♡ºCamus Eres Mi CRUSHº♡

̷D̷̷e̷̷j̷̷a̷̷ ̷̷V̷̷u̷

Milo atacaba a Bóreas pero las tormentas de este bloqueaban los ataques.

-Milo, tendrás una oportunidad de atacarlo y así se debilitara para poder sellarlo-

-Bien, espero esa oportunidad para acabar con él!-

-Bóreas!- hablo Joass -Toma esto! Explosión de fuego fatuo-

-Ingenuo! Ahora tu nivel a bajado!- Lanzo una gran tormenta congelada hacia el

-Joass! Se suponia... Que era yo quien debía servir de anzuelo!-

-Perdoname... Esta vez quise protegerte-

-Aguja Antares!!- lanzo Milo por detrás

-Agh!...- el cuerpo del dios caía debilitado al igual que el de Joass

-Tu turno Camus!-

-Y-yo...-

-Camus!-

-Bien- se acerco a Bóreas lo suficiente como para que la caja hiciera su trabajo. Camus puso el sello que el patriarca había mandado encima de la caja.

El cuerpo de JeoKoon quedo ahí, se supone que estaba... Muerto.

-Camus... Cuidate, me gustaría poder pagar mi deudas contigo... Por no cuidarte... Cuando decía ser... Tu amigo... Pero temía por la vida... De mi... Hermana-

-Joass, hiciste mucho hoy. Tranquilo... Entiendo-

-Camus... Gracias... Se feliz por favor, recuerda los buenos momentos- señalo la cadena y luego el silencio quedo en el lugar dando a entender que todo había terminado.

-Joass...- abrazo el cadáver frío de su amigo

En ese momento una visión, como un deja vu vino hacia Milo quien estaba mirando todo.
Imágenes iguales a esa pasaron por su mente, pudo observar que ahora era él quien sostenía un cuerpo congelado muy parecido al de Camus. Se asusto por lo que vio y solo movió la cabeza de un lado a otro para dejar esas imágenes de lado.

-Camus... Mira!-

Ambos observaron como las armaduras de plata que habían sido destrozadas recobraban vida y color así como vida propia, tan relucientes.

-Milo... Donde esta Aioria?-

-Como pudieron dejarme!- reclamó Aioria llegando con dos relucientes armaduras de plata

-No te dejamos, el señorito Dios aquí fallecido nos trajo-

-Me voy a quejar al patriarca que me dejaron-

-Que no te dejamos!- respondió fuerte Milo

-Claro, como yo solito puedo vencer al dios... Por que soy fuerte-

-Eres muy fuerte de verdad?- pregunto Camus

-Así es...-

-Bien... Llevarás las armaduras de plata-

-Tsk! Se pasan... Bueno, lo hare-

Camus quería sonreír por lo sucedido pero sentía que aún no era el momento.

Después de enterrar los cuerpos, el francés se quedo un buen tiempo frente a la tumba de Joass.
¿Era justo que muriera así? La perdida de un amigo era dolorosa.

-Camus, debemos irnos- interrumpió Aioria

-Bien-

Durante todo el camino de regreso, Camus se paso mirando el collar que aún tenía puesto.
Los recuerdo de aquellos días... Definitivamente debía olvidarlos para empezar de nuevo entonces, se saco el collar para dejarlo debajo del hielo en el camino.

-No te olvidare... Solo quiero olvidar los recuerdo, pero no a ti. Amigo- pensó Camus

Mientras que Milo también camino en silencio, sentía que durante todo ese tiempo había perdido la amistad de Camus.
Ahora era muy distinto, el tenía que empezar de nuevo si quería que Camus prestase atención en él.

También se sentía celoso, se dio cuenta que aún guardaba aprecio por Joass. Pero a la vez sentía una rara sensación desde que ese deja vu alcanzo su mente.
Esas imágenes perturban la tranquilidad de Milo, eran tan impactantes... Camus no podía morir, definitivamente no podía morir.