•Capítulo 16: Ataque

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¡REGRESEEEE CHIKIIIIIIIIIS! Después de mucha espera ya he vuelto espero no me odien ni me hayan abandonado.









  — ¿L-Luis? —No sabía cómo había terminado metida ahí, bueno sí sabía. 

¡TODO ERA CULPA DE KATE! Sus estúpidas insinuaciones la habían orillado a perder los estribos. 

Después de que la preciosa morena se fuera con su delicia de hija había abordado al estúpido rubio. 

— ¡¿Dónde carajos está el estúpido rey de la construcción!?

Mark la había mirado sorprendido para después esbozar una pícara sonrisa moja bragas típica de él. 

— ¿Qué necesitas de él? Una dosis de amor...

— ¿Eres su puta secretaria? —se limitó a reír mientras ella había sentido la ira fluir en sus venas. 

—Está en Brooklyn, pero...

Había dado media vuelta y chocado contra alguien, de todas las personas con las que podría haberse encontrado, tenía que ser justamente ella. 

Sus manos la habían sostenido por lo hombros, causando un vuelco en su estómago. 

— ¿Por qué la prisa? —podían haber pasado años sin saber de ella, pero había cosas que nunca cambiaban y una de ellas era el enfado de Avery Thomas ahora O'Donell, nunca había sido buena ocultandolo.  

Hasta ese momento no había reparado en el cambio de apellido ¿Estaba casada? 

—Compermiso. 

Había salido de la oficina y se había apresurado, quería llegar a Brooklyn antes de que comenzará a anochecer. El tráfico a esa hora sería insufrible. 


Por eso es que ahora se encontraba en medio de un lote baldío. Maldecía una y otra vez pues su tobillo ya se había doblado tres veces. 

—Estupido rey sexy de la construcción, ¿Que tiene en el puto cerebro? ¿Aire? Mira que estar a estas jodidas horas en la obra, su pobre y sexy hermana va a morir joven. 

Se detuvo de golpe al escuchar algo tras ella, estaba oscuro y no lograba ver mucho. 

— ¿Saltzman? 

Nadie contestó, pero podía sentir cada uno de los vellitos de su cuerpo erizados. Tenía que salir de ahí. 

Comenzó el camino de regreso tratando de tranquilizarse, muy tarde noto la silueta que cubría la mayor parte de la salida. 

Sintió su garganta secarse de inmediato y su cabeza palpitar. 

— ¿Luis? ¿E-Eres t-tu? Sí es una puta broma no es graciosa. 

Pero no le contestaron, al contrario el hombre se acercó más a ella. Se echó a correr un segundo antes de que él hiciera lo mismo. No llegó demasiado lejos pues las zapatillas la hicieron caer de bruces sobre la grava. 

Las piedrecillas se incrustaban en sus rodillas y palmas, mientras trataba de recuperar el aire y gritar, pero fue empujada hacia un lado, el grito salió antes de que su atacante la amordazada con un pedazo de tela. 

— ¡No! ¡No por favor! ¡Por favor! —pataleaba tratando de liberarse, pero ya lo tenía sobre su cintura y podía sentir sus manos recorrerle las piernas, estaba a punto de entrar en shock, su mente se protegería y dejaría de luchar, esperando, simplemente a que el horror terminará.    

No lograba distinguir lo que el asqueroso hombre le decía, solo sentía sus manos sostenerle la barbilla, mientras hacía un vano intento por apartarlo de ella. 

Lo Intrincado del Destino [Saga Tough 4°]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora