cαrτα ∂є cσทƒєsiσท ∂єℓ ραsα∂σ

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Pasaban días, semanas y meses. Nuestros protagonistas poco a poco se fueron acostumbrando a su nuevo estilo de vida. Camus ahora tenia duros entrenamientos (establecidos por el mismo) en el frío clima de Siberia.
Milo en cambio estaba en una isla, por lo tanto no había hielo ni nada por estilo. Sus entrenamientos también eran dados por el mismo.

Así, cada caballero dejó el santuario para entrenar en diversos lugares. Dependía de cada uno el nivel de entrenamiento para superarse a ellos mismos.

[Extremo sur de Siberia]

Después de un cansado día de entrenamiento decidió ordenar mejor sus cosas. Cada semana iba aumentando más y la pequeña casa se quedaba sin espacio.
Movió algunas cosas y entre ellas estaba la carta que Shina le había entregado aquella vez.

-Creo que la leeré- abrió la carta que estaba escrita a medias.

"13 de Junio, Santuario.
Hola Camus
No se nada de como escribir cartas así que no es buena la presentación. Desde que llegaste llamaste mi atención, tenías una belleza única (por esa razón te confundí la primera vez) así que... No soy bueno expresando ni por escrito mis sentimientos.
Los días pasan y aún no te doy esta carta, pero trate de escribir varios poemas para adjuntarlos aquí pero nada salía tan bonito. Con esto espero que comprendas que lo que siento por ti es algo más que cariño o amistad, Shaka me hizo entender que lo que siento por ti... Tal vez sea... Amor. Yo tampoco lo se! Pero creo que me pongo muy celoso cuando estas con otros conversando. Sabes... Te amo demasiado como para ser amigos ¿no lo crees? Pero quiero que vayamos paso a paso..."

Al leer aquello el corazón de Camus se puso quieto, no sabia como reaccionar. Milo gustaba de él. Sonrió de manera inconsciente pero al acto se dio unas palmadas a la cara, era tonto poder corresponder aquello.
Se tiro a la cama y su corazón se emocionó quería saltar y gritar de felicidad, tal cual chica enamorada. Dejo que este sentimiento se quede por ahora, hasta que pueda pensar mejor.

[Islas Milo]

Milo despertaba aún siendo temprano. Se le había pegado la costumbre de Camus al levantarse temprano.
Desde el principio quería enviar una carta a Camus, quería saber como estaba pero siempre terminaba abrazado a su escorpión de hielo el cama.

-Me quiere... No me quiere... ¡No! Maldita flor!- reclamo haciendo puchero -Bien, iré a entrenar- se levantó para salir

Los meses pasaban y ambos pensaban uno en el otro, diferentes pensamientos y tan diferentes ideas pero aún así los dos querían estar juntos.

Un día de estos, Milo decidió escribir al fin una carta a Camus. Una carta más formal de todas las que escribió, en el cual preguntaba como es que se encontraba y que tan duro estaba entrenando.
Luego de algunos días se preguntaba si realmente la carta habría sido leída y si tal vez Camus respondería.

Mientras tanto en el extremo norte, la carta llego a manos de Camus quien dudo en responder la carta.
Días y días pensando que responder, y la posibilidad de preguntar por todo lo que su corazón pedía a gritos respuestas sin embargo debía hacer ello en persona así que respondió la carta sin nada de todas las preguntas en su cabeza.

[En el santuario]

-Ahora ¿que piensas hacer?- preguntó

-Que pienso? No necesito hacerlo, eso ya esta decidido... Pero ahora si mostrare todo mi poder, ahora nadie se salvará. Ustedes me apoyaran-

-Lo haremos ¿Pero que pasará con él? Ahora es caballero de oro ¿segyira ayudándonos?-

-No lo se, esta fuera ahora pero si estoy a sus expectativas es obvio que lo hará-

-Entrenaremos duro para servirlo señor Bóreas-

♡ºCamus Eres Mi CRUSHº♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora