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ALICE
—Reconozco que no ha estado mal, hemos estado hablando, nos hemos reído, lo hemos pasado bien y tal vez volvamos a vernos —les dije a mis dos amigas que estaban esperando mi relato.
—Pero cuenta más, os habéis besado o al menos cogido la mano o algo, ¿no? —Laura siempre con tanta prisa
—Si, ¿ y como que tal vez? Lo habéis pasado bien, más de dos horas y no habéis quedado ya?? Dime que al menos tienes su teléfono
—Sabri tu tb noooo, —me reí tirándoles sendos cojines —tengo su teléfono, y él el mío, así que cuando nos apetezca pues quedaremos, pero no hay prisa no necesito correr, ya sabéis que a mi me gusta conocer a la gente.
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IAN
Esa tarde fue perfecta, nos reímos, hablamos, pude conocerla, saber como era y disfrutar de su compañía. Por suerte y desgracia ya no volvería a verla, estaba camino del lugar al que debía llamar hogar.

—Tienes que volver allí arriba —me dijo mi superior nada más verme.
—¿Cómo, porqué?, le toca a otro, yo ya estuve una semana más de la que me tocaba —repliqué, no podía volver, la tentación con Alice era muy grande, además, no quería poner a más gente en peligro
—Harás lo que te digamos, vas a volver al mismo sector, les ha gustado tu influencia en algunos de los universitarios, el trabajo con el coche fue bueno, aunque no remataste la jugada
Pensaban que yo provoqué el accidente de Alice, mejor, si se enteran de que en realidad frené el coche estoy muy jodido

—Ok,volveré a bajar en un mes.
Mierda, mierda, mierda. No quería volver, se que tenía que parecer que si pero era demasiado, Alice era perfecta y todas las células de mi cuerpo me pedían que la llamara, aunque se que si lo hacía tendríamos problemas muy graves los dos, pero es difícil para un demonio suprimir sus instintos.

Quiero estar a tu ladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora