Las cosas en Seabrook han cambiado. Zed y Addison siguen siendo muy felices juntos, pero nuevos peligros amenazan a esta "perfecta" ciudad. Vuelven los problemas, vuelve el amor, pero ahora... ¡con lobos!
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Estaba recostado en la rama de un árbol, pensando en lo que Willa me dijo hace unos días.
Esto era frustrante. En verdad me... gusta Blair, pero no puedo poner en riesgo a la manada por algo así, y mucho menos tratándose de la alfa. Tal vez... si lo que siento por ella en verdad era "amor", y ella siente algo más que amistad por mí, en un futuro podríamos intentar algo. Aunque, por ahora eso parece imposible. Por el bien de todos, debemos mantener... un poco de distancia.
Jamás creí que tendría que pensar en este tipo de cosas, pero no tengo opción. Estoy completamente metido en este... lío.
La voz de Blair interrumpió mi debate mental conmigo mismo.
— Cachorrito. —bajé a mirada hasta la base del árbol, donde ella estaba.— ¿Quieres ir a dar un paseo? Wynter hará guardia, y Willa dijo que tenía algo que hacer, así que se fue a Seabrook.
Ok... ¿Recuerdan lo de "mantener un poco de distancia"? Empezaría con eso después. No me pueden culpar. No puedes hacer que alguien te deje de gustar de la noche a la mañana. Aun así... debía empezar a hacerlo. Solo para... no lastimarla tanto. Íbamos a pasar de ser muy unidos, a solo hablar lo necesario. No estaba feliz con esa idea, pero no tenía otra alternativa.
— Claro, vamos. —salté del árbol y caí a su lado. Su mirada solo reflejaba confusión. Es la primera vez en que ella me dice "cachorrito" y yo no le contesto de la misma forma. No me siento bien evitándolo. Empezamos a caminar adentrándonos cada vez más en el bosque. No podía soportar esto. Era como si el "cachorrita" estuviera atorado en mi garganta, y luchara por salir.— Blair... yo... —mi disculpa quedó en el aire, porque ella me tacleó, causando que cayera al piso... con ella sobre mí.— ¿Qué su...? —colocó su mano sobre mi boca.
Cualquiera que nos viera, podría malinterpretar la situación. Incluso empezaba a asustarme. Ella nunca actuaba así.
— Hay alguien. —susurró, mientras se dejaba caer a mi lado, pero sin quitar su mano de mi boca. Al ver la concentración reflejada en su rostro, una idea... muy rara llegó a mi mente, y en definitiva que no se iba a ir hasta que la ejecutara. Opté por la solución más infantil que se me pudo ocurrir.— Wyatt, eso fue un asco. —pasó su mano por mi chaqueta, con una clara expresión de asco. Yo no podía dejar de reír al verla. Sí, lamí su mano, y no me arrepiento de nada. No puedo luchar contra esto. Siempre que estoy con ella, mi cachorro interno aflora por sí solo. Eso debe tener algún significado. Tal vez, por primera vez en mucho tiempo, Willa no tiene razón.— Te dije que había alguien. Cállate. —empezó a darme pequeños golpes, que, en lugar de callarme, hicieron que me riera más.— Wyatt, para.
— Es el zombie. Tranquila, cachorrita. Estás muy paranoica. —dije mientras me levantaba y la ayudaba a hacer lo mismo.— A Wynter se le escapó que quería hacerme otra broma. No le tomes importancia. ¿Vamos? ¿O tienes miedo de que te gane de nuevo? —sin dejarla reaccionar, salí corriendo.
