediato que ambas despertaran quejándose y chillando mientras se escurrían el agua de la ropa.

La Caída De Absalón Station ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora