♡ºCamus Eres Mi CRUSHº♡

υηα єxтяαñα ѵısıтα

Por alguna razón después que Camus respondiera aquella carta, las demás jamas eran respondidas. Milo no sabía por que pasaba aquello, miles de pensamientos llegaban a su mente.

[Siberia]

Llevaba varios meses ya sin hogar, ni un lugar para descansar.
Todo era tan extraño, el viento solo corría en dirección que pueda detener su paso. Apagaba el fuego que lograba encender, el frío aire su cuerpo por las noches  y las tormentas con avalancha incluida.
Por alguna extraña razón todo iba de mal en peor.

Una de esas noches congeladas, en las que el fuego se congelaba. Una misteriosa sombra que por la oscuridad no se podía saber quien era, se acerco a Camus tomando sus manos.

-Creiste que vencerías?- río -Quiero que te vuelvas más fuerte, así seras el rival indicado- se alejó la voz.
Fuera de la pequeña cueva pudo ver el reflejo de una persona montado en un caballo, pero la voz sonaba un tanto familiar.

Camus entendió entonces que prueba tras prueba debía superarla y solo hací se volvería más fuerte.

Y así fue, por más difícil que era vivir allí el superaba todo. A veces se le venia a la mente que tal vez sea el único afectado pero se equivocaba.

Kilómetros de distancia más allá cada caballero sufría mas de lo debido con el entrenamiento.

Mü,[quien regreso al santuario para aprender con su maestro] aprendía junto a su maestro Shion a reparar armaduras y con ello aprendía también las técnicas de su maestro.

Aldebarán en Brasil, entrenando para que su fuerza sea descomunal, un ardiente cosmos de voluntad.

Anhelo, quien ahora se hacia llamar DeathMask estaba en las islas Sicilia y ahí pudo dominar las "ondas del inframundo".

Aioria se quedo en el santuario, junto a su hermano entrenaba para ser el más veloz.

Shaka, siguiendo las enseñanzas de Buda y manteniendo sus ojos cerrados para concentrar su poder pero su corazón sufría junto a su pueblo natal por la pobreza que los hundía.

Milo estaba entrenando también muy duro, su peor enemigo era el mismo. Se exigía a veces más de lo que podía.

Shura, en aquel monte donde sus técnicas de artes marciales fueron dominadas a tal punto que podía cortar el aire, piedras o cualquier cosa que estaba frente a él.

Y Afrodita, logró elevar su cosmos formando rosas tan venenosas y afiladas como para desgarrar todo lo que tocan.
Y obviamente también obtenían información sobre el cosmos, los dioses y la historia a traves de los años.

Y así, pasaron años en los que estos jóvenes ahora eran más que simple humanos. Sus puños alcanzaban velocidades increíbles, sus cosmos llegaron al séptimo sentido, poderes capaz de derrotar a cualquier enemigo.

Ahora todos dignos de llevar el nombre de Caballeros dorados y los más fuertes al servicio de Atena.

Pero tal como quedaron aquella vez; Aldebarán, Shura y Camus. Ellos iban a volver al santuario tres meses finalizado el entrenamiento general.

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Lo de Mü, no da... Pero bueno XD digamos que entreno en el santuario.