Ateo a medias

Cap 41

Sasuke caminaba de regreso a casa con aburrimiento. Tenía un ligero y casi imperceptible puchero en sus labios, dobló en una esquina y sus ojos captaron una pequeña pero conocida figura solitaria a unos cuantos metros de él. Su ceño se frunció y se cuestionó qué tan buena idea sería acercarse.

"— Debes ser más amable con ella dattebayo" La voz de su tonto novio invade su mente y el recuerdo de esas palabras lo hace poner una cara de resignación.

Maldito Naruto. Ese hombre podía hacerlo cambiar de parecer con unas pocas palabras. Parecía un evangelizador, tal vez debería invitarlo a su iglesia para que lo ayudara a atraer más creyentes al gran y poderoso Goffy, debía acabar su biblia rápido.

Regresando al tema anterior, Sasuke camino un poco más rápido para acercarse a la pequeña niña en frente de él y tocar su hombro. La niña lo miro unos segundos antes de voltear su rostro y fingir que no lo veía.

— ¿Qué haces? — preguntó Sasuke — ¿Estas sola? Uy ¿te escapaste? Creí que eras rebelde pero no tanto ¿serás un vagabundo desde ahora? — una idea cruzo mente de Sasuke al recordar una de los noches anteriores cuando su fantasma no lo dejó dormir — ¿Puedo ir contigo? — preguntó seriamente — Conozco un árbol muy bueno y tengo unos cuantos carto-

— No seré un vagabundo tonto ¿acaso eres idiota?

Sasuke se sintió tentado a contestar con un insulto, más con una fuerza de voluntad que ni él mismo sabía que tenia decidió dejarlo pasar.

— ¿Entonces qué haces aquí?

— Vuelvo de la escuela.

— ¿Sola? ¿En serio? — miren Sasuke podría ser un hijo de puta a veces pero si tuviera una hija de 5 años no dejaría que volviera a casa sola.

— ¿Ves a alguien más aquí cerca?

— ¿Y tu mamá? — decidió seguir preguntando antes de comenzar una pelea con la niña. Se repetía a sí mismo un "Sasuke ya eres grande, no pelees con una mocosa que no te llega ni a la cintura".

— Mi mamá tiene cosas que hacer.

— ¿Qué cosas?

— ¿No te enseñaron a no meterte en los problemas de los demás?

— Bien, vete a la mierda entonces — la paciencia de Sasuke se fue al carajo.

— No gracias, voy a mi casa — Sasuke arrugo el ceño.

— ¿Que clase de respuesta fue esa?

— La de una niña de 5 años.

Sasuke decidió que era mejor dejar de hablar y limitarse a caminar a lado de ella, no es que Sasuke la estuviera cuidando, simplemente iban a mismo lugar. Les quedaban al rededor de unas 4 cuadras más y Sasuke comenzó a ver a su alrededor aquellos locales que estaban, había todo tipo de locales, de comida, ropa, dulces, etc. Y al final, casi en una esquina había una tienda de cosas raras que la gente llamaba "brujería". Sasuke y Jiko se vieron obligados a pasar por ahí.

— ¡Tú! — el grito hace sobresaltar a Sasuke, una vieja, a penas más alta que "Tonta" lo apuntaba con su arrugado dedo — ¡Ustedes! ¡Ustedes no deberían estar juntos!

— Ahora no señora — como si no hubiera escuchado algo, Sasuke tuvo la sensación de que esa mujer quería venderles algo — No tengo dinero, que Dios la bendiga.

Sasuke partió en risas por su propio chiste, Jiko lo miro con una mueca demostrando lo raro que se le hacia Sasuke.

— Es graciosos porque soy ateo — explicó — Pero ya no da risa porque te lo tuve que explicar — le dijo como regaño, mirándola con acusación. Como si ella tuviera la culpa de no saber que era ateo.

— ¿Y cómo-

— No — interrumpió — Ya déjalo así, lo arruinaste. Acéptalo.

Y antes de que Jiko e incluso la anciana pudieran decir algo, Sasuke jaló a "Tonta" para irse del lugar. Esa anciana era muy rara, pensó Sasuke. Que bueno que él no era raro.

Por favor háganme saber las faltas de ortografía.