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IAN
Al final la película no había estado tan mal una más de acción, pero entretenida. Cuando terminó bajamos las escaleras y salimos del cine.

—¿Podrías devolverme mi dedo un momento? —dijo levantando la chaqueta con la mano libre en señal de que quería ponérsela.
—Oh claro, por supuesto es tuya ¿no? —diooos parecía un colegial, ¿acaso no podía calmarme un poco?
—Bueno y ¿qué te ha parecido la película? —añadió a la par que volvía a cogerme, así que no le respondí, pero no por ser un maleducado, sino porque desde el momento en que me había rozado la mano otra vez había perdido el rumbo —Ian, tierra llamando a Ian, ¿estás bien?
—Si perdona, es que me había quedado en las nubes. ¿Qué me habías preguntado?
—Que te había parecido la película
—Bueno no ha estado mal, ha sido entretenida. ¿Y a ti?
—Ídem. Bueno y ahora ¿qué que quieres hacer?—me preguntó.
—Pues podemos ir a cenar si quieres, creo que hay un italiano por aquí bastante bueno —respondí
—Perfecto
El resto de la noche fue perfecta, cenamos hablando sin parar, ella me contó que sus padres habían fallecido hacía cinco años en un accidente de coche y que desde entonces había vivido con su tía, estudia magisterio porque le encantan los críos y trabaja en una pastelería. También me explicó un montón de anécdotas de cuando era pequeña, otras con su amiga Sabrina a quién conocía desde el instituto y se había convertido en casi una hermana, y con Laura, ella llegó al grupo más tarde y era una verdadera mala influencia.
Simplemente fue perfecto.
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ALICE
La cita fue estupenda, no pensé que lo pasaría tan bien, Ian estuvo atento, divertido, escuchó todo lo que dije (y eso ya es decir, porque no paré de hablar en todo el rato), me sentí bien a su lado, real, no tuve que fingir ni una vez nada, y cuando volvíamos a la residencia no pude evitar el desear coger su mano, incluso acercarme un poco más.

—Es aquí—dije poniéndome frente a él, con un poco de distancia, no sé lo iba a poner tan fácil, pero sin soltarle.
—Pues sí que está cerca— respondió.
Creo que ninguno de los dos sabía que hacer en ese momento, yo quería dar el paso pero tenía miedo de que me rechazara, así que di un paso al frente
—Ya te lo había dicho— el también se acercó y como si de una película se tratase, como si lleváramos toda la vida esperando eso, acortamos la distancia que quedaba entre nosotros y nos besamos con mucha pasión, él me sujetaba la cara mientras yo lo acercaba más abrazándole por debajo de sus brazos.
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IAN
Ese beso era lo mejor que me había pasado nunca, aún no podía creerme que hubiera ocurrido.

—Ey tío —me llamó alguien, mierda, conocía esa voz
—¿Qué pasa Matt?No esperaba verte por aquí —respondí, lo único que podía joder esta noche era que apareciera un demonio
—Tranqui colega, solo vengo a darte un mensaje —eso no era bueno —los jefes dicen que la cosa está muy tranquila por aquí, sabemos que es una zona de universitarios así que les extraña que no pasen más cosas.
—No todos los universitarios son como en las películas, aquí la gente estudia y trabaja, no se pasan el día de fiesta
—Bueno pues entonces tendrás que darles un empujoncito hacia nuestro lado, ¿o acaso lo das hacia el otro?
—Está prohibido interferir, por las dos partes— respondí defendiéndome.
—Bueno, somos demonios, lo nuestro es incumplir las normas. Haz algo, cualquier chorrada, sino se mosquearán allí abajo.
¡Mierda, mierda, mierda! No me gustaba interferir, no quería, y si Matt pillaba que en vez de hacer el mal alguna vez había impedido ciertos actos negativos me podía dar por jodido. Lo mejor sería que hiciera un par de chorradas suaves para tenerlos contento.
Alice me odiaría si se enterase, yo mismo me voy a odiar por ello.

Quiero estar a tu ladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora