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Existía una ligera incomodidad entre nosotros, nada tan presente como para evitar que algunos choques de hombro juguetones aparecieran en nuestro camino de regreso

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Existía una ligera incomodidad entre nosotros, nada tan presente como para evitar que algunos choques de hombro juguetones aparecieran en nuestro camino de regreso. Lo bueno es que todo quedó en pausa cuando Willa apareció de la nada.

— ¿Qué hacen aquí? ¿Por qué se alejaron tanto de la guarida?

— Solo fuimos a dar un paseo. —dijo Wyatt.

— Yo... extrañaba el bosque más de lo que creía, así que...

— Lo importante es que no salieron del territorio. Así que, alfa, —se dirigió a mí, ignorando el hecho de que la miraba completamente extrañada. Que ellos, o Wynter, me dijeran alfa era raro.— Bienvenida a su manada. —estaba bromeando, eso lo explicaba. Ambas hicimos el saludo, para al final abrazarnos y reír.— Te extrañamos mucho.

— Y yo a ustedes.

— En serio nos alegra que pudieras regresar. A mí más que nadie, ya no soportaba a mi hermano. —ambas volvimos a reír.

— Eso no era lo que decías cuando me iba al territorio de esos lobos para hablar con Blair. —le dijo Wyatt.— "No te reconozco, hermano". —dijo con una voz más aguda, mientras fingía casi llorar, como una muy mala imitación de su hermana.

— Wyatt, silencio. —yo no podía hacer otra cosa que no fuera reírme de su discusión de hermanos. Era tan... Lykensen.

— Como sea. Tenemos que volver, aún hay cosas por solucionar.

— Acabamos de recuperar la piedra lunar. Merecemos un descanso, en especial nosotros. —dijo Wyatt señalándonos.

— Tu descanso será luego de que nos aseguremos de que no hay peligro. Sobre todo, para la alfa —me señaló con la cabeza.— y la piedra lunar.

— Oigan, —interrumpí el segundo round de su discusión.— yo soy quien tiene que cuidar de ustedes.

— Encabezas la lista negra de ese lobo y, por ende, nosotros. Tenemos que cuidarnos entre todos. —me dijo Wyatt.

— Por eso tenemos que regresar a la guarida. Hay muchas cosas de las que hablar y cambios por hacer. —dijo lo último con algo de pesar, antes de dirigirse a la cueva, con nosotros detrás.

El bullicio se oía sin la necesidad de entrar. Los aullidos y demás eran de completa felicidad, exclamaciones que nadie trataba de ocultar. Mientras ellos hablaban entre sí, y algunos me paraban para mencionar lo felices que estaban porque estuviera de vuelta, nosotros fuimos al descubierto de la guarida, también conocido como nuestro sitio de reuniones. ¿Alguna razón en particular? En palabras simples, la vista: una buena parte de bosque y después de este Seabrook. Esa extraña mezcla que me definía tan bien desde que toda esta historia comenzó.

— Bien. Necesitamos guardar la piedra lunar en un lugar al que solo podamos acceder nosotros. —recordó Willa.

— ¿Qué tal la cámara donde la encontramos? Debajo de la planta de energía de Seabrook. —le dije.

The True Alpha - Zombies 2 - Wyatt y túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora