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-Me mandaron a buscarte... pero ¿que haces aquí?-

-Sabías de los humanos pueden llegar a enamorarse incluso si son del mismo género?-

-Así que andas revisando la vida de los demás... malo, es muy malo-

-Que quieres que haga? De todos modos es mi trabajo-

-Ahhh, entonces eres tu el culpable que dos personas del mismo género se gusten?!- reclamó

-Solo quise probar, además... estos son mis favoritos-

-Como que son tus favoritos?-

-Veras, que durante siglos siempre he emparejado a la reencarnación de estos dos-

-Mira que travieso, vamos!- lo jalo de la oreja -Tu solo cumple con tu trabajo de flecharlos y ya!-

-No!... además estoy narrando su historia...- hizo puchero -Si me llevas las lectoras aquí presentes se quedarán con ganas de saber que paso- se excusó

-Bien, pero... te parece si me quedo a escuchar-

-Claro que si... Emmm, continuemos- se preparó

[...]

-Una pregunta se me acaba de ocurrir... no se, para que ya no estés con esa cara-

-Cuál cara?- lo miró serio

-Esa...- señalo con timidez

-Antes que termines congelado pregunta-

-Bien- con sus manos toco el vientre del francés poniendo nervioso a este -Te imaginas como sería si tendríamos un hijo?- sonrió

Sin decir nada aún, Camus se lo imagino. Era algo que nunca había pensado, el tener un hijo y la verdad sería hermoso y su leve sonrojo lo delató.

-Como se te ocurre preguntar eso... somos varones-

-Ya lo se, pero ¿no sería bonito?-

-Si sale a mi, obvio-

-Que me habrás querido decir-

-Que soy más lindo que tu por supuesto...-

-Ya, ya... no te pases-

Según Milo, aquella pregunta estaba funcionando y tal vez podría cambiar el estado de Camus pero todo se fue al aire cuando la expresión del peli aguamaria cambio a ser tan melancólica como hace unos instantes.

-Dije algo malo?-

-Tu no, soy yo el pesimista- lo miró -Y sería muy bonito pero tu sabes, somos caballeros de Athenea hasta... la muerte y sabes que nunca podremos tener una vida tan... ordinaria-

Y si, por más que desearían eso, nunca pasaría y ahora solo servían a capa y espada a su diosa. Pero el pensamiento de Milo no era tan pesimista como él de su amado. Para él, no era tan malo pues había conocido excelentes personas.

-Pero no me arrepiento, si hay algo que quisiera es ser normal sin embargo el tener poderes y todo eso me hace sentir más responsable y afortunado-

-Si es cierto, además creo que no pudo ser mejor... estar a tu lado-

-Aww! Me encantas cuando te pones cursi-

-No estoy cursi-

-Que si-

-Bueno, entonces seré así mientras pueda vivir-

-Ojala sea así- río -Tu también?-

-Yo que?-

-Te pones modo Shaka... con eso de que todos vamos a morir algún día-

-Creo que es contagioso. No, la verdad es que estos días también estuve pensando que nuestras vidas pueden ser tan efímeras-

-Si, sabes...- quiso contar su sueño y todos esos deja vu que tuvo pero no queria poner en peor estado a Camus -Emmm, nada. ¿tomaste tu medicina?-

-No, quiero ver la cámara-

-No la vas a ver aún.  No hasta que estés mejor... no pongas escusas!- reclamó divertido

[...]

Si bien el tiempo no había sido mucho, ellos ya habían forjado un bonito amor.
Pero el destino no iba a ser tan suave con ellos y a pesar que recién estaban empezando todo esto, el cruel destino los quería... los quería ver sufrir. Y si, ese cruel destino... soy yo [Cupido quien narra la historia]

Después que Camus pueda mejorar, no pasó muchos días antes de un llamado del actual patriarca. Sin saber lo que el destino le tenía preparado, subió las gradas hasta llegar a la cámara del patriarca donde estaba esperándolo.

Su actitud en sí no era la misma y por esa razón (además que no estaba en derecho a reclamar) aceptó sin chistar la orden.

Después de aquella visita, no sabia como tomar aquella orden que obviamente tenía que cumplirla pero el problema era ¿como dejar todo? Sus sentimientos y sus experiencias. Esta vez era incluso peor que la anterior pues ahora si estaba dispuesto a vivir su amor.

-Y que te dijo?-

-Nada-

-Como que nada?-

Antes de responder, miró al cielo y soltó un largo suspiró -Es... algo... bueno- lo miró -No más rodeos. Iré a Siberia a entrenar a los aprendices de bronce-

-Q-que?! Por que? Cuando? Para que?-

-Que iré a Siberia a entrenar a los aprendices para la armadura de bronce, por que soy el que más experiencia tiene con el manejo de hielo, sera dentro de unos días y... ya te lo dije-

-Entonces, ¿me dejarás?-

El de Acuario solo asintió, y siguió mirando a Milo con esa expresión como si quisiera decir algo más.

-Podemos... pasar estos últimos días... más juntos?- habló Camus

-Si tu lo dices- trató de sonreir -Creo que tienes que trabajar-

-Le diré a Yujin que me iré, así que podría tener días libres-

-Vayamos al bosque, cambia tu armadura joven dorado- lo molesto

-Bien, gracias-

Aunque haya querido mantener un ánimo mejor, su corazón se lo impedía. Siempre pasaba esto, alejaban a Camus como si no importará lo mucho que se amaban, los alejaban y los dioses los usaban tal cual piezas de ajedrez. Y lo que más temía era el hecho que sus constantes sueños se hagan realidad.

♡ºCamus Eres Mi CRUSHº♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora