Cap 33

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Veían una película cuando a Naruto se ocurrió la idea de jugar a las escondidas, Sasuke obviamente se negó alegando que había visto eso en películas de terror y que en todas un fantasma los espantaba a lo que Naruto contestó que no iba a pasar y "Tonta" lo secundó, entonces Sasuke se quedó pensando un buen rato acerca de qué sería más prudente, ser quien los buscaba o esconderse.

Para cuando dejo de pensar Naruto y "Tonta" ya estaban escondidos.

— Eso es trampa — se quejó mientras comenzaba a buscar — Ni siquiera fue una decisión en conjunto ¡Corrupción, eso es lo que es!

Subió las escaleras empezando su búsqueda por los cuarto, busco debajo de la cama (a una distancia prudente por si había un fantasma debajo claro) por el baño (sin mirar al espejo por si aparecía algo) y se detuvo frente el ropero.

— Nop, no voy a buscar ahí — se dio la media vuelta y entro a otra habitación.

Nada iba a hacer que abriera ese ropero, no, no, él aprecia su vida gracias. Una pequeña risa se escuchó y Sasuke comenzó a espantarse al saber que venía de la habitación que había dejado.

Muy bien el único lugar que no había revisado era el ropero y se negaba rotundamente a hacerlo, volvió a la habitación y se sentó frente al ropero, mirándolo desconfiado.

— Que sea la niña y no un fantasma, que sea la niña y no un fantasma — Pensó con miedo — Goffy si es la niña te daré más comida lo prometo, también dejare de tomarte fotos — tras rezarle un poco a Goffy por fin tomó el valor de hablar — Tonta ya te encontré sal de ahí.

— No es cierto debes abrir — contestó del otro lado, Sasuke sintió que podía respirar por fin.

— No, no es cierto, ya sé que estás ahí y estás hablando conmigo.

— Pero no me has visto — debatió — Así no cuenta.

— Es obvio donde estas.

— Pues abre el ropero.

— No — contestó inmediatamente — Tú sal de ahí.

— ¿Qué? ¿Tienes miedo?

Sasuke podía imaginarse la sonrisa maligna de la niña.

— No ¿por qué tendría miedo? — preguntó cruzándose de brazos — Sólo no quiero moverme...

En dirección hacia el ropero y tener que abrirlo, no, ni pensarlo.

Miedoso.

— Que no.

— ¿Enserio eres mayor que yo? — Sasuke miró el ropero ofendido.

— Si, son 11 años de diferencia, deberías respetarme.

— ¿Por qué respetaría a alguien que ni siquiera abre un ropero sin sentir miedo?

Bueno Sasuke es ahora o nunca, se acercó al paso más firme que pudo hacer en ese momento, abrió el ropero de un golpe sin encontrar a alguien, inmediatamente sintió que iba a morir. Lo sabía no debió abrir el jodido ropero de mierda.

— Te dije que no me habías encontrado — la voz hace que Sasuke de un respingo, se dio la vuelta y miro a la niña sonreírle con burla — ¿Quién no revisa detrás de la puerta?

Oh cierto, no reviso detrás de la puerta, a ese punto quería darse un buen golpe a sí mismo.

— ¿Quién se esconde detrás de la puerta? — no iba a ceder la victoria.

— Soy una niña — dijo después de encogerse de hombros — ¿Cuál es tu excusa?

— Touché — reconoció — ¿Me dices dónde está Naruto? — preguntó con entusiasmo.

— No.

— Tenía que intentarlo.

Siguió buscando por toda la casa y ese idiota novio que tenía no aparecía por ningún lugar ¿cómo mierda alguien tan grande puede esconderse tan bien? Su ceño se frunció y miró a la niña.

— Si me dices pediré lo que quieras de cenar.

— Entre el refrigerador y la alacena en la cocina — respondió sin pensarlo — Una hamburguesa estaría bien.

— Un placer hacer tratos contigo.

Y efectivamente Naruto estaba ahí hecho bolita con la esperanza de que Sasuke no lo viera, cuando lo encontró Naruto miro a la pequeña desconfiando preguntándole si le había dicho a su novio dónde estaba a lo que ella se encogió de hombros diciendo:

— Un trato es un trato.

Naruto creyó comprender a Sasuke unos momentos, aún así soltó una risa divertido.

Ateo a medias Donde viven las historias. Descúbrelo ahora