Imaginas Niall Horan {3} {Niall y tú}

{2}

-Buenos días.- Apoyo mis manos en el mostrador.- Me gustaría pedir dos cafés grandes con chocolate y nata. Y también un par de donuts de Kinder.

-Claro.- Asiente.- En unos minutos lo tienes todos.- Se aleja del mostrador y comienza a preparar mi desayuno.

Saco la cartera mientras para hacer tiempo, y cuando la chica me da la bolsa, paso la tarjeta por el datáfono.

-Muchas gracias.- Agarro mi bolsa.

-A usted.- Me sonríe.- Que tenga buen día.

Le devuelvo la sonrísa y salgo del restaurante. Me paro en el semáforo a esperar a que se ponga en verde, y una vez que se cambia, cruzo. Entro en el barrio de Niall. Casitas blancas y cochazos aparcados enfrente, que vale como el doble de mi casa.

-Buenos días Ray.- Saludo al jardinero.

-Buenas señorita.- Corta las malas hierbas.

Abro la verja de la casa de Niall y subo los dos escalones hasta su puerta. Me abre Gertrudis, la esposa de Ray, la ama de casa.

-Si es mi chica favorita.- Sonríe la señora.

-Buenas.- Le sonrío.

-Pasa, pasa.- Me da paso.- Niall ya está despierto.

-Gracias.- Cierra detrás de mí.

-Voy a seguir haciendo las cosas de la casa.- Se retira.

-Nialler.- Subo a la segunda planta.- Te he traido el desayuno.

-Princesa.- Aparece de la nada.- ¿Vas abajo mejor?

-¿No vas a ver que te he traido?.- Le doy la bolsa.

-Si.- Asiente.- Pero vamos a abajo.- Me da la vuelta y me empuja casi hasta las escaleras de nuevo.

-Oye Niall.- Se escucha una voz detrás nuestra.- Creo que he roto la ducha.

-¿What?.- Me giro.

Una chica rubia, de ojos celestes, cara y cuerpo perfecto, está de pie en medio del pasillo. Lleva el pelo mojado y está vestida con el albornoz blanco de Niall, donde lleva bordado su NH.

-No pasa nada Wendy, ahora mando a Ray.- Niall intenta llevarme de nuevo hasta las escaleras.- Vamos.

-¿Perdona?.- Lo miro.- ¿Es enserio esto?

-No ___.- Niall niega.

-Espero que disfrutéis del desayuno.- Bajo.

-____.- Niall me persigue.

-Adiós Gertrudis.- Me despido de la señora.

-¿Ya te vas amor?.- Me mira extrañada.

-Ya me voy.- Asiento y abro.

-____.-Niall me agarra del brazo, pero me suelto.

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-¡Ábreme!.- Niall golpea la puerta de mi casa.

-Que pesado eres.- Bufo desde el otro lado de la puerta.

-Pesada eres tú.- Me quema el timbre casi de picar tantas veces.

-Me vas a quemar el timbre.- Abro la puerta.

-Al fin.- Entra.

-No te he dicho que entres.- Lo miro.

-¿Qué te pasa?.- Me mira.

-Será, ¿qué te pasa a tí?.- Cierro la puerta.

-Wendy solo vino de visita.- Me mira.

-¿De visita a follar?.- Me siento en el sofá.

-¿A follar de qué?.- Sube el volumen.

-Te relajas.- Lo advierto.- Haz lo que quieras.

-Pero si solo ha venido a Londres a verme.- Bufa.

-Vale.- Abro mi ordenador.

-¿No puedo tener amigas?.- Se sienta a mi lado.

-Claro que puedes tener amigas.- Abro Netflix.- Todas las que quieras.

-Pues ya está.- Se levanta.- Se acaba aquí la pelea.

-Yo estoy tranquila.- Escribo.

-¿De qué vas?.- Se molesta.- Te estoy explicsndo las cosas y pasas de mí.

-Vale Niall.- Bufo.- Vete ya.

-Ahora no me voy.- Se vuelve a sentar.- Me voy a quedar aquí hasta que deje de hacer la idiota.

-Vale.- Pongo la serie.- Pero te callas que voy a ver mi serie.

-Me callo ya.- Agarra la manta y se tapa.

Me despego un segundo de la serie, y Niall ya está más que dormido. Lo arropo, porque es un desastre hasta durmiendo y tiene toda la manta caida. Me levanto con cuidado sin mover mucho el sofá y ando a la cocina a por algo de comer. Agarro unos MM's y corro al salón para no peder ni un segundo. En cuanto me siento, Niall se mueve. Intento abrir la bolsa en silencio, pero hace demasiado ruido.

-Dame de eso.- Se escucha a Niall.

-¿Cómo te has enterado?.- Lo miro.

-Tengo un oido genial.- Abre la boca.

Agarro uno azul, me acerco a él y se lo dejo en la boca.

-¿Contento?.- Le doy otro.

-No.- Me abraza y me da un beso.- ¿Cómo te voy a cambiar tonta?

-Puede ser.- Lo pongo en duda.

-No voy a perder nuestra relación tan bonita por un revolcón.- Niega.

-¿Se supone que tengo que me tengo que creer lo que me estás diciendo?.- Lo miro.

-¿Puedes dejar de ser tan estúpida y comerme ya la boca?.- Me besa apasioandamente.