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El entrenamiento había empezado y los aprendices llevaban combatiendo cuerpo a cuerpo. Pero Camus no dejaba de sentir una incomodidad, una presencia cerca cada vez más extraña e incómoda.

-Camus- un pequeño susurro en el oído del joven hizo que pierda su concentración en la lucha y cayera de golpe hacía el suelo por una patada de su oponente

-Cansado Camus?- pregunto burlón el contrario

-No, solo... que... algo hizo que pierda la concentración-

-Vaya, eso si que es un peligro. Lo lo haces en un batalla seria- río

-Eso es todo por hoy jóvenes aprendices. Recuerden que en una semana un exámen general de todo lo aprendido, tanto teórico como práctico. No importa la facha en que se unieron, si es su sueño ser un caballero... podrán todo de si para estar al nivel de los demás ¿cierto?- sonrió -Seré más justo que nunca. Descansen o vayan a hacer algo. Pueden jugar si quieren-

-Jugar?-

-Si, aquí también hacemos deporte aunque no lo creas. Podemos jugar variados deportes... pero de una forma más rústica- explicó el compañero de pelea de Camus -vienes?-

-Oh... bueno. Pero no prometo unirme a un equipo- habló serio

-Vamos, no estas obligado a unirte a uno. Puedes observar, sera divertido-

Y sin nada más que decir ambos avanzaron hacía el lugar del encuentro.

En el mismo lugar, unos diez minutos después llego un peliazul cansado buscando a quién le había dicho que esperará.

-Camus?...- respiró agitado -Olvidaste lo dicho verdad?... vaya, debí suponer pues estabas tan despistado que dijiste una tontería- río

-Milo! Buenas tardes... viste a Camus-

-Tu que crees?... me abandonó, no tengo idea de donde esta ¿por que?-

-Quería charlar un poco con el... gracias- camino por donde observo a su objetivo y compañía irse. Cuando estuvo a una distancia donde creía que nadie podía oírle empezó una conversación con el mismo -Vaya que resulto ser social con los demás, supongo que sera un trabajo más difícil... todo por conseguír mi sueño-

Desde unos metros atrás un rubio escuchaba todo, pero no debía meterse en asuntos ajenos. Lo único que podía hacer... es advertir a Camus.

Mientras tanto, en otro lugar el acompañante de Camus trataba de mantener conversación con este, por más difícil que fuera. Pero de un momento a otro el menor detuvo su andar, ese lugar al que había llegado, en el que todos estaban reuniéndose era cerca de la cabaña de Milo. Solo con mencionarlo esa imagen hacía que el rostro de Francés se cubriera de un suave y débil tono rojo.

-Acabas de sonrojarte?-cuestionó mirando la cara de su menor

-Y-yo... solo estoy algo acalorado. Siempre suelo calentarme mucho y volverme este color- trato de aclarar

-Buenos, si así lo dices. Vamos ya, ahí hay bastante agua y podrás divertirte-

-Gracias- mostró una sutil sonrisa

Tomó toda el agua que pudo, luego de ello trato de no recordar lo que vio. Casualmente estaba sonriendo.
-Quieres un pedazo?- le alcanzó un pequeño pero delicioso pedazo de pastel de chocolate

-Gracias Joass- aceptó el pedazo de pastel

A lo lejos otra vez el rostro desanimado de Milo volvió.

-Entiendo, con razón no te acordaste- trato de sonreír pero esta vez no pudo. El mismo bi podía explicarse esto, tal vez era por el cansancio o... por celos?

♡ºCamus Eres Mi CRUSHº♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora