Cap 6

7K 986 605
                                    

Un día grandioso en toda palabra, Sasuke tenía una leve sonrisa, que alegría le proporcionaba la vida, miraba el cielo mientras caminaba de regreso a casa, las aves cantaban, la frisa era fresca aún siendo el medio día, tan genial.

Las clases habían pasado en un abrir y cerrar de ojos, estaba tan de buen humor que cuando Naruto lo vio en la mañana llegar a la escuela pensó que le habían cambiado a su Sasuke, Sasuke claramente le dijo lo idiota que era pero eso no le quito ni una pizca de alegría. Cuando llegó a su casa su hermano lo miró desconfiado, incluso podría decir que con miedo.

— ¿Tienes fiebre? ¿Te estás drogando? — Itachi se acercó a inspeccionar la temperatura y los ojos de Sasuke sin descartar la segunda opción.

— Muy gracioso — le dijo sarcástico — Pero eso no es suficiente para quitar mi buen humor — hablo con una sonrisa llena de suficiencia.

— ¿Y qué pasó? ¿Naruto se te confesó por fin?

— ¡Itachi! — regaño con enojo dandole un buen golpe — Lo que dices es absurdo — se cruza de brazos y Itachi podría jurar que tenía un pequeño puchero en su boca.

Su hermanito siempre sería un bebé para él.

— Bien, como sea ¿Me dirás por qué estás tan feliz? — en ese momento Sasuke recuperó su sonrisa y su buen ánimo.

— Es claramente porque el fantasma no ha aparecido en 4 días — le dice alegre.

— Oh eso es bueno — Itachi le sonríe poniendo dos platos de comida en la mesa — ¿Por qué no dejas tu mochila en tu cuarto antes de comer?

— Está bien — le dice con cansancio pero con ánimo.

Sube las escaleras a su cuarto, camina por el pasillo con normalidad pero se detiene de golpe en medio de este, una sombra pasa de habitación en habitación abriendo y cerrando puertas a su antojo.

Tú no viste nada, tú no viste nada — se dice caminado con rapidez al lado contrario.

Un gran estruendo se oye, la puerta se azoto con fuerza.

Fue el viento — trata de convencerse de ello pero otra vez la puerta es azotada — Diablos...

Y Sasuke sabe que es tiempo de correr. Corre escaleras abajo sintiendo una presencia en su espalda y quiere creer que solamente es su imaginación y que realmente el fantasma no lo está siguiendo, más sin embargo descarta esta posibilidad al sentir esa fría mano en su espalda dándole un leve empujón por las escaleras.

— ¡Mierda! — grita al sentir que pierde el equilibrio.

Cierra sus ojos con fuerza esperando el golpe más nunca llega en su lugar siente dos brazos envolverlo.

Que no sea el fantasma por favor — suplica.

Abre sus ojos encontrando a su hermano sosteniéndolo con fuerza, un suspiro sale de su boca y abraza a su hermano.

— Si Dios existe me odia... — murmura él haciendo reír a Itachi.

— Pero te ama lo suficiente como para no dejarte caer por las escaleras.

— Si, pero dejó que el fantasma me empujara — respondió con enojo.

— Tonto hermano menor ¿estás bien? — Sasuke lo mira unos segundos y Itachi piensa qué tal vez ni él mismo lo sabe.

— No morí.

— Sasuke...

— ¿Huh?

— No vas a morir si caes del tercer escalón.

— ¡¿Cómo estas tan seguro?!

La risa de Itachi abarca la casa, a veces Sasuke podía ser muy exagerado. Y Sasuke piensa nuevamente en su odio eterno hacia el fantasma.

Definitivamente no irá a misa los sábados.

Ateo a medias Donde viven las historias. Descúbrelo ahora