⚡ 5 🌊

7.9K 598 259
                                    


Zenitsu desbordaba nervios hasta por las orejas, metafóricamente hablando. Su mente aún no acababa de procesar lo que estaba pasando hasta que dió un pequeño saltito del susto cuando sintió las cálidas manos de Tanjirou en su pecho, quién buscaba la manera de desvestirle al rubio.

Se acercó nuevamente para besarlo mientras acariciaba su torso al momento que apartaba la parte superior del kimono del mayor. Zenitsu no podía contenerse más y al separarse musitó un gemido el cual fue como música ante los oídos de Tanjirou.

Estaba apenado, sí, lo estaba y mucho. ¿Qué era lo que acababa de hacer? El rubio cubrió su boca con ambas manos y el de burdeos se limitó a sonreír. Tanjirou podía sentir aquel olor a duraznos cada vez que estaba cerca del rubio, podía distinguir cuando estaba alegre, triste, molesto, preocupado, asustado pero... Esta vez su aroma era distinto y estaba curioso por saber qué emoción era ahora. Olía realmente bien, un poco más dulce y eso le embriagaba. Quería probarlo, quería probar un poco más.

Mientras que Zenitsu escuchaba el corazón de Tanjirou, siempre tan gentil, amable y dedicado pero en esta vez podía escuchar algo un poco distinto, como si de malicia se tratara, más no lo comprendía.

— Zenitsu...— Pronunció el Kamado mayor.— ¿Puedo tocarte?— Preguntó y la sangre del rubio hervía dentro de su cuerpo, si eso era posible.

Asintió tímidamente y sin más, el de burdeos lo volvió a besar mientras sus manos se deslizaban suavemente por el abdomen ajeno. Zenitsu reaccionaba ante aquel tacto, soltando pequeños jadeos y gemidos apresados en la boca del contrario. Oprimía sus ojos, si esto era un sueño no quería despertar jamás, era tan satisfactorio y sentía como si su cuerpo se iba a derretir ante el contacto ajeno.

⚡Será nuestro secreto 🌊 || Tanjirou Kamado × Zenitsu AgatsumaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora