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ALICE
Cuando llegamos a la biblioteca vi a Ian hablando enfrente con el que debía ser su viejo amigo, aunque más bien tenía cara de pocos amigos. Decidí entrar y no molestarle, una vez dentro Sabrina y yo nos sentamos en nuestra mesa habitual intenté concentrarme pero no hubo manera, lo único que tenía en mi mente era a mi amiga y al de Ian, que me había causado muy mala sensación.

–Nena, creo que me voy a marchar, no soy capaz de leer dos frases seguidas.
—¿Quieres que vayamos a la cafetería de aquí al lado? -me preguntó mi amiga
—Si, no creo que debamos volver a la habitación.
—Hola chicas, ¿ya os vais?ahora que llego yo —con esa sonrisa era capaz de animarme
—Hola Ian, vamos aquí al lado, que hoy no nos apetece estudiar.
Cuando llegamos a la cafetería nos sentamos en una de las mesas de fondo.

—¿Me vais a contar que os pasa? Porque las dos lleváis muy mala cara
—No creo que te apetezca escucharlo —le respondí a mi chico, mi chico, qué raro suena eso, ni siquiera sé si debo llamarlo así.
—Cualquier cosa que te afecte a ti me interesa y preocupa, así que desembucha
—Nena, no lo sueltes que es de los bueno —en ese momento tanto Ian como yo nos pusimos como un tomate.
—Quien no tiene que soltarla soy yo, ahora mismo soy el hombre más afortunado del mundo solo por poder cogerle la mano.—vale, me puse mucho más roja aún, me acerqué y le besé muy dulcemente.
—¡Esto ya suena a relación seria y amor puro!
—Sabri, para ya por favor —Corte a mi amiga riéndome.
—Me alegro mucho de que os hayáis animado, pero si queréis podéis contar conmigo.
—Gracias Ian, creo que si voy a decírselo —mi amiga hizo un gesto aprobándolo —Laura tuvo problemas con las drogas hace unos años y a recaído. Lleva unos días que se pasa las noches de fiesta, no sabemos con quién y vuelve de madrugada o por la mañana colocada y borracha. Hemos probado a hablar con ella juntas y por separado pero se pone a la defensiva. Y lo peor es que lo he provocado yo.
—Ni se te ocurra decir eso, tú sólo le dijiste que no te presionara, si ella no es capaz de soportar que le lleven la contraria es culpa suya.
—Sabri, pero yo le grité.
—Creo que ella tiene razón, en cualquier momento puede tener un encontronazo con alguien, y no por ello debe comportarse así. ¿Hay alguna persona a quién podáis llamar para ayudarla? ¿Un familiar o alguien? —preguntó Ian.
—Hemos llamada a su madre, vendrán esta noche a por ella —respondí —no sé si deberíamos estar presentes o no.
—Va a ser muy duro, pensará que la habéis traicionado, que sois malas amigas y demás, pero si, deberíais estar, si quieres estaré a tu lado.
—Tú lo has dicho, va a ser duro, y no tienes que pasar por eso Laura no es tu amiga —le respondí.
—Es tu amiga, a ti te importa y es un momento difícil para ti, así que si me dejas estaré allí, para eso estamos los novios
—¿Cómo??? ¿Novios??? ¿Pero tía esa no me lo habías dicho???
—Sabrina, nos está mirando todo el mundo además no sabía que lo fuéramos, no quiero decir que no quiera serlo por supuesto, claro que quiero pero... —los nervios me volvieron a traicionar, mi amiga se levantó para dejarnos un momento de intimidad.
—Tranquila —él me abrazó —tienes razón, no lo hemos hablado antes, no debí decirlo.
—¿Ian quieres salir conmigo? ¿Quieres ser mi novio? —le pregunté poniéndome frente a él.
—Si —esta vez fue él quién me besó con tanta dulzura y amor que por poco me derrito en ese momento.
—Perdonad que os interrumpa, pero me acaba de avisar la madre de Laura, están llegando ya.
—Si claro Sabri, vamos.

Quiero estar a tu ladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora