⚡Será nuestro secreto 🌊 || Tanjirou Kamado × Zenitsu Agatsuma

⚡ 37 🌊

Una larga caminata habían recorrido el rubio y el de burdeos. Cada vez que Zenitsu escuchaba un ruido extraño se asustaba y apretaba el brazo del menor y este le explicaba que todo estaba bien, que no era nada por lo cual alarmarse, pero se había equivocado.

Luego de tanto lloriqueo, el rubio trató de explicarle a Tanjirou que esos ruidos no eran normales y que a lo mejor era un mounstro, pero no tuvo que siquiera explicar ya que el autor de aquellos ruidos se encontraba justo en frente de ellos.

Aterrado, Zenitsu pegó un gritidito y se posó a la espalda de Tanjirou, temblando mientras este desenvainó su nichirinto. Al parecer tendrían una larga noche.

Por otra parte, Inosuke caminaba de a zancadas tras Giyuu, quien trataba de mantener el semblante ante lo ruidoso que era el chico jabalí. Un ruido extraño los tomó por sorpresa y cuando se dieron cuenta, luego de un estruendo y el sonido de un cuerpo pesado cayendo, se alertaron.

Era un demonio que había saltado hasta ellos de a no ser la agilidad de Giyuu, ese mounstro le hubiese caído encima. Molesto, desenvainó su nichirinto y amenazó al demonio.

Inosuke estaba asombrado pero luego de un momento se puso manos a la obra. Se avalanzó rápidamente al demonio y al intentar un ataque con sus dos espadas, el demonio utilizó sus antebrazos para detenerle. Era fuerte, las espadas ni siquiera habían hecho un rasguño en su piel, era como si intentase cortar una enorme roca.

Fué empujado brutalmente e impactaría al suelo de a no ser por Giyuu quién evitó aquello. En el acto, la máscara de Inosuke había caído en otra dirección y al tener su rostro descubierto pudo ver claramente el disgusto del mayor, quien fruncía sus cejas. Asombrado, el azabache de ojos esmeralda pudo presenciar cómo Giyuu intentó atacar al demonio pero este le esquivaba constantemente y empezó a gruñir luego de recibir un certero ataque en su pecho. El pilar del agua había conseguido hacer un corte en el pecho del demonio, por lo que este pegó un alarido de dolor y enfurecido, se avalanzó intentando rasguñar el rostro de Giyuu.

Inosuke estaba anonado pero rápidamente decidió atacar también, no debía quedarse allí sin hacer nada y ver cómo la oportunidad de derrotar a un fuerte oponente se le escapaba.

Volviendo con el rubio y el de burdeos, se encontraban luchando contra aquel ser de la noche. Entre varios ataques y posibles cortes, el demonio se molestó y tomó a Zenitsu del cuello, alzando sus pies de la tierra.

— ¡Suéltalo!— Ordenó Tanjirou frunciendo su entrecejo.

— Oh... ¿Qué dices?— Respondió el mounstro, apretando más al rubio.

— ¡Que lo sueltes, demonio!— El susodicho empezó a reír diabólicamente, causando que la piel del rubio se erizara.

No sabía si conseguiría resistir más, el aire le faltaba a Zenitsu y su rostro empezaba a enrojecer. Apretó con sus manos la mano del demonio e intentó decir algo, pero luego de escuchar como la nichirinto de Tanjirou cortaba una extremidad del demonio, cayó inconsciente antes de caer contra el frío suelo.

Tanjirou sorprendido presenció como el cuerpo de su amado se desplomaba en un golpe sordo contra el piso pero había conseguido al menos cortar la muñeca del demonio. Estaba realmente molesto y siguió atacando al demonio, quién respondía con algunos ataques también. Era una batalla igualada hasta que luego de unos momentos presenció al rubio ponerse en pié.

— ¡Zenitsu!— Era en vano que lo llamase, el rubio no respondía. Se percató a tiempo y el demonio le atacó, por lo que usó su nichirinto como defensa mientras forcejeaba con el demonio.

El rubio se encontraba inconsciente, más su cuerpo se movía por sí mismo. Se Inclinó hacia adelante y tomó su nichirinto, desenvainandola de a pocos cuando habló.

— Respiración del rayo, primera postura: Destello del relámpago...— Musitó antes de avalanzarse al demonio y lograr herirle en el pecho justo cuando Tanjirou se apartó por lo veloz que era Zenitsu.

El de burdeos estaba sorprendido, siempre lo estaba al momento de ver los movimientos del rubio.

El demonio aún no estaba del todo acabado, por lo que Tanjirou logró ver el hilo brecha y sin dudarlo, se dirigió a él, logrando decapitarlo hasta que sus restos empezaron a desaparecer.

Victorioso, Tanjirou guardó su nichirinto y corrió hacia Zenitsu antes de que este se desplomase nuevamente. Aún se encontraba inconsciente por lo que lo tomó entre sus brazos y acarició suavemente su cabello.