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IAN
Habían pasado unos días desde que volví cuando recibí la llamada y tuve que usar toda mi fuerza de voluntad para no cogerle el teléfono. Desde que estaba otra vez con los humanos había evitado verla por todos los medios, pero como dije, es difícil para un demonio no seguir sus instintos.

—¿Ignorando el móvil? —me dijo una voz por detrás.
—¿Qué?, no perdona, he visto la llamada pero estaba en mi mundo, lo siento, pensaba devolvértela Alice.
—Tranquilo, no pasa nada, ¿y que tal todo? Hace unos días que no te veo por la biblioteca
—Tuve que hacer un viaje pero ya he vuelto —no, no debería haberle dicho eso
—Me alegro, bueno pues cuando quieras puedes devolverme esa llamada —y con una sonrisa pícara se marchó entrando en el edificio en que la había conocido.
¿Y si lo intento? A ver no es tan raro, los míos siempre han tenido escarceos cuando suben a la tierra, aunque solo líos de una noche, pero tampoco creo que sea el primero en pillarme por una humana, ¿no?
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ALICE
—¿A que no sabéis a quien me acabo de encontrar?
—A Ian —miré a Sabrina con los ojos como platos —os he visto hablando fuera cuando venía.
—¿Ha vuelto?? ¿Y que excusa te ha dado por desaparecer una semana entera?
—Laura, no me tiene que dar ninguna explicación, no somos nada, solo dos conocidos que tomaron un café, si le apetece me llamará y sino pues no —que madura sonaba, pero me fastidiaba que justo después de quedar el tío desapareciera sin decir nada, pero bueno, como había dicho no éramos nada.
—Bueno vayamos a estudiar anda que se hace tarde.
Esa noche me llegó un mensaje al móvil
"Hola! Te vuelvo a pedir perdón por lo de antes, nunca rechazaría una llamada tuya, y para compensarte te invito a pasar el día fuera"

Ni de coña, Laura no lo conozco, no voy a meterme en el coche de ese tío e ir vete tú a saber donde. Si quiere quedar perfecto pero en sitios con gente —le dije a mi amiga quién había leído el mensaje por encima de mi hombro y ya estaba dando saltitos.
—¡Eres una sosa! Venga no tiene que pasar nada, no todos los tíos son psicópatas.
—Lo que dice Alice tiene sentido, no es que todos los tíos vayan a raptarla y violarla, pero mas vale tener precaución, además hay muchos planes divertidos que se pueden hacer por aquí —respondió Sabrina, menos mal que ella tenía cabeza.
"Lo tengo liado para pasar el día fuera, pero si quieres podemos quedar a partir de las 17, y tranquilo no pasa nada, no estás obligado a coger el teléfono"

—¿En serio le vas a responder eso? —me quitó mi amiga el teléfono —ponle algo más divertido
—Laura ni se te ocurra mandarle tu nada, y devuélveme el móvil, es mi cita y soy yo quién decide qué escribe.
Soltó el teléfono encima de la cama, cogió su chaqueta y se marchó.
—Lau, espera, lo siento, ... —ya era tarde se había desvanecido del pasillo, así que entré otra vez en la habitación —lo sé Sabri, me he pasado, pero me pone muy nerviosa siempre quiere controlarlo todo y no entiende que yo no quiero tirarme a un tío a la primera de cambio.
—Tranquila, se le pasará.
Pasamos la noche hablando y esperando que nuestra amiga volviera, pero no lo hizo hasta la mañana temprano, y como una cuba otra vez, pero no pensaba sentirme culpable, no tenía que haberle dicho aquello aún así no es motivo para que se coja la borrachera del siglo. Así que me preparé sin hacer ruido y me marché a clase

Quiero estar a tu ladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora